Entre Ciudad del Cabo y Port Elizabeth median 750 kilómetros de buenas carreteras. El trayecto, sin paradas, demandaría unas ocho o nueve horas del tirón por la RN-2, una buena ruta de doble sentido que permite pisarle un poco e ir cómodos. Pero si vas del tirón te vas a perder una de las rutas panorámicas más bonitas del mundo. La llaman Ruta Jardín y tiene un poco de todo. Playas impresionantes, bahías tan bonitas que parecen de mentira, campos de dunas gigantescos (de arena tan blanca que parece nieve), pueblos de pescadores que reciben la visita recurrente de ballenas y tiburones blancos, grandes bosques y paisajes de infarto. En cualquier viaje por libre por Sudáfrica, la Garden Route es un obligado: tanto como pasar un par de días en Ciudad del Cabo o visitar el Parque Nacional Kruger.
Cinco días es más que suficiente. Pero reserva al menos dos para permitirte el lujo de pasar un día entero en el Parque Nacional Tsitsikamma, uno de esos lugares que abruman. El extremo sur de Sudáfrica tiene muchísimo que ofrecer. Las distancias son el principal hándicap a la hora de preparar la ruta. La mayor parte del recorrido se hace por carreteras secundarias pegadas a la costa; y aunque los tramos sugeridos apenas rozan los 300 kilómetros, las condiciones de la vía y, sobre todo, el tráfico, hacen que las velocidades medias no sean muy altas. Y después está la espectacularidad del paisaje que hará que pares una y otra vez. Cinco días es más que suficiente para disfrutar de los que muchos califican como la ruta panorámica más bonita del mundo.
Tramo 1. Desde Ciudad del Cabo al Cabo de las Agujas (269 kilómetros) .- Salir de Ciudad del Cabo no es fácil. Aléjate de la costa y aprovecha las vías rápidas para avanzar hasta Gordon’s Bay. Aquí nos pegamos a la costa y empezamos a descubrir los imponentes paisajes costeros de la cornisa sur del continente africano. Haz la primera parada en Bettysbaii (89 kilómetros desde Ciudad del Cabo) para ver la colonia de pingüinos de Stony Point. El punto fuerte de esta zona de la costa sudafricana es la enorme riqueza pesquera del mar. Hermanus (48,6 kilómetros desde Bettysbaii), por ejemplo, es famosa por sus excursiones de avistamiento de ballenas –se ven sin problema desde la costa-. Según la WWF, este punto de la costa sudafricana está entre los 10 mejores lugares del mundo para ver a estos magníficos animales. La temporada se extiende entre junio y noviembre, aunque el pico álgido se produce entre los meses de septiembre y octubre. Un poco más adelante se encuentra Gansbaai (43 kilómetros). Este pequeño pueblo de pescadores es famoso entre los viajeros y viajeras intrépidos por las excursiones mar adentro en busca del Gran Blanco. A esta zona del litoral sudafricano se la conoce como la Costa de las Ballenas. Las corrientes frías hacen de este trozo de mar uno de los más fértiles del mundo: y siempre que hay abundancia de peces pequeños vienen los grandes. En los alrededores de Gansbaai hay varias colonias de leones marinos; la presa preferida del Tiburón Blanco. La mejor época del año para el avistaje de los bichos (tanto ballenas como tiburones) es entre abril y octubre (otoño e invierno australes).
La ruta hasta el Cabo de Las Agujas (88,9 kilómetros) nos lleva hasta el punto más meridional de África. Las historias de marineros y la literatura le dan este honor al Cabo de Buena Esperanza, pero la geografía no miente. Aquí termina el continente africano y se juntan el Atlántico y el Índico. Y también es uno de los lugares más bonitos de Sudáfrica. En sentido estricto, este punto de la costa no forma del tradicional Garden Route (a esta altura corre tierra adentro), pero el lugar lo merece. El punto de referencia para el viajero es el antiguo faro (uno de los más antiguos aún en activo del mundo) y la placa que marca el punto dónde se tocan los dos océanos, pero en las inmediaciones de Suiderstrand hay todo un paraíso de bahías de aguas transparentes, calitas de arenas claras y cabos rocosos surrealistas que bien merecen un par de horas de vagabundeo tranquilo. Junto a los restos de un barco hundido (el Meisho Maru) está el inicio de un pequeño sendero costero que llega hasta Suiderstrand y que merece la pena recorrerse.
Tramo 2. Desde el Cabo de Las Agujas a Mosselbaii (275 kilómetros) . En teoría, la verdadera Garden Route empieza en Mosselbaii y termina en Port Elizabet conectando un verdadero rosario de parques nacionales y espacios naturales que tienen su punto culminante en Tsitsikamma. Pero para llegar hasta Mosselbaii hay que recorrer un buen tramo de ruta que, durante casi 300 kilómetros se aleja de la costa. En este buen tramo de carretera puedes optar por ir a tiro hecho o aprovechar para ver un par de sitios que merecen la pena. Como los campos de cereal que decoran gran parte del camino. Si optas por hacer esta etapa en dos días haz noche en Swellendam y visita el Parque Nacional Bontebok Parque Nacional Bontebok , un paraíso de humedales creados por el Río Breerivier que son un verdadero paraíso para las aves.
Mosselbaii es un lugar especial desde el punto de vista huistórico. Aquí tocaron tierra los portugueses capitaneados por Bartolomé Díaz en 1488 (un pequeño museo recuerda la gesta) y se establecieron los primeros habitantes holandeses; pero acá había gente desde hace muchísimo más tiempo. En una cueva de Pinacle Point se han descubierto algunos de los restos más antiguos del Homo Sapiens Sapiens (167.000 años) en todo el mundo. Aquí se inicia la verdadera Garden Route. La Ruta Nacional 2 corre en paralelo a la costa atravesando algunas manchas del bosque nativo que cubrió toda esta parte del litoral sudafricano hasta prácticamente antes de ayer. Ya en pleno Mosselbaii se nos adelanta lo que nos queda por delante: las primeras arenas de Diaz Beach es sólo un anticipo de las playas kilométricas en las que desembocan los ríos formando preciosos lagos. Camina hasta Hartenbos Lagoon para hacerte una idea de lo que te espera y, si aún te quedan ganas, hasta la espectacular desembocadura del Río Klein Brakrivier.
Desde Mosselbaii hasta Port Elizabeth (366 kilómetros). Es la ‘parte del león’ en la Garden Route (como decíamos con anterioridad esta es la verdadera ruta jardín). Una sucesión de lugares espectaculares y bosques nativos que apenas te deja tiempo para descansar. Aquí hay que darle tiempo al asunto; dedícale al menos cuatro días a esta parte. Wilderness (58,3 kilómetros) es la puerta de entrada a este paraíso natural en el que se apelotonan los parques nacionales y las reservas naturales. Lugares como Diepwalle Forest (Acceso por R-339 desde Knysna), uno de los bosques nativos mejor conservados del área que cuenta con su propia senda de elefantes. La ciudad de Knysna no tiene nada de especial, pero su emplazamiento, en una enorme ría formada por el encuentro del Knysna Rivier y el mar, es espectacular.
El bosque nativo se encuentra con el mar en lugares como Nature’s Valley, una pequeña urbanización destinada al turismo enclavada en una enorme playa. El ‘lagoon’ formado por el Grootrivier y la desembocadura del modesto Soutrivier son el punto de partida de una red de senderos que se internan en el bosque. Es el anticipo perfecto de la joya de la corona. En Tsitsikamma National Park hay que pasar al menos una jornada completa. Están los senderos que alternan los densos bosques costeros y la espectacular costa (el famoso Mouth Trail, un camino fácil que tiene el aliciente de atravesar varios puentes colgantes y el más largo pero espectacular Waterfall Trail; el piragüismo por las aguas tranquilas del Stormsrivier o darse un chapuzón en alguna de las pequeñas calas de arenas claras. Desde aquí, restan 185 kilómetros para culminar la ruta en Port Elizabeth. En otro lugar, este trozo de costa daría para mucho, pero aquí no es más que la continuación de lo que llevamos viviendo en los últimos días. Paisajes alucinantes que te obligan a parar el coche cada pocos kilómetros: como la playa de Oyster Bay, las dunas de Gamtoos Mouth o la espectacular Marine Drive, un camino que rodea toda la costa de nuestro destino final.
Fotos bajo Licencia CC: Christian Keller ; NH53 ; Russell James Smith ; Amanda ; South African Tourism ; Meraj Chhaya