La Isla Baja de Tenerife es una especie de mundo aparte. El paisaje protegido de La Rambla de Castro forma una pequeña frontera natural que separa esta parte de la isla del Valle de La Orotava. Entramos en una comarca nueva y con tintes diferenciadores que son más notables de lo que podría pensarse en una isla de geografía pequeña y abigarrada. Aquí, las laderas del Teide se desploman hacia el mar de forma directa y uno podría pensar, mirando hacia arriba, que el gigante podría caer sobre la cabeza de uno en cualquier momento. Entramos en una zona de escarpes que nos va aproximando a la Punta de Teno, que ya no es que sea otro mundo; es como otra galaxia si pensáramos en Tenerife como en un universo en chiquitito. Pero también es una comarca cultural con raíces históricas diferenciadas: es la isla de las grandes haciendas agrícolas y dónde de manera más notable se deja sentir la herencia de los muchos colonos portugueses que llegaron aquí tras la conquista. Es la isla del Drago de Icod, de los volcanes de Garachico, de los dulces de Buenavista del Norte. Un trozo de ese Tenerife que se deja querer y que, en visitas de menos de una semana, demanda una visita rápida.
Km 0.- Rambla de Castro (a 8,3 kilómetros de Puerto de La Cruz). El Paraje Protegido de La Rambla de Castro es uno de los parajes de costa más bonitos e intensos de todo Tenerife. El acceso de hace desde la TF-5 y cuenta con un pequeño aparcamiento. Desde ahí parte un sendero que te interna en un paisaje alucinante. Un denso palmeral cubre gran parte del barranco que desemboca en la Playa de Castro. Pero antes de llegar hasta la orilla de mar puedes visitar una antigua hacienda rural del XVI que aprovechaba una fuente (Madre del Agua) y dar un paseo por los caminos que llevan hasta el Fortín de San Fernando, una antigua batería artillera del siglo XVIII que protegía la playa ante posibles desembarcos (aún conserva algunos cañones). El espacio natural está dominado por la palmera canaria, pero hay otras especies propias de los ecosistemas costeros (tabaibal-cardonal) y, gracias a la abundancia de aguas, especies como el drago. La Rambla de castro, en la actualidad, cuenta con un sendero de 4,5 kilómetros (sólo ida) que llega hasta la Playa de Los Roques.
Km 7.3.- Barranco de Ruiz. Parada breve. Esta parte de la isla te va a obligar a parar cada pocos kilómetros (miradores, rincones preciosos, curiosidades…). En el Barranco de Ruiz se juntan un espacio natural de gran belleza paisajística y por el Molino de Gofio del Risco de las Pencas, una vieja instalación de molienda movida por la fuerza del agua. Desde aquí también te puedes internar en el Barranco de Ruiz a través de un sendero conocido como Camino de Las Pencas (en referencia a la industria de la cochinilla).
Km 10,6.- San Juan de La Rambla. Una de las joyas históricas y artísticas de Tenerife aunque la gente suele pasar de largo. El pequeño núcleo urbano se articula en torno a las calles Alhóndiga y Estrecha para culminar en la Iglesia de San Juan que es un buen ejemplo de arquitectura religiosa tradicional. Lo mejor de San Juan de la Rambla es callejear hasta completar el callejero de su casco. Ahí vas a poder descubrir una gran cantidad de grandes casonas y pequeñas viviendas tradicionales. Pese a su tamaño, este es uno de los conjuntos urbanos más homogéneos y mejor conservados de toda la isla. Si tienes ganas de darte un chapuzón obligada la bajada hasta el Charco de La Laja. Si tienes tiempo, otro charcón de marea digno de verse es el Charco del Viento (6,1 kilómetros desde San Juan de La Rambla). De los mejores arroces caldosos de Tenerife.- A nuestro juicio, el Restaurante Las Aguas (La Destila, 20 –Las Aguas-) es de los mejores lugares de toda la isla para comer arroz caldoso de pescado y mariscos. También cuentan con una carta generosa de pescados frescos.
Km 21.- Icod de Los Vinos. Palabras mayores. El punto culminante de este pueblo maravilloso es su famoso Drago Milenario (Arcipreste Ossuna, 1) uno de los monumentos vegetales más famosos del mundo. Este ejemplar único de dracanea draco mide unos 18 metros de altura y, según dicen los que saben de estas cosas, tiene entre 800 y 1.000 años de edad. Es un verdadero icono natural de todo Canarias y verlo impresiona. Pero Icod es mucho más que su drago. Aprovecha para visitar la Casa de Los Cáceres (Plaza de la Constitución, 1) una de las grandes casonas nobiliarias de la población y para entrar a la Iglesia de San Marcos (San Sebastián, 26) que es de los mejores templos de arquitectura tradicional canaria de toda la isla. Los artesonados son de gran calidad y hay algunas tallas muy buenas. Otro punto culminante de Icod es la Plaza de la Pila (se llama así por su fuente del siglo XVIII) desde donde puedes ver algunas de las casonas más antiguas y bonitas de la localidad. Este pueblo es una maravilla. La Cueva del Viento (Camino de los Piquetes, 51).- Este es el sexto tubo volcánico más grande del mundo y durante siglos alimentó el mito de una conexión directa con el mismísimo Pico del Teide. Y lo mejor es que se puede visitar (la entrada cuesta 20 euros para los no residentes y hay que sacarla en su web). Es un lugar muy especial y merece mucho la pena. También cuenta con un centro de visitantes.
Km 27,9.- Garachico. Previa parada en el Mirador del Guincho (Km 25,3) llegamos a la otra gran referencia de la Isla Baja. Garachico es famosa por varias cosas. Durante más de dos siglos fue el puerto de exportación de productos agrícolas (azúcar y vino) más importante de Tenerife. Hasta que el Volcán de Arenas Negras le dio por entrar en erupción en 1706 y topar la bahía y, de paso, arrasar medio pueblo. El recuerdo de aquel trauma histórico son las coladas que bajan desde las alturas como un manchón negro y un litoral de charcos y canales (El Caletón) donde se sujeta el Castillo de San Miguel (Tomé Cano, sn). También hay que buscar los restos de la erupción en el Parque de la Puerta de Tierra donde puedes ver algunos rastros del antiguo puerto hoy cegado y un monumento que conmemora el tercer centenario de una tragedia que no causó ninguna víctima mortal.
Garachico es un pueblo precioso que supo reponerse de aquel golpe y recuperar una monumentalidad que se pone de manifiesto en casonas como el Palacio de los Condes de La Gomera (Francisco Montesdeoca y García, 3) o la Casa del Marqués de la Quinta Roja (San Francisco, sn) Y también en grandes edificios religiosos como la Iglesia de Santa Ana (Julio Rosquet Garcia, sn) –una de las más grandes de la isla- o los conventos de San Francisco (San Francisco, 1), La Inmaculada (Esteban de Ponte, 38) o Santo Domingo (Plaza de Santo Domingo). Tres conventos monumentales en un pueblecito que apenas tiene 900 metros de punta a punta. Este hecho pone de manifiesto la importancia económica de aquel Garachico previo a la erupción. Subir hasta Arenas Negras (17,5 kilómetros ida).- Es interesante, No sólo por echarle un vistazo al responsable de la catástrofe de Garachico sino para disfrutar de u paisaje insólito marcado por las llanadas de picón (piedras volcánicas de color negro) y los pinares. Desde el cráter del volcán vas a poder hacer una de las mejores fotos del Teide de todo tu viaje a Tenerife.
Km 34,4.- Los Silos. Este pequeño pueblo rodeado de plataneras es otro ejemplo de casco histórico cargado de arquitectura tradicional y algunas sorpresas. Explora los alrededores de la Plaza de la Cruz para ver los edificios más notables (como el Convento de San Sebastián Los Silos y sus preciosos artesonados) y aprovecha para internarte en el Callejón Aregume y ver la trastienda agrícola de la población.
Km 38,3.- Buenavista del Norte. Aquí no se repiten esos fogonazos de monumentalidad de otros pueblos de la Isla Baja. El casco urbano es más bien modesto en comparación con sus vecinas aunque con algunos detalles interesantes en las calles que desembocan y rodean la Plaza de Los Remedios (con ejemplos notables como la propia Iglesia de Los Remedios, el Mercado del Agricultor y varios inmuebles tradicionales de gran belleza. En Buenavista del Norte se encuentra una de las instituciones gastronómicas de la isla: La Pastelería el Aderno (La Alhóndiga, 8). Aquí vas a encontrar algunos de los mejores dulces de toda Canarias. Hay de todo, pero nosotros sentimos verdadera pasión por los rosquetes y los mantecados, emblemas de la repostería tradicional. Otro punto a favor de este municipio es su costa. El Sendero de Las Salinas recorre un buen tramo de costa desde la Ermita de Nuestra Señora del Carmen hasta la Playa del Fraile ya a los pies del imponente macizo de Teno.
Ir hasta la Punta de Teno.- Hasta hace algunos años recorrer la TF-445 era una de las experiencias más intensas de toda Tenerife. Hoy el acceso a la Punta de Teno está cerrado al coche privado y sólo se puede acceder con taxi o a través de la Línea 369 de la empresa pública TITSA (sale desde la Estación de Guaguas de Buenavista del Norte –La Cancela, 1-) con bastantes frecuencias desde primeras horas de la mañana hasta las últimas de la tarde. ¿Merece la pena ir hasta Teno? Sí. Es uno de los paisajes más alucinantes de la isla. Un pequeño rincón a pies de los míticos Acantilados de Los Gigantes con una pequeña playa y vistas sobre La Gomera.
Fotos Bajo Licencia CC: Javier Sánchez Portero; Enric Rubio Ros; kismihok; Andrew Woodvine; secrettenerife.co.uk; Francisco Javier Toledo; La Mirilla Contenidos