El 25 de noviembre de 2004 empezó la pesadilla de Carlos Calderón. Ese día, el empresario comenzó a regentar el pub Sketch, en pleno centro de La Laguna. Su objetivo era reunir dinero para proyectos futuros y lo estaba consiguiendo. Su local era uno de los más frecuentados del Cuadrilátero, popular zona de ocio nocturno de la ciudad. Lo que él no sabía era que había comenzado a dirigir uno de los locales más codiciados por el que era entonces el dueño de la noche lagunera, el abogado y empresario Evaristo González.
Durante años, Calderón trató de mantener vivo su negocio. Sobrevivió, según narra, a intentos de asesinato, y recibió presiones de sus competidores y de agentes de la Policía Local para que abandonara, hasta que el 6 de marzo de 2010 compareció ante la Fiscalía Anticorrupción. Calderón denunció una trama de extorsiones que desembocó en la operación Corredor, un caso que salpicó al expresidente y candidato a la Presidencia del Gobierno de Canarias Fernando Clavijo en su etapa como concejal de Urbanismo y alcalde de la ciudad. Ahora, dos nuevas denuncias reavivan la trama.
Carlos Calderón estuvo en el lugar equivocado y en el momento erróneo. Desde que asumió el control del Sketch tuvo que enfrentarse a tres incendios. El primero fue el 17 de abril de 2009 en su domicilio particular. El 13 de diciembre de ese mismo año se incendió su pub, que volvió a sufrir daños por otro incendio el 13 de abril de 2010. Un atestado policial de 2010 al que ha tenido acceso esta redacción apunta que el empresario Evaristo González Reyes “estaría dispuesto a cualquier cosa” para desalojar al denunciante del local. “Con el fin de amedrentar al denunciante no es descabellado pensar que se iniciara esta campaña de incendios en torno a su persona afectando a su domicilio particular y negocio”, concluye el documento policial. Sin embargo, González nunca llegó a ser acusado por ello.
La magnitud del segundo incendio fue puesta en duda por los bomberos y la justicia, que sostuvieron que se trató de un pequeño conato derivado de una quema de papeles de periódico en un garaje contiguo al Sketch. Sin embargo, los propios vecinos que alertaron a los bomberos aseguraron que el humo partía del pub y que se propagaba con fuerza a lo largo de los 20 metros que separan la calle del local. Aun así, Carlos Calderón fue condenado por un intento de estafa. La sentencia, emitida el 29 de marzo de 2019 por el Juzgado de Instrucción número 1 de La Laguna, concluyó que el empresario había intentado cobrar 150.000 euros del seguro, contratado a la compañía FIATC, atribuyendo el destrozo del local al segundo incendio y no al primero, que calcinó la discoteca y que era anterior al contrato de la póliza.
El denunciante, que sostiene que el negocio fue completamente reformado después del segundo fuego y que por tanto sufrió nuevos daños en 2010, también adelanta que esta sentencia fue el inicio de una campaña de desprestigio contra él como “castigo” por haber destapado la trama Corredor. Según Calderón, este solo fue el principio de una construcción de “denuncias fabricadas” que pretendían mermar su economía y que así no pudiera continuar con la batalla judicial contra Evaristo González y Fernando Clavijo.
El pasado jueves 13 de abril se cumplió el trece aniversario del tercer fuego. Con el objetivo de que la sentencia condenatoria sea revisada, Calderón ha presentado dos denuncias ante el Juzgado de Instrucción número 1 de La Laguna, del que es titular el juez que comenzó a investigar el caso Corredor, César Romero Pamparacuatro.
Pruebas “falsificadas”
La primera de las denuncias interpuestas por Calderón está relacionada con una “falsificación del contenido” del informe de actuación realizado por el jefe del cuerpo de bomberos el día del segundo incendio. Este parte, que se utilizó como prueba para condenar al propietario del Sketch, señala que el incendio se produjo en un garaje colindante, y que solo entraron al pub para ventilar porque el humo había invadido la discoteca.
Durante el juicio, el acusado aportó un informe pericial que concluía que en las dos puertas de la discoteca se observa “que los daños existentes son desde el interior hacia el exterior”. Tal y como se recoge en la denuncia, estas dos puertas son además “el resultado de las obras de reforma que se llevaron a cabo tras el primer incendio” con el objetivo de reabrir el pub. Esta denuncia también recupera la declaración de un bombero que intervino como testigo en el juicio y apuntó la existencia de dos incendios diferentes dentro del negocio de Calderón.
El documento presentado ante los Juzgados de La Laguna este jueves vincula además todos los incendios al caso Corredor. “El Consorcio de Bomberos está participado por Gobierno de Canarias, Cabildo Insular y Ayuntamiento. Casualmente por aquel entonces todos gobernados por Coalición Canaria. Así que la modificación del contenido del Parte de Actuación del 13/04/2010 ya casi parece lógica”, asevera la denuncia.
La segunda denuncia interpuesta el 13 de abril es contra el aparejador y representante de Nivariarmas S.L.U. Pablo Eugenio de Armas Pérez. Empresa que, tal y como apunta Calderón, se encargó de las obras de reforma. El denunciante acusa a Armas, que ha realizado trabajos para el Cabildo de El Hierro, de haber falsificado una factura que apunta que las obras las realizó en el Sketch y en la vivienda del denunciante antes del primer incendio. La factura, a la que ha tenido acceso esta redacción, data del 24 de junio de 2009 y la firma y el DNI no coinciden con los de Calderón. La denuncia sostiene que la factura original corresponde al 23 de diciembre de 2009 y subraya que el aparejador mantiene una “enemistad manifiesta” con Calderón.
Una reunión para “acabar” con Calderón
Evaristo González tenía el propósito de ubicar en el Sketch un negocio de apuestas. Así se desprende de las investigaciones policiales que se realizaron. El establecimiento sería el punto neurálgico de una pequeña ciudad dedicada al juego en La Laguna. Pero el primer paso era hacerse con el local. Y, según las investigaciones, la forma de conseguirlo fue preparada en un encuentro en el que estuvieron presentes tanto el empresario como el exalcalde de La Laguna y ahora candidato a la Presidencia del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo.
En unas imágenes del juicio a las que ha tenido acceso esta redacción, el agente de la Policía Nacional 83.374, adscrito al Grupo de Delincuencia Económica de la Policía Judicial, relata el testimonio de una testigo esencial: la arquitecta y amiga de Calderón Alejandra Medina. Mientras Calderón regentaba el Sketch, Medina, que solía realizar trabajos para los ayuntamientos, asistió a la casa de una técnico de Urbanismo de La Laguna para firmar unos papeles. Allí presenció una reunión entre Fernando Clavijo, Evaristo González y Roberto Remiro, entonces responsable de Urbanismo.
En esta conversación, según el atestado policial, Evaristo González dijo que “se le metería mierda y llamarían a los GEOS”. De acuerdo con las declaraciones del policía nacional en el juicio, esta afirmación lleva a pensar que se tomarían medidas ilegales para conseguir cerrar el Sketch. “Todo eso se empezó a comprobar después”, dice el agente.
Calderón recuerda como después de que Alejandra Medina, amiga suya, le contara lo que se planificó en la casa de la técnico de Urbanismo, la Policía acudió a registrar el Sketch. De acuerdo con el denunciante, los agentes dijeron que habían recibido un aviso sobre drogas en el local. Esa noche, apunta Calderón que entró al pub un hombre conocido en el mundo del ocio nocturno con una bolsa con droga con el objetivo de dejarla en el interior, pero no pudo y los agentes terminaron marchándose.
Otro de los mecanismos utilizados para cansar al empresario fueron las frecuentes visitas de agentes de la Policía Local para levantar sanciones contra el negocio. Entre 2006 y 2007 se llegaron a levantar once actas al Sketch por incumplir el horario. Mientras que otros locales como el Kapitel o el Palco no recibieron ninguna sanción en estos dos años, tal y como subraya un informe policial. Los acuerdos para quitar y poner sanciones a los negocios de la noche lagunera, tal y como ha comprobado esta redacción y publicará en el serial, a veces se gestaban en el propio Ayuntamiento de La Laguna.
Esta investigación se inició gracias a una información envida a la Asociación de Periodistas de Investigación