El Oasis de Tozeur: beduinos, dátiles y caballeros jedi al sur de Túnez
Lo mejor de Túnez es su tamaño perfecto para hacer un viaje completo. Un tamaño que para nada condiciona lo que atesora, porque es mucho, muy bueno y único. Sólo con decir Cartago, por ejemplo, ya bastaría para planificar un viaje al pequeño país del Magreb. Y están las viejas medinas, los lagos de sal kilométricos, las primeras dunas que adelantan las inmensidades ‘vacías’ del Sáhara. Mucho en muy poco espacio. En Túnez cabe un planeta entero. Y no es coña. Aquí se sitúan los parajes desolados de Tatooine, el planeta ‘natal’ (evitaremos hacer spoilers) de Luke Skywalwer, uno de los escenarios recurrentes de la saga espacial ‘Star Wars’. Nosotros somos más de ‘Star Trek’, la verdad, pero poder ver con nuestros propios ojos los escenarios donde se desarrollan muchos de los episodios centrales de la historia fue una experiencia molona. Mucho. Tozeur es uno de los oasis más importantes del norte de África. Un manchón verde aplastado entre las arenas y rocas del Parque Nacional de Dghoumes y las inmensas llanuras de sal de Chott El Jérid. Un lugar lleno de Historia y de historias.
El oasis es una excepcionalidad en un entorno hostil para la vida humana. Por eso casi todos los oasis del mundo son lugares excepcionales repletos de vestigios humanos que se remontan casi hasta el inicio mismo de los tiempos. Tozeur también. Aquí, por ejemplo, se instaló una pequeña guarnición romana para guardar los límites del imperio: las primeras hileras de piedra y el minarete de la Mezquita al-Kasr (Torre de Thusuros), en plena medina, y muchas de las acequias que se adentran en un palmeral con más de 300.000 árboles, datan de aquellos tiempos. Muy cerca de la principal medina de Tozeur, en Touati Mohsen, puedes ver los restos de la Basílica Bizantina de Castilia junto a los cimientos de una pequeña ciudad. Pero el grueso de la presencia humana en la zona se produce a partir del siglo XIII cuando se acometen importantes obras de regadío dirigidos por el héroe local por antonomasia: el matemático e historiador Ibn Xabbat. Ahí se produce la explosión económica y demográfica de Tozuer como verdadera potencia agrícola y escala caravanera.
La medina de Tozuer es uno de los mejores lugares del norte de áfrica para ver lo que se puede hacer con adobe. Casas, palacios, mezquitas, muros, puertas monumentales. Millones y millones de ladrillos de barro y paja que crean uno de los conjuntos monumentales más bonitos del Magreb. Una buena oportunidad para ver una de estas joyas del barro por dentro es el Museo Arqueológico Sidi Ben Aissa (Av. de Kairouan) con una curiosa colección de objetos y artesanías que van desde el siglo XV hasta el presente. El otro gran centro patrimonial de Tozuer es el ‘barrio’ de Bled El Hadhar, ya metidos de lleno en el inicio de los inmensos palmerales. Aquí está la Mezquita de Al-Ksar y su Torre de Thusuros, germen romano del lugar y núcleo del oasis hasta la expansión urbana de la Edad Media. Aquí también puedes ver un cementerio, el Mausoleo de Bled El Hadhar y algunas de las casas más antiguas del lugar. Construcciones sencillas con cúpulas albeadas de blanco que inspiraron a George Lucas a la hora de diseñar ese infierno ultra capitalista llamado Planeta Tatoouine. Otro lugar que hay que ir a ver, mientras se van descubriendo mausoleos y morabitos, es el Palacio de Dar Cherait (Abdul Kacem Chebbi) un caserón del siglo XIX que es una verdadera escultura de ladrillos de adobe.
Y el palmeral… ¡Qué palmeral! 8.000 hectáreas y unas 300.000 paleras forman uno de los jardines más imponentes del norte de África. Antes de empezar a ver palmeras, acequias, albercas y huertos hay que acercarse a Eden Palm (Chemin de l'Ancienne Oasis) un pequeño centro cultural privado (vinculado a una de las empresas de cultivo de dátiles de la zona) en la que puedes ver como se cultiva, como se riega, la historia del palmeral y el uso del dátil en la gastronomía local. Merece la pena para poder entender este espacio vital para la subsistencia y la economía de estos oasis norteafricanos (como sucedía, por ejemplo, en nuestro Palmeral de Elche). Desde aquí puedes internarte en el oasis y ver la maravilla del trabajo humano convertido en acequias, norias, albercas, pozos y verde. Mucho verde.
Otros dos oasis imprescindibles muy cerca de Tozeur.- Los palmerales se extienden por la zona aprovechando el afloramiento de aguas en un entorno en el que el líquido es la excepción. Hay dos oasis de montaña que hay que ir a ver sí o sí: Mides y Tamaghza (Tamerza). Y lo mejor es que están uno muy cerca del otro. Estamos en una zona de profundos cañones de los que surge el agua como por arte de magia. Y con el agua llegan las palmeras, los árboles, los pequeños huertos y las casas de adobe. Tamerza es el gran oasis de montaña del lugar: aquí puedes ver una pequeña cascada alimentada por un surtidor que es un verdadero río, una pequeña red de cañones muy estrechos, un enorme palmeral y los restos de Tamaghza El Gdima, antiguo Ksar medieval con casas de adobe, mausoleos y restos que se remontan a la vieja Roma. A pocos kilómetros de Tamerza está Mides, famoso por su cañón tapizado de palmeras y su antiguo Ksar. Cine por todos lados. En estos parajes se rodaron muchas de las escenas de El Paciente Inglés, una de las grandes películas de finales del siglo XX.
Y para terminar, Tatooine.- El palmeral de Tozeur se interrumpe de manera abrupta dando paso a una de las llanuras de sal más grandes del norte de África. La mejor época para acercarse hasta acá es en invierno. No sólo porque las temperaturas saharianas dan una pequeña tregua, sino porque la época de lluvias nos puede regalar la imagen del salar inundado, uno de los grandes espectáculos del lugar. En esta llanura de sal comienza nuestro viaje por Tatooine ese planeta desértico y cruel que ejerce de escenario centralísimo de la saga de Star Wars. No se pueden ni imaginar lo que supone adentrarse en la planada de sal y acercarse a la pequeña granja de humedad de Owen Lars, el tío de Luke Skywalker en la Guerra de Las Galaxias. El antiguo decorado ha sido felizmente restaurado (estaba hecho polvo) y se reduce a la entrada de la granja y sus emblemáticas antenas (el interior se rodó en Matmata a 215 kilómetros de aquí).
La otra parada obligada en este tour galáctico es Mos Espa, uno de los sets de rodaje más famosos del mundo. Tatooine en estado puro. Y aunque el lugar necesita un poco de pintura, algún arreglo de restauración y sacar arena para parar un tren, es emocionante recorrer las calles del lugar de nacimiento de Anakin Skywalker. Hay tours que salen desde Tozeur para recorrer todos los escenarios de la saga galáctica, pero si vas con coche de alquiler puedes ir visitando los diferentes escenarios que se localizan en torno a Mos Espá: las Dunas de Eriguet (donde caen C3PO y R2D2 cuando huyen de la nave de la Prinecsa Leia), las peñas de Ong Jemal, puesto de observación de Darth Maul en La amenaza fantasma, o la propia granja de la familia Lars.
Fotos bajo Licencia CC: Imen; Stefan Krasowski; Mark W; Jean-François; Délirante bestiole; Dennis Jarvis; Amanda
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