Impresiones de tres días en Jaén: una ciudad de puertas adentro

José J. Jiménez

31 de diciembre de 2022 22:01 h

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Jaén es una de esas ciudades que da mucho más de lo que aparenta. La antigua capital del Santo Reino es una de las grandes desconocidas españolas y su situación geográfica, sin conexiones ferroviarias de alta velocidad y relativamente lejos del eje Madrid-Sevilla, es un hándicap para el turismo de paso. Y eso que la provincia jienense, algo que no nos cansamos de decir, es una de las mejores de España para planificar un auténtico planazo. Jaén no tiene playa; pero es que ni le hace falta. Gran parte de su territorio cuenta con algún grado de protección ambiental (con verdaderas maravillas como Cazorla, Segura y Las Villas ; Sierra Morena y nuestra adorada Sierra Mágina); concentra una de las colecciones de arqueología más importantes de Europa y cuenta con joyas Patrimonio Mundial de la UNESCO como Úbeda y Baeza. Y después está Jaén capital, una ciudad que ya conocíamos y que ahora hemos explorado a fondo. Y decimos que es un destino de ciudad a la altura de sus vecinas más ilustres (a tiro de piedra de Granada y Córdoba). ¿Exageramos? Para nada. Aquí se encuentran, por ejemplo, la obra cumbre del Renacimiento español y los baños árabes más grandes y mejores conservados de toda Europa (a excepción de Estambul, claro está). Y también uno de los museos arqueológicos más importantes del país.

¿Se puede ver la ciudad en un día? Lo más importante sí. La gran mayoría de los hitos patrimoniales se encuentran en el eje que forman las calles Martínez Molina y Almendros Aguilar desde la zona de la Catedral hasta la Iglesia de la Magdalena. Para cubrir lo imprescindible del centro y subir hasta el Castillo de Santa Catalina no es mala idea combinar la patilla y el Servicio de Bus Turístico de Lagarto Tours (Tel: (+34) 953 715 215) que te permite ir visitando los hitos más importantes incluido el gran salto que supone subir hasta la antigua alcazaba árabe (que no puede faltar de cualquier visita). ¿Pero merece la pena quedarse al menos una noche? Obviamente. Por varias razones. La primera es que te va a permitir verlo todo, incluir algún museo y poder abandonarte al vicio confesable de parar cada pocas horas para disfrutar de una de las mejores ofertas de tapeo de España. La segunda es que visitar la ciudad de noche merece mucho la pena.

Qué ver en Jaén; guía y consejos

Como te decíamos antes, la ciudad es celosa de sus secretos. La gran mayoría de sus tesoros se encuentran muros adentro; tras puertas sencillas o humildes tapiales. Y por eso lo primero que hay que hacer es acercarse hasta la Oficina de Turismo (Maestra, 8) para preguntar y recabar toda la información posible y no dejarte nada atrás. Como te decíamos, hay mucho tesoro oculto y sin ir muy lejos de la propia oficina de información, nada hace presagiar que tras una sencilla puerta de madera de un callejón por el que no pasan dos personas juntas se encuentra el maravilloso Salón Mudéjar del Palacio del Condestable Iranzo (Bernardo López, 3). Aquí puedes ver uno de los mejores alfarjes mudéjares de toda Andalucía. Obras cumbre. como la Catedral de Jaén (Plaza de Santa María, sn), una de las más fastuosas construcciones renacentistas de toda España. Este templo, que lleva la firma de Andrés de Vandelvira impresiona por fuera y sublima por dentro. Consejo.- Si solo te apetece echarle un vistazo porque vas de excursión rápida, vete a primera hora antes de la misa de las 9.00. No sólo tendrás como media hora para verla sino que estarás prácticamente solo. Ver como el sol empieza a 'incendiar' las vidrieras es un espectáculo. Aquí en torno a la Plaza de Santa María tienes otras cosas que ver como el edificio de La Diputación (Plaza de San Francisco, 2), la arquitectura burguesa de la Calle Bernabé Soriano, el Palacio de los Vilches (Dean Mazas, 2) o la Plaza de la Constitución , uno de los puntos más animados de toda la ciudad y eje de conexión de los diferentes ambientes del Casco Histórico.

Un paseo por la vieja 'medina'.- la Calle Maestra sale de la Plaza de Santa María y se interna en la Jaén medieval. Aquí puedes ver la Casa del Reloj (Maestra, 4) como si fuera la última traza de la modernidad antes de meterte por las callejuelas de la medina islámica. Está claro que los palacios renacentistas (un buen puñado de ellos), los conventos y las iglesias sustituyeron a las mezquitas y las madrazas, pero la traza de las calles con sus callejones angostos y sus esquinas de geometría desquiciada dan fe de que antes de Jaén estuvo Yaiyán, que se deja ver en algunos detalles ocultos como los Baños Árabes (Santa Luisa de Marillac, sn), el Baño del Naranjo (Los Caños, sn) o el viejo alminar y el patio de las abluciones de la Mezquita Menor… Y decimos ocultos porque hoy en el solar de aquella vieja mezquita está la Iglesia de la Magdalena (La Magdalena, sn) y los baños más grandes y mejores conservados de España funcionaron durante siglos como sótano y almacén del Palacio de Villadompardo una de las muchas joyas renacentistas de Jaén en la que hoy puedes ver, a parte de los propios baños, el museo de costumbres populares, una muestra curiosa de arte naif y una terraza mirador imprescindible.

Tapiales, tapiales y tapiales… El patrimonio oculto de la ciudad es imponente. Y por eso hay que atreverse a entrar en las puertas abiertas. Detrás se encuentran lugares increíbles como el Hospital San Juan de Dios (San Juan de Dios, 2) o el patio de Santa Clara (Santa Clara, 4). Pequeños mundos interiores que salen acá y allá mientras uno explora lugares lindos como la Judería, el Arco de San Lorenzo, la famosa Plaza del Lagarto o el entorno de la Plaza de los Caños. Ir y venir. Y atreverse a subir escaleras que parecen infinitas para llegarse hasta los techos de la ciudad. El tamaño de la capital lo permite. Pasar una y otra vez por los mismos lugares es uno de los placeres que colman al viajero. Si pasas aquí dos o tres días te vas a volver a casa con la certeza de que conoces Jaén con suficiencia.

El barrio de San Ildefonso.- Grata sorpresa. Aquí fue dónde caímos en la cuenta de que la ciudad da mucho más de sí de lo que pueda parecer o te puedan decir. La Basílica de San Ildefonso (San Ildefonso, sn) ejerce de polo de atracción mística y patrimonial de un barrio dónde, por ejemplo, brilla con luz propia otro de los templos de la capital: el Restaurante Bagá (Reja de la Capilla, 3) , uno de los mejores lugares para comer de toda la provincia. Los callejones de San Ildefonso esconden viejos palacios, fachadas de piedra con varios cientos de años encima, bares de tapas para parar un tren y algunos hitos como la Puerta del Ángel, una de las portadas de las viejas murallas de la ciudad (que aparecen discretas en varias partes de la ciudad), la Fuente Imperial de las Bernardas o el Convento del mismo nombre (Puerta del Ángel, 2).

Subir al Castillo de Santa Catalina.- Sí o sí. Aprovecha el recorrido de Lagarto Tours para recorrer el casco histórico de paso que subes hasta las alturas de este cerro prodigioso. Aquí no sólo te vas a encontrar con uno de los castillos mejor conservados de España (no sé si sabías que Jaén tuvo durante siglos fama de plaza inexpugnable y sólo pudo conquistarse por acuerdo) sino que las vistas sobre la ciudad y la enorme vega jiennense ( ocupada casi en exclusiva por el famoso mar de olivos). Hoy, el viejo Castillo sobrevive en muy buenas condiciones y alberga un centro de interpretación muy interesante de ver mientras que la vieja alcanzaba árabe, muy dañado tras la guerra de la Independencia contra el francés, ha sido duro alterada para convertirse en el Parador Nacional de Turismo de la capital (ideal para tomarse un café con vistas o, si hay posibles, alojarse durante tu estancia en la ciudad).

Museos de Jaén.- Si vas con poco tiempo limítate a echarle un vistazo rápido a las colecciones antropológicas y artísticas del Palacio de Villadompardo aprovecha que tienes que visitar los baños árabes y subir a su terraza mirador. Para estancias más largas (dos o tres días) puedes alternar el paseo con las visitas culturales. El Museo Íbero (Paseo de la Estación, 41) nació para ser una referencia en la difusión y conservación de los restos arqueológicos de esta fascinante civilización. Ahora hay un par de exposiciones temporales muy interesantes, pero cuando esto esté funcionando como es debido será uno de los museos de referencia de toda España. ¿Merece la pena ver las exposiciones que hay ahora? Si. A nosotros nos gustaron mucho. Después tenemos el Museo Provincial (Paseo de la Estación, 29) que, para que negarlo, está bastante más regular. Es interesante para ver la pequeña colección argárica y preibéricas y tiene algunos cuadros lindos de ver, pero la verdad es que tiene que mejorar bastante. El Museo Catedralicio (Plaza de Santa María, sn) no lo vimos.