Un chute de naturaleza en Monfragüe: el parque nacional de los buitres negros

Desde el Salto del Gitano se disfruta de uno de los espectáculos naturales más intensos de España. El paraje invita al asombro. El Río Tajo aquí hace honor a su nombre cortando a cuchillo una pared de roca caliza con una precisión vertical casi quirúrgica. Un tajo en tora regla que escenifica la lucha titánica de milenios que enfrenta al agua con la piedra. A media altura, desde el Salto del Gitano podemos sentir toda la grandeza del lugar porque hay que mirar mucho para abajo y muchísimo más para arriba. El ‘pliegue’aquí se rompe en una grieta que deja fluir el río creado un escarpe ideal para que las corrientes de aire asciendan y desciendan a causa de las enormes fluctuaciones de temperatura que se generan en una lucha a la que se suman los rayos de un sol casi siempre potente por estas latitudes peninsulares. Uno viene aquí a ver el Tajo pero muy pronto desvía la atención hacia las alturas para ver a los buitres danzar con el viento. Una pasada.
El Parque Nacional de Monfragüe ejerce de frontera natural entre las llanadas de la Meseta castellana y las suaves dehesas extremeñas. Es un lugar muy singular marcado por un accidente geológico muy curioso formado por presiones ciclópeas. ‘El Pliegue’ es el elemento fundamental que explica el lugar, su fisiología y la vida y la muerte de los bichos que aquí viven. Un pliegue anticlinal se produce cuando las fuerzas geológicas doblan la corteza terrestre creando una especie de montículo que se extiende por varios kilómetros. En Monfragüe, este pliegue conforma el meollo del parque. Una barrera de más de 30 kilómetros de largo y una media de siete de ancho que ha creado un pequeño paraíso natural. El Parque cuenta con casi 120.000 hectáreas de espacio protegido y fue el resultado de la lucha de las gentes del lugar contra los intereses de unos pocos. Los de siempre querían llenar la zona de eucaliptos y la gente dijo no. Y el resultado es un lugar único.

Un buen lugar para comprender este espacio es el Mirador de ‘El Pliegue’ (acceso desde Villareal de San Carlos –EX208-). Este lugar está en un punto clave por tres razones: la primera es que se sitúa en un punto intermedio del parque y permite ver una panorámica muy amplia; la segunda es que aquí la roca viva queda al descubierto y puedes ver con total precisión uno de esos pliegues de roca tan característicos de la zona (parece como si la roca se hubiera doblado como si fuera de goma) y lo tercero es que está a tiro de piedra de Villareal de San Carlos. Este antiguo cortijo serrano se edificó en el siglo XVIII por orden de Carlos III como guarnición de guarda de caminos y hoy cumple su función de vigilancia aunque de otra manera: aquí se encuentra el Centro de Información del Parque Nacional, puedes ver reconstrucciones de algunos chozos tradicionales (cabañas pastoriles de piedra y techos de paja) y sus alrededores suelen ser una zona de paso de buena parte de los vecinos ilustres del parque.

Vecinos especiales… La fauna que habita Monfragüe conforma un extensísimo catálogo. Uno de los puntos fuertes es la presencia de grandes rapaces (con el buitre negro, el águila imperial y la cigüeña negra como estrellas) pero con los pies en el suelo hay otros ilustres como el ciervo, el lince, el gato montés, la jineta, el zorro, el jabalí o las nutrias que se pueden ver en las aguas de ríos, lagunas y embalses. ¿Y el lobo? No está, pero se le espera. El parque es también una buena guía del bosque mediterráneo. Mandan los encinares y los alcornocales, pero pueden verse zonas de pinar, grandes áreas de matorral y la transición del monte alto a la característica dehesa extremeña.

Lo que hay que ver sí o sí.- El gran hito del parque, como decíamos anteriormente, es el conocido como el Salto del Gitano. Este mirador es famoso por sus vistas al Tajo y la cantidad de aves rapaces que puede verse en cualquier época del año. Desde aquí puedes acceder con facilidad al Castillo de Monfragüe. La fortaleza es una de las más importantes huellas de la presencia del ser humano por estos parajes. El castillo fue construido por los árabes en el siglo IX. Es uno de los escasos restos emirales (esto es anteriores al Califato de Córdoba –siglo X-) que pueden verse en España. Dicen que el castillo fue bautizado como el Alcázar de Al Mofrag que quiere decir Fortaleza del Abismo. El lugar es muy bonito de ver. A los pies del castillo nos topamos con otro hito histórico de gran relevancia: el Abrigo del Castillo, un solapón de piedra donde puedes ver pinturas rupestres del Neolítico (están fechadas en torno al 5.000 antes de Cristo). Este es el yacimiento más accesible de las más de cien estaciones rupestres que hay por todo el parque.

SI quieres ver ciervos el mejor lugar es la Fuente del Alisar. Esta ruta circular de apenas cuatro kilómetros tiene su punto de salida y llegada en Villarreal de San Carlos y permite, a la par de ver bichos, acercarse al Mirador del Pliegue. Otra ruta circular fácil de hacer tiene su salida y llegada en el Puente del Cardenal (el nuevo). Ahí tienes una zona de aparcamiento (Fuente del Francés) y el acceso a uno de los tramos de la Ruta Roja (hay tres grandes rutas de paseo habilitadas para los visitantes) que se interna por la cara oeste del gran pliegue justo donde se producen los mayores grados de pluviosidad y humedad del parque. Este sendero autoguiado cuenta con paneles y apenas tiene unos cuatro kilómetros de longitud. El máximo atractivo del paseo es adentrarse en el Bosque de la Umbría, de lejos el mejor conservado de todo el parque. Aquí mandan los alcornoques y los quejigos aunque este bosque primitivo está compuesto por cientos de especies vegetales. Estamos a los pies de las alturas del Salto del Gitano y el Castillo. Si miras hacia arriba puedes ver buitres, águilas, alimoches...

Otro lugar imprescindible del parque es la Portilla del Tiétar. Como el Salto del Gitano pero en chiquito. La singularidad botánica y geológica del parque viene dada por la sucesión de pliegues y la confluencia de dos gigantes fluviales obligados a dar vueltas y vueltas por las barreras de roca: el Tajo y el Tiétar. Este último rompe el primero de los pliegues del parque en una zona muy abrupta donde se forman meandros muy marcados en un tramo pequeño que termina en la desembocadura con el Tajo. El lugar es impresionante.

La huella del hombre en Serradilla.- Nos acercamos al pueblo de La Serradilla para explorar otro de los ejes que explican el parque: como lo viven y lo han vivido los hombres y mujeres a lo largo de los siglos. El Pliegue de Monfragüe no es lugar para el humano. Los pueblos en el entorno del parque quedan apartados del monte y se asientan donde la tierra ya tiende al llano de la preciosa Dehesa Extremeña (uno de los paisajes naturales y culturales más interesantes del país). La Serradilla ejerce de capital del parque nacional y aquí nos vamos a encontrar el Centro de Interpretación de la Huella del Hombre (Cuatro Lobos, 4) uno de los cuatro centros museísticos del parque. El discurso, aquí, se centra en el contexto cultural que implica Monfragüe para lo bueno y para lo malo. La Serradilla es un pueblo, además, digno de verse, El entorno que se apelotona en torno a la Plaza de la Constitución es una maraña de callejuelas estrechas donde se pueden ver algunos lugares de interés como la propia plaza (con su Rollo de la justicia, lugar dónde se daba cumplimiento a los castigos penales) o el Santuario del Santísimo Cristo de la Victoria (Liberato Alonso, 17), una pequeña joya renacentista con dos retablos de impresión. Otro imperdible cerca de Serradilla es el mirador sobre el Río Tajo que puede visitarse sin problema desde la carretera CC-29.6 (desde aquí salen los barcos que hacen un recorrido por el río).
Una cantidad brutal de arte rupestre y cielos limpios.- Desde Serradilla nos trasladamos hasta Torrejón El Rubio, el segundo de los pueblos del flanco sur del ‘pliegue’ de Monfagüe. El motivo para andar por aquí es el Centro de Interpretación del Arte Rupestre (Carretera, sn) donde te dan una visión de conjunto del patrimonio rupestre de la comarca. Lo bueno de este centro de visitantes es que tiene acceso directo a la zona del Castillo y, por lo tanto, al abrigo rupestre del Castillo, uno de los más notables de toda la zona. En este lugar también se ha instalado un pequeño observatorio astronómico que permite disfrutar de uno de los mejores destinos ‘starligth’ de España. La limpieza de los cielos y la ausencia de contaminación lumínica es una de las grandes bazas de la zona para atraer un tipo de turismo diferente. Aprovecha que estás en Torrejón el Rubio para ver el pueblo: aquí, por ejemplo, se encuentra el callejón más estrecho de España (Calle San Sebastián). También es buena idea acercarse al Embalse de Torrejón El Rubio para ver un trozo de dehesa extremeña muy bien conservada y visitar el Puente Viejo (a través de un sendero que demanda unos 20 minutos desde la Hospedería Parque Monfragüe –EX208-).
Fotos bajo Licencia CC: Francesco Veronese; Tania & Artur; Mike Finn; Alberto; Juan Mercader; David Mejías; Marta Arias López;
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