Atender las nuevas demandas de los viajeros internacionales es uno de los principales pilares en los que se vertebra el turismo del futuro. La consejera del Gobierno de Canarias Yaiza Castilla ha dejado claro en más de una ocasión que el perfil para esta nueva era debe pasar más tiempo en las Islas, gastar más y estar muy implicado con la sostenibilidad y la lucha contra la crisis climática. Los últimos datos de la encuesta de gasto turístico que proporciona el Instituto Canario de Estadística (ISTAC) ayudan a configurar el modelo de los turistas que están llegando al Archipiélago.
Los pasajeros ya no planifican los vuelos como antes. Ahora transcurre menos tiempo entre el momento en que deciden coger el avión y la salida. Un estudio elaborado por dos profesores de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) ponía sobre la mesa esta idea y las cifras analizadas lo avalan. En 2019, el 36,61% de los turistas organizaban sus vacaciones entre tres y seis meses antes del viaje. En 2020 (y el último trimestre de 2021), el perfil mayoritario es el que lo hace entre 1 y 15 días antes, con un 37,10%, muy por encima de los otros intervalos de tiempo.
No significa luego que los turistas pasen menos tiempo en los destinos. Lo que se está primando es la flexibilidad y la premura para aprovechar los pequeños resquicios de salida que ha permitido la pandemia. El continuo cierre de fronteras ha obligado a los viajeros a cambiar su percepción de las vacaciones: si pueden alargar su estancia en el hotel porque la situación epidemiológica es buena, lo hacen.
Esto lo podemos verificar comprobando la mediana de pernoctaciones por cada turista. En 2019, era de siete noches. Después de la pandemia, es de 9,8. Los turistas que más tiempo pasan en las Islas son los finlandeses. Suelen hospedarse en Canarias durante cerca de dos semanas, seguidos de los noruegos y los daneses. Los países del norte de Europa han aumentado su presencia en las Islas en proporción al total de otros periodos. Han llegado menos por la crisis sanitaria, pero los que lo han hecho han cumplido, en cierto modo, con la figura que demanda Castilla de un viajero más rico y de calidad.
Quienes menos tiempo pasan en el Archipiélago son los españoles. A pesar de haber aliviado la cartera de muchos hoteleros, ya que han monopolizado las reservas tras el estallido del virus, son los que menos gastan, junto con los suecos y los franceses.
Para el estudio de estos parámetros se ha escogido la mediana como valor estadístico porque la media puede estar desacoplada con la realidad por varios registros que distorsionan los datos. Por ejemplo, la encuesta de gasto del ISTAC recoge los casos de turistas que estuvieron más de 90 noches en Canarias. Sorprenden las cifras de una turista alemana de 64 años que se hospedó durante 94 días en una vivienda propia de La Palma y gastó 34.000 euros. O un hombre, noruego, de 55 años, que pasó 180 noches en una casa particular de Gran Canaria y desembolsó más de 40.000 euros.
Estos casos se acercan al prototipo de nómadas digitales que rastrea Canarias para reforzar su apuesta como destino preferente. Personas que trabajan mientras viajan por el mundo o quienes como consecuencia de la crisis han priorizado el teletrabajo. El Gobierno regional lanzó el pasado mes de febrero la iniciativa para convertir el Archipiélago como La oficina con el mejor clima del mundo, un conjunto de acciones en las que invertirá 500.000 euros y que buscará captar este año a 30.000 remote workers de todo el mundo.
Los nuevos turistas también están más preocupados que nunca por el entorno medioambiental. El Ejecutivo regional ya plantea múltiples opciones para convertir las Islas en un destino vinculado con la sostenibilidad. Que los viajeros sientan que la emisión de CO2, incluso la que se genera en el vuelo, se vea reducida por las políticas de eficiencia energética. Esta nueva tendencia ha provocado que la importancia del entorno ambiental para elegir Canarias haya pasado de ser relevante en el primer trimestre de 2018 a muy importante en el primer trimestre de 2021.
Donde no hay cambios es en el nivel de ingresos de las personas que visitan Canarias. En 2019, el perfil mayoritario era el de un turista con una media de ingresos anual entre 25.000 y 49.999 euros, en torno al 37,8%. Después de la pandemia, el valor se prácticamente el mismo (37,2%).