Tres de los cuatro acusados por abusos sexuales continuados y corrupción de menores en el caso kárate, el gran escándalo del gimnasio de Fernando Torres Baena que sacudió Gran Canaria en 2010, cumplen condenas centenarias. El mayor juicio de pederastia celebrado hasta la fecha en España acabó con 302 años de cárcel para el “depredador sexual” Torres Baena, 140 años para su pareja, María José González Peña, y 126 años para la también monitora Ivonne González.
El cuarto acusado, Juan Luis Benítez, fue absuelto en marzo de 2013 por el tribunal presidido por el magistrado Salvador Alba, con el voto particular contrario a su inocencia del presidente de la Audiencia, Emilio Moya. Benítez se enfrentaba a una pena mucho menor, 18 años. Nunca llegó a entrar en prisión. Y en abril de 2014, el Supremo ratificó tanto las condenas a sus compañeros como su inocencia.
Sin embargo, el caso kárate persigue a este entrenador desde entonces. Sin futuro laboral en España, en 2013 el entonces director técnico de la federación austriaca de kárate (ÖKB en sus siglas en alemán), Ewald Roth, se fijó en él y lo incorporó a su staff. Así, Benítez se convirtió en arma arrojadiza recurrente, por su pasado, en los conflictos internos de la ÖKB. Lo ha contado el diario Salzburger Nachrichten en un reportaje publicado en diciembre , y así lo ha admitido esta misma semana el propio Juan Luis Benítez a este periódico, sin querer entrar en más detalles.
“Aquí no ha surgido ninguna polémica. Ni idea, no leo la prensa de Salzburgo. Ni idea. Lo que me estás contando ahora, me estoy enterando por ti ahora”, dijo este jueves Benítez sobre la polémica abierta hace meses. Para después matizar: “Yo tengo contrato hace años aquí con ellos, y siempre que hay un tema político [en la federación estatal] de forma recurrente sacan el tema, pero acabamos de llegar la semana pasada del Campeonato de Europa y los resultados han sido impresionantes, todo son felicitaciones y congratulaciones, todo va fantástico”.
El tema recurrente al que alude Benítez no es otro que el caso kárate. La periodista Gudrun Doringer, autora del reportaje en el diario de Salzburgo, lo explica así: “Al principio eran cartas anónimas de los padres, de abuelos, preocupados por lo que leían en la prensa. Habían contratado a un entrenador involucrado en un caso de pederastia. Y la respuesta de la federación siempre era la misma: fue absuelto”.
Georg Russbacher, presidente de la federación del estado de Salzburgo, con quien también ha hablado este diario, sostiene en el reportaje de Doringer que al menos hubo una negligencia por parte del director técnico, Ewald Roth, al contratar a Juan Luis antes de que el Tribunal Supremo dictara su sentencia absolutoria firme. “Fue una absolución personal de Ewald Roth”, dijo al Salzburger Nachrichten. El propio Benítez sostiene que “oficialmente” está contratado desde 2014.
Un SMS a una atleta: “Tienes unos ojos muy bonitos”
Roth, por su parte, siempre ha defendido la inocencia de su entrenador, que ahora integra el grupo de técnicos de combate (kumite) de la ÖKB, pero que en 2013 comenzó a entrenar a jóvenes promesas de categorías inferiores. Cuenta el Salzburger Nachrichten que la federación estatal llegó a abrir una investigación interna a raíz de un SMS enviado por el entrenador a una atleta: “Tienes unos ojos muy bonitos”. Contrataron a una psicóloga para comprobar si había más casos.
No hubo nada. Solo división, silencio y preocupación entre padres, atletas y los propios entrenadores. El maestro de ahora 46 años nunca ha tenido un problema judicial en Austria ni tampoco ha habido más controversia a raíz de ese SMS, pero sigue en el aire por qué se ha contratado en Austria a un entrenador que no tendría trabajo en España, a pesar de su absolución. “No podría confiar en una persona que ha estado implicado en un caso así”, dijo el presidente de la federación española, Antonio Moreno, a la periodista austriaca.
Las cartas anónimas tenían en parte su explicación. Nadie quiso dar la cara porque hubo amenazas de todo tipo: a los entrenadores con su trabajo, a los atletas con su carrera, y a los padres, con el futuro deportivo de sus hijos. Y algunas de las fuentes citadas por el periódico de Salzburgo hicieron autocrítica. Una madre admite que pensó: “Absuelto es absuelto, ¿debe un hombre ser sospechoso toda su vida?”. “Mi marido opina lo contrario. No le daba ninguna confianza y consideró una irresponsabilidad que se hubiera contratado al entrenador. Pero lo peor para mí es que los padres hayamos cerrado la boca”.
En el mismo sentido se expresaba al diario de Salzburgo Christa Prets, portavoz de la asociación 100% Sport, que se interesó por el caso: “La federación debe plantearse esas preguntas, pero los padres también deben tener el valor de decirlo en voz alta. Si ellos no tienen el coraje, ¿cómo van a tenerlo sus hijos?”.
Es Ewald Roth, ahora secretario general de la ÖKB, quien defiende a Benítez a capa y espada. “Es un gran entrenador que se deja la piel por sus atletas”, dijo al diario de Salzburgo. “No se puede poner la mano en el fuego 100% por nadie”, pero está absolutamente convencido de su inocencia, aseguró.
El valedor del entrenador grancanario explica que ha hablado personalmente con él del caso, y entiende la preocupación de los padres, pero él no ha forzado a nadie a entrenar con Juan Luis Benítez. Roth también ha salido de manera más tajante a defender a su contratado, a raíz de la primera publicación en el periódico de Salzburgo. En declaraciones al Voralberger Nachrichten : “Es hora de luchar [contra las acusaciones infundadas]”, dijo a este diario, que titula “Golpes bajos verbales en el mundo del karate”.
La Federación Austriaca de Kárate nunca ha planteado públicamente el caso, ni a raíz de la primera publicación en prensa. Siempre ha mantenido lo que en puridad es, y de puertas para adentro: Benítez fue absuelto. No hay caso. Tanto que en julio de 2013 su presidente, Simon Klausberger, envío un email a Roth requiriendo que para ese final de temporada sería necesario contar con una traducción jurídica detallada de la primera sentencia absolutoria de Juan Luis Benítez. Todavía no se había producido la segunda y definitiva absolución del Tribunal Supremo.