Soria es una de las grandes olvidadas en los libros de ruta del turismo en España; una especie de espacio en blanco de las grandes guías turísticas que suelen pasar de largo sin prestar atención a uno de los rincones más auténticos y peculiares de la llamada Piel de Toro. Ese olvido secular, que va mucho más allá de la mera promoción turística o del interés de los viajeros, ha provocado que por esta provincia, una de las más despobladas del territorio español, el tren del progreso haya pasado más bien poco o casi nada. Y esto también, a su modo, ha sido una bendición, porque esto es un verdadero paraíso para el viajero inquieto que busca algo auténtico; un lugar ideal para el que sabe ver; el que sabe oír; el que muestra interés por lo que cuentan las piedras y las gentes. Hay mucho que ver en Soria. Y no sólo para el fin de semana.
El norte de la provincia está marcado por la Sierra de los Picos de Urbión, que divide las cuencas del Duero y el Ebro a través de picos y valles cubiertos de bosques nativos salpicados de lagunas de origen glaciar; el sur, sin embargo, está ocupada por esa estepa castellana dura y austera que guarda pueblos pequeños y anclados en el tiempo. Soria es la Castilla más auténtica; una provincia llena de historias e Historia. Un lugar que guarda mitos hispánicos como Numancia o las primeras luchas de juventud del Cid Campeador. Un lugar cuajado de encanto natural y de piedras milenarias. Aquí no hay grandes monasterios o catedrales imponentes. Es todo más sencillo y, a la vez, auténtico.
Esta pequeña guía que te mostramos intenta mostrarte lo que consideramos más importante de la provincia. Primero te ofrecemos una pequeña guía de la capital de provincia y, posteriormente, un listado con lo que consideramos imprescindible. Con un fin de semana no basta. Mínimo demanda tres o cuatro días si uno va con coche propio. Ideal para un puente largo saliendo de Madrid (230 kilómetros hasta Soria Capital), Barcelona (466) o Zaragoza (apenas 155). Las distancias entre los pueblos y espacios naturales son pequeñas y se puede hacer base en la capital e ir visitando los diferentes lugares que te hemos marcado en el mapa.
Una pequeña guía de la capital soriana
Soria es un reflejo de lo que es la provincia: pequeña, íntima, preciosa… Una ciudad en miniatura que apenas demanda veinte minutos en atravesar de punta a punta (si se toma el paseo con calma). Pero llena de encanto: y de cosas que ver. A la ribera del Duero, como decía la famosa canción de Gabinete Caligari , la ciudad tuvo una gran importancia estratégica durante las luchas de castellanos contra musulmanes y de aquella época quedan multitud de testigos aunque del castillo y las viejas murallas apenas quedan muros semiderruidos y algunos restos dispersos como los que se pueden ver junto a la Ermita del Mirón, ya lejos del centro urbano o en la Puerta del Postigo (Calle el Collado, 58), que fue durante siglos la principal entrada del burgo. De aquellos tiempos de frontera es la Concatedral de San Pedro Concatedral de San Pedro (Calle Obispo Agustín, sn; Tel: (+34) 975 212 052) antigua colegiata románica del siglo XII a la que fueron incorporándose piedras a lo largo de los siglos hasta el Barroco. Es uno de los mejores ejemplos del primer románico castellano (espectacular el claustro) junto a Santo Domingo Santo Domingo (Plaza Condes de Lérida, 2; Tel: (+34) 975 212 052) que dicen fue construida a imagen y semejanza de la mítica Nuestra Señora de Poitiers. Es una de las portadas románicas más bonitas de España, pese a ser sencilla.
El Palacio de los Condes de Gomara (Calle Aguirre, sn) es el edificio civil más notable de la ciudad y, también, el mejor ejemplo de palacio renacentista de la provincia. Mucho más modestos son la Casa de Doña Urraca (Calle Sorovega, 6), torre palaciega que según la tradición sirvió al Rey Alfonso VII para mantener a buen recaudo a su mujer, el Palacio de los Castejones (Calle Aduana Vieja, 7) –de un plateresco sencillo y limpio-, el Palacio de Don Diego Solier (Calle Aduana, 9) o la Casa de los San Clemente (Calle Aduana, 11) que data ya de principios del XVIII y completa la terna de casas solariegas de la palaciega Calle de la Aduana. Todavía en el casco urbano, si te gustan los museos, está el Museo Numantino (Paseo del Espolón, 8; Tel: (+34) 975 221 397; E-mail: museo.soria@jcyl.es) con interesantes colecciones arqueológicas.
Ya fuera de la antigua ciudad, y a tiro de piedra del río se encuentra el Monasterio de San Juan de Duero (Calle San Agustín, 16; Tel: (+34) 975 230 218; Ver Horarios ) de estilo románico y con uno de los claustros más bonitos y famosos de España. Al pie del famoso Monte de las Ánimas ( famoso por una de las tenebrosas leyendas de Gustavo Adolfo Becquer ) y junto al cauce del Duero se yergue la Ermita de San Saturio (Camino de San Saturio, sn; Tel: (+34) 975 180 703; Ver horarios ), una pequeña construcción barroca (con unas interesantes pinturas murales) que se construyó sobre la cueva en la que, según la tradición, vivió el eremita San Saturio. Del propio camino a la ermita parte la senda que sube hasta el Monte de Las Ánimas, desde dónde se puede ver una buena vista sobre toda la ciudad.
YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DE NUMANCIA .- Estas ruinas situadas a poco más de nueve kilómetros del centro de Soria son mucho más que los restos de una antigua ciudad celtíbera; es el símbolo de la resistencia de los pueblos indígenas hispanos a la invasión romana. El Yacimiento Arqueológico de Numancia (Cerro de la Muela sn; Tel: (+34 (650) 709 671; Ver Horarios ; E-mail: reservas@numantinos.com) propone un verdadero viaje al pasado más allá del mito del largo asedio por parte de las tropas romanas al mando de Escipión. Numancia era una pequeña ciudad de poco más de nueve hectáreas rodeada de murallas y formada por casas de planta rectangular. El asedio de Numancia es una de las páginas más extraordinarias de la historia de España. Unos 4.000 numantinos y numantinas resistieron durante más de un año el asedio de más de 60.000 soldados romanos que, literalmente, construyeron una muralla para aislar la ciudad y evitar que pudieran entrar provisiones. Numancia prefirió inmolarse antes que rendirse. Los sitiados prendieron fuego a la ciudad y, en su mayoría, se suicidaron. Los romanos arrasaron lo poco que quedaba y construyeron una ciudad romana encima de la que aún pueden verse restos de unas pequeñas termas, un templo dedicado a Marte y Júpiter y restos de lo que parecen edificios públicos.
Otro lugar interesante muy cerca de Soria capital es el complejo rupestre de Valonsandero (Acceso por N-234), un total de 35 abrigos rocosos cuajados de pinturas rupestres esquemáticas en las que se representan escenas de caza, motivos antropomorfos y multitud de signos geométricos de difícil identificación. Es una de las estaciones de arte rupestre más importantes de la Meseta norte.
Lo mejor de la provincia
BURGO DE OSMA.- Conjunto monumental de importancia que también guarda rastros de las numerosas civilizaciones y pueblos que pasaron por el lugar. En el Cerro de Castro, junto a una Atalaya árabe se encuentran los restos de la ciudad romana de Uxama, precursora de la actual ciudad. El burgo medieval aún guarda buena parte de las murallas y cuenta con verdaderas joyas como la Catedral de La Asunción, que es un compendio de la historia del arte europea desde el románico más arcaico hasta el barroco. En torno a la Plaza Mayor se concentran un buen puñado de edificios notables como la renacentistaUniversidad de Santa Catalina elConvento del Carmen o el barroco Hospital de san Agustín.
SAN ESTEBAN DE GORMAZ .- Otra joya medieval que se ha sostenido intacta al paso del tiempo y que fue recuperada para los cristianos en el siglo XI por el mismísimo Cid Campeador debido a la gran importancia estratégica de su Castillo para el control de las riberas del Duero, verdadera línea de frontera durante siglos que, a partir de ahora será punto de salida de la carrera por el control de España; durante cientos de años, su puente medieval fue considerado como `Puerta de Castilla’. Las grandes joyas de la localidad son la Iglesia de Nuestra Señora de Rivero (románica) y, sobre todo, la antiquísima San Miguel, un edificio que aúna elementos mozárabes arcaicos y los inicios del Románico y que es una de las más antiguas de este estilo en tierras castellanas; dicen que su galería porticada es la primera de su especie. La arquitectura medieval domina una ciudad que también se extendió tierra abajo en una complicada red de túneles y galerías excavadas que forman uno de los conjuntos debodegas trogloditas más curiosas de España.
CALATAÑAZOR.- Otra gesta marcó a este pequeño pueblo de apenas tres calles arremolinadas a los pies de un viejo castillo. En julio del año 1002 el gran Almanzor, al mano de un ejército de cordobeses y tropas llegadas desde el norte de África, sufrió una importante derrota a manos de huestes castellanas. Dicen que ‘en Calatañazor, Almanzor perdió su tambor’. Allí, según cuentan, fue herido de importancia y murió semanas después. Hoy en Calatañazor viven unas 70 personas. Del imponente castillo medieval quedan apenas trazas de las torres, una preciosa ermita románica (la Iglesia de Nuestra Señora de la Soledad) y, lo más importante, uno de los conjuntos de arquitectura popular mejor conservados de España . Casas dónde se alterna el adobe, la madera, el ladrillo y la teja para crear un auténtico museo sobre el urbanismo medieval castellano. Uno de los lugares más bonitos que hemos visitado en las tierras castellanas. Muy cerca de Calatañazor se encuentran dos monumentos naturales que son dignos de mención. A pocos kilómetros nos topamos con El Sabinar, un bosquecillo de sabinas –aquí están las más longevas y grandes de toda España- del que los habitantes del pueblo sacaron la madera para construir sus casas. Un poco más arriba se encuentra La Fuentona de Muriel, uno de los complejos kársticos más profundos del país. Para los viajeros de a pie, no es más que un afloramiento de agua que nutre el río Abión, pero para los expertos del espeobuceo es uno de los complejos de cuevas subacuáticas más grandes e impresionantes del país ( Ver episodio sobre La Fuentona emitido en ‘Al filo de lo imposible’ ).
LA LAGUNA NEGRA Y LOS COMPLEJOS GLACIARES DEL PICO URBIÓN .- Si miras la Península Ibérica en Google maps y pones la vista de satélite verás que en la confluencia de Soria, Logroño y Burgos hay una gran mancha verde que contrasta con los colores pardos de la Meseta. Los Picos de Urbión son una pequeña sierra que alcanza los 2.200 metros de altitud y que divide las cuencas hidrográficas del Duero y el Ebro (nada más y nada menos). Una de las particularidades de este complejo de montañas y valles es la existencia de numerosas lagunas de origen glaciar. Y entre todas ellas destaca la La Laguna Negra, situada en un estrecho valle enclaustrado por paredes de roca casi vertical y tapizado de pinos y hayedos. En torno a la laguna hay varios senderos habilitados y pasarelas para los menos aventureros. También hay aparcamiento aunque en los meses de primavera y verano hay un servicio de Buses desde el venico pueblo de Vinuesa.
ÁGREDA y EL MONCAYO.- Ágreda fue ciudad de importancia desde la Edad Media por su condición de doble ciudad fronteriza. Primero fue plaza disputada entre musulmanes y cristianos y, después de caída la cercana Zaragoza en manos de los seguidores de la Cruz, lugar de disputa constante entre los dos reinos que conformarían lo que hoy es España: Castilla y Aragón. A los pies del Moncayo, máxima altura del Sistema Ibérico (2.314 metros sobre el nivel del mar) y punto que separa Castilla y Aragón, esta pequeña ciudad es famosa por sus palacios y sus embutidos, curtidos a golpe de cierzo. Y también por ser plaza fuerte rodeada de gruesas murallas que conservan buena parte de sus lienzos, torres y puertas algunas de ellas de tiempos de la media luna como el Arco Árabe. El Monasterio de
EL CAÑÓN DEL RÍO LOBOS.- El Buitre Leonado reina en los cielos del Cañón del Río Lobos, un estrecho valle de origen kárstico (un modelo de erosión de carácter químico que se produce por la disolución de los minerales de las rocas por la acción del agua) de unos 25 kilómetros de longitud excavado por la acción constante y paciente del Río Lobos. Los bosques cubren gran parte de este imponente monumento natural en el que abundan las cuevas y las simas. Y es que todo el valle está cuajado de enormes cuevas subterráneas por las que corre mucha más agua que por la superficie, constituyendo uno de los acuíferos más importantes de la provincia. También hay espacios humanizados. La mejor manera de empezar la excursión es en el pueblo de Ucero (dónde hay un castillo interesante) visitando el Centro de Interpretación (SO-920 –Ucero-; Tel: (+34) 975 363 564 y (+34) 975 363 507; E-mail: cp.riolobos.ucero@patrimonionatural.org) –geniales los acuarios- y seguir hasta la Ermita de San Bartolomé (en pleno cañón), una joya románica que se vincula a los Templarios. Muy cerca hay una cueva dónde se han descubierto pinturas rupestres. Para ver el Cañón desde las alturas se puede subir en coche hasta el Mirador de Galiana, a pocos kilómetros de Ucero.
ERMITA DE SAN BAUDELIO .- El tamaño de este pequeño edificio del siglo XI es inversamente proporcional a su importancia patrimonial. Estamos ante una de las iglesias prerrománicas más interesantes de España y uno de los mejores ejemplos de arquitectura mozárabe del país (adaptación cristiana de la arquitectura musulmana). La característica arquitectónica fundamental del edificio es la columna que soporta toda la nave central a través de ocho arcos de herradura que forman algo así como la copa de una palmera. Y después están las impresionantes pinturas murales que aún cubren buena parte de las paredes aunque muchas fueron expoliadas y vendidas a museos norteamericanos. En el exterior, junto al ábside, se ha localizado una necrópolis medieval.
Dirección : Casillas de Berlanga, sn.
Teléfono : (+34) 975 221397
Horarios : Del 1 Octubre al 31 Marzo: abierta de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 18:00 horas; Del 1 Abril al 30 Septiembre: abierta de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 20:00 horas; Domingos y festivos: abierta de 10:00 a 14:00 horas; Lunes y martes: Cerrado
CASTILLO Y PUEBLO DE CARACENA .- Caracena es otro de esos pueblos anclados en el pasado. Apenas un par de calles dónde viven un centenar de vecinos pero que cuenta con uno de los castillos mejor conservados de la zona (hay que tener en cuenta que durante siglos la zona del Duero fue la tierra de nadie que conformaba la frontera entre la España musulmana y la cristiana), un par de iglesias románicas y un buen catálogo de arquitectura popular que en poco ha variado desde la Edad Media. La Iglesia de San Pedro de Caracena siempre se incluye entre las más destacadas del Románico soriano. De su fábrica original quedan su galería porticada (típica de esta zona de España como ya pudimos ver en Segovia) y su cabecera, adornada con canecillos esculpidos. Otros puntos de interés del pueblo son su pequeño puente medieval (siglo XII) y el Rollo de la Plaza Mayor, una columna del siglo XVII dónde se impartía justicia.
MEDINACELI.- Pequeña en tamaño pero enorme en cuanto a importancia patrimonial . Aunque fue ciudad ya en la Edad del Bronce, la edad de oro de Medinaceli llegó cuando los romanos empezaron a explotar los depósitos de sal del Arroyo del Pradejón. El antiguo castro celtíbero se convirtió en un pequeño municipio romano y se construyeron casas, canalizaciones y algunas construcciones de importancia como el Arco Romano o el mosaico que se exhibe en el Palacio Ducal . Ya en la edad media fue plaza fuerte musulmana, primero, y castellana después. El castillo aún conserva parte de la antigua alcazaba árabe y buena parte de los añadidos posteriores y también se conservan las murallas y una interesante puerta de ‘tiempos de moros’. La Casa de Medinaceli es una de las grandes familias nobiliarias de la historia de España y eso se hace notar a través de grandes construcciones como elPalacio Ducal, magna obra renacentista, elMercado de La Alhondiga (siglo XVII) o la Colegiata de Nuestra Señora de la Asunción, que une los últimos compases del gótico y los primeros pasos del Renacimiento.
YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DE TIERMES .- Antigua ciudad celtíbera aliada de Numancia durante la guerra contra Roma y que resistió 35 años más que la célebre plaza fuerte numantina a la presión de las legiones antes de claudicar. En un paraje desolado y azotado por el Cierzo (viento helado del norte), esta antigua ciudadela de la Edad del Bronce aún guarda la mayor parte de sus secretos ya que apenas se ha excavado un 1% de su superficie total. Al igual que sucedió con Numancia, los romanos la arrasaron hasta casi los cimientos para construir encima una nueva ciudad según los estándares urbanísticos de los nuevos amos latinos pero no pudieron borrar las cuevas excavadas de lo que debió ser una imponente ciudad rupestre. Y, siglos más tarde, sobre la ciudad romana se construyó un convento medieval del que apenas quedan en pie algunos muros y la Iglesia de Santa María de Tiermes. Dicen que este es uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de Europa. De la época romana se han identificado restos de las termas, del acueducto y de imponentes casas de hasta 35 habitaciones.
CHAORNA .- El pequeño pueblo de Chaorna se encuentra encajonado entre roquedos en un paraje tan lindo que parece irreal. Una profunda hendidura en la roca caliza (hoces las llaman por aquí) ofrece un paso natural hacia el Valle del Río Jalón, uno de los afluentes más importantes del Duero, razón que llevó a los musulmanes a construir una torre de defensa que ahí lleva vigilando al pueblo desde las alturas desde hace más de mil años. En Chaorna no hay monumentos destacados más allá de una sencilla iglesia y una curiosa fuente excavada en la caliza –y el torreón, claro está-, pero el lugar es tan bonito que merece ser incluido en este listado de lo más destacado de la provincia soriana.
Fotos bajo licencia CC: Miguel Ángel García; dr_zoidberg ; Gonzopowers ; José Carlos Cortizo Pérez ; Samu ; M.Peinado ; David ; Luis Rogelio HM ; Daniel Muñoz; Iñaki; Iñaki