Tal y como habían solicitado todas las partes durante el juicio, incluida la defensa, el jurado ha declarado a Raúl Díaz culpable del crimen machista de la joven Romina Celeste la madrugada de Año Nuevo de 2019. El tribunal considera, de forma unánime, probada su autoría en los seis delitos por los que estaba acusado: homicidio, maltrato habitual, dos de lesiones por violencia machista, profanación del cadáver y simulación. De esta manera, será condenado a quince años,, nueve meses y cuatro días de cárcel. De ellos, ya ha cumplido cuatro años en prisión preventiva. La pena incluirá la inhabilitación absoluta, la libertad vigilada durante los diez años posteriores a su salida de prisión y la prohibición de tenencia de armas.
El jurado ha declarado como probados un total de nueve hechos que compondrán el capítulo de hechos probados de la sentencia que se dictará en los próximos días. Considera acreditado que durante su relación Raúl Díaz la agredió en distintas ocasiones, una de ellas en el Gran Hotel Arrecife pocos días antes de casarse (en agosto de 2018) y otra a finales de ese mismo año, apenas unos días antes del crimen, y que la trataba con menosprecio, “generando en ella un estado de angustia y miedo insoportable”. Los miembros del tribunal entienden también que ha quedado demostrado, a partir de la propia confesión y de la prueba practicada, que el acusado mató a Romina entre el 31 de diciembre de 2018 y el 1 de enero de 2019 golpeándola en distintas partes del cuerpo y que después se deshizo del cadáver quemándolo y arrojando los restos al mar.
Durante los días posteriores, Raúl hizo creer que Romina se había marchado del domicilio que compartían tras una discusión hasta que una semana después, el 8 de enero, denunció su desaparición ante la insistencia de la familia de la víctima, que no sabía nada de ello desde las 15.47 del 31 de diciembre.
El juicio contra comenzó el pasado viernes con la confesión del acusado. Raúl Díaz reconoció haber matado a su pareja por considerarla “un ser inferior sobre el que podía desatar su rabia” y todo ello por el hecho de que era mujer, extranjera y sin recursos, que ejercía la prostitución para mantenerse económicamente, según recoge el escrito de acusación de la Fiscalía. Hasta ese momento había admitido que se había deshecho del cuerpo de Romina, pero negaba haberla matado.
La Fiscalía pedía en un principio veinte años de cárcel para el acusado, quince por un delito de homicidio. Sin embargo, esas penas han quedado reducidas por una atenuante “objetiva”, la reparación del daño. Entre abril y mayo, Raúl Díaz consignó en los juzgados dos pagos para completar la indemnización de 260.000 euros a la familia de la víctima.
Jesús Javier Lomba, fiscal delegado en Violencia de Género, aclaró en la última sesión del juicio que la confesión no producía ningún beneficio al acusado en cuanto a una rebaja de penas y que esta solo se debía al pago de la indemnización. El Ministerio Público modificó sus conclusiones para adecuar la condena a ese atenuante y a los agravantes de género y de parentesco, recalcando que son las penas máximas que se pueden imponer.
Por el delito de homicidio, por el que pedía en principio quince años, solicitó doce años, seis meses y un día de prisión. Por el de maltrato, nueve meses y un día. Por la agresión machista en el Gran Hotel de Arrecife en agosto de 2018; seis meses y un día. Por la agresión en la vivienda de Costa Teguise a finales de ese mismo año, tres años y un día. Y por la profanación de cadáver, tres meses. El delito de simulación (denunció la desaparición tras haberla matado), no conlleva cárcel, sino una multa de 1.080 euros.