El núcleo duro de la comarca de las Cotswoolds se concentra al norte de Bourton-on-the-Water pero, sin embargo, el que todo el mundo considera el pueblo más bonito y auténtico de toda la comarca se sitúa muy cerca del límite sur de la comarca. Hablamos del mítico Castle Combe, apenas un centenar de casas alineadas en una sola Street que, pese a su pequeño tamaño, es uno de los lugares más fotografiados del mundo. Otro punto importante de la región es la campiña que rodea a la ciudad de Cirencester que está repleta de vestigios históricos con especial incidencia de la cultura romana. Esta ciudad que suele pasar inadvertida es uno de los lugares más importantes del sur de Inglaterra por su papel como mercado agrícola a lo largo de sus más de 20 siglos de existencia: Las Cotswolds son las cotswolds por Cirencester. En nuestro viaje hacia el sur nos encontraremos con otros lugares de interés en los que se combinan la espectacularidad de los paisajes de la región con estos fogonazos de historia que dan lustre al viaje: historia hasta para tomarse una pinta en pubs con más de cinco siglos de existencia.
Cirencester, la segunda ciudad de Britania.- La primera pista de la importancia que tuvo Cirencester en los tiempos del Imperio romano la tenemos a pocos kilómetros de salir de Bourton-on-the Water. La Villa Romana de Chedworth (Cheltenham) es de las más importantes que se han descubierto en el país y cuenta con termas, grandes salas decoradas con mosaicos y hasta un elaborado sistema de climatización para calentar la zona noble del área palaciega. Es una buena manera de empezar la visita a Cirencester para entender la importancia que esta ciudad tuvo durante los cuatro siglos de dominación romana. ‘Corinium Dobunnorum’ –nombre latino de la ciudad- fue la segunda población en importancia de Britania tras Londinium (Londres). Las huellas romanas en Cirencester apenas son una sombra de lo que un día fueron. A ras de calle puedes ver los restos del Anfiteatro (Cotswold Ave, 30) o lo poco que queda de las Murallas Romanas (Corinium Gate). El resto de la vieja ciudad reposa bajo los cimientos de las ciudades posteriores y hay que acudir al Corinium Museum (Park Street) para ver todo lo que se ha sacado en los últimos dos siglos (mucho romano pero hay una colección arqueológica que abarca desde la Prehistoria hasta la Edad Media).
Market Place ejerce de centro neurálgico de la localidad desde la Edad Media. En este lugar se celebraba ese mercado agrícola que daba salida a los productos de la región y ahora sirve de eje para conocer los puntos más interesantes de la ciudad. Ahí mismo está St John Baptist (Market Place, 7) otra pieza maestra del gótico normando (siglo XII) y muy cerca calles como Coxwell y Thomas Street donde se encuentran algunas de las casas más antiguas de la localidad (destaca la conocida como Monmouth House -Thomas Street, 24-). Otra calle que hay que ver es Woolmarket Close, un callejón que albergaba el antiguo mercado de la lana de la ciudad y hoy está repleto fe tiendas y restaurantes. En este bonito ‘Close’ puedes ver The Ram, una estatua que simboliza, a través de la imagen de un carnero, de la tradición ganadera de la zona.
Camino de Castle Combe: una clase de historia y otra de geografía.- Entre Cirencester y Castle Combe hay 37 kilómetros de distancia por una carretera en muy buenas condiciones (A-433) que permite hacer el trayecto en pocos minutos. Nosotros te recomendamos tres paradas. La primera es uno de los hitos más importantes de la geografía del país: la fuente del Río Támesis (acceso por Wysis Wy desde la A-433) que a pocos kilómetros de Cirencestes es apenas un hilo de agua que corre entre un frondoso bosque de ribera. La segunda parada es Rodmarton Manor (acceso desde A-433), una casona del siglo XIX que se erigió en honor de la arquitectura popular de la zona en respuesta a los excesos del neomedievalismo de la época victoriana (a un par de centenares de metros puedes ver el Túmulo de Rodmarton, una tumba neolítica de corredor muy bien conservada) y para finalizar podemos visitar el Arboretum Nacional de Westonbirt (A-433) donde puedes ver una colección de 2.500 árboles de los más diversos puntos del planeta y la reproducción de varios ecosistemas boscosos de las Islas Británicas.
Castle Combe, la joya de las Cotswolds.- Dicen que es el pueblo más bonito de toda Inglaterra. Un pueblo que se integra en torno a una sola calle que, en un alarde de simpleza recibe el nombre de The Street, uno de los lugares más fotografiados de todo el país (precisamente el lugar donde la Street se junta con Water Ln). Estamos hablando de un pueblo de apenas un centenar de casas alineadas con esta calle donde puedes ver algunas cosas interesantes más allá del conjunto de postal. Las más importantes, por tamaño, porte y lustre, son The Manor House (West St), una casona rural nobiliaria del siglo XVII en la que pueden verse algunos elementos de su pasado como castillo normando y un precioso Jardín Italiano –hoy es uno de los hoteles más lujosos de la comarca- y la espectacular Iglesia de St Andrew's (Market Pl), una de esas joyas góticas que tanto abundan en la comarca. Este templo es del siglo XIII y está vinculada a la familia L'Isle, una de las más influyentes de la nobleza normanda durante la conquista (en el interior hay un monumento funerario del XIII que es una pasada). Más discreto es The Market Cross (Market Pl), un pequeño mercado cubierto que se ha convertido en el símbolo de la localidad.
Pese a que Castle Combe es una calle y poco más aquí puedes gastar un par de horas viendo cosas interesantes. Sólo hay que mirar lo que hay a los dos lados de The Street. Junto a St Andrew’s hay un parque donde se yergue una secuoya gigantesca y a pocos metros del árbol puedes seguir el cauce del By Brook para ver varios saltos de agua enmarcados por un paisaje idílico. Y al otro lado de ‘la calle’ puedes dar un paseo por Castle Combe Woods (acceso por Water ln), una pequeña mancha de bosque con un sendero circular muy bonito. Comer en un pub con 500 años de historia.- en The White Heart (The Street, sn) se nota el peso de la historia. El pub funciona en el mismo lugar desde el siglo XVI y es uno de los emblemas de la comarca. Cocina inglesa con el pastel de carne como plato estrella.
La Abadía de Lacock; Harry Potter en Las Cotswolds y la primera fotografía moderna de la historia.- Ya sólo por ver el bonito pueblo de Lacock ya merece la pena acercarse a lo que supone el límite sur de la región de las Cotswolds. Casitas de piedra y algunas supervivientes de la época Tudor marcan un casco histórico chiquito pero muy bonito de ver. El Tithe Barn (East Street, 4) es un granero de diezmos medieval que explica el porqué del pueblo y buena parte de su historia. Este enorme almacén servía para que los campesinos depositaran el diezmo que la Iglesia se llevaba de sus cosechas. Porque este lugar nació y creció en torno a la Abadía de Lacock (High Street, sn), una de las grandes joyas históricas y artísticas de la región pese a los avatares históricos que sufrió el edificio en los últimos siglos.
El Monasterio se fundó en el siglo XIII, pero con la prohibición de las órdenes monásticas católicas, el lugar se convirtió en una casa solariega. Pero se conservaron algunas partes de la iglesia y, sobre todo, el espectacular claustro gótico del antiguo cenobio. Para mitómanos de la pantalla hay que decir que aquí se han rodado escenas de numerosas películas y series destacando una de las partes de Harry Potter. Otra curiosidad del lugar es que una de las ventanas del claustro fue el objeto de la primera fotografía realizada con el método del negativo en 1835 por William Fox Talbot (una parte de la antigua casa alberga un pequeño museo dedicado a este pionero de la fotografía). Comer en The Bell Inn (The Wharf, Chippenham).- A dos pasos de la Abadía de Lacock tomando la carretera que va hacia Bowden Hill. Carta pequeña pero con cosas muy buenas. Recomendamos el bacalao y el salmón con miel y jengibre.
A dos pasos de Stonehengue.- Desde la Abadía de Lacock hasta el monumento megalítico más famoso del mundo hay apenas 39 kilómetros por lo que no es mala idea incluir una escapada hasta Stonehenge o incluir este lugar mágico en una hipotética ruta de salida llegada hacia o desde Londres. Nosotros incluimos en este extra otro de esos lugares únicos que hacen del sur de Inglaterra uno de los puntos patrimoniales más importantes del mundo (es lo que tiene cuidar el pasado). Partiendo desde Lacock haríamos una primera parada en Braton Camp para ver uno de los geoglifos más famosos y enigmáticos del mundo: el Caballo Blanco de Westbury (acceso por B-3098 desde Westbury). Este geoglifo representa un gran caballo blanco elaborado mediante la acumulación de piedras blancas que contrastan con el verde del pasto. El caballo original se ‘dibujó’ en el siglo IX para conmemorar una victoria de los sajones sobre los vikingos y lo que vemos hoy es fruto de una ‘restauración’ elaborada en el siglo XVII. Junto al caballo puedes visitar el Oppidum de Bratton Long Barrow, una de los muchos poblados de la Edad del Bronce que se concentran en esta parte del país.
Y qué decir del círculo de piedras más famoso del mundo. Stonehenge (A-303 – Salisbury-) es uno de esos lugares que hay que ver al menos una vez en la vida. El gran círculo de piedra orientado para determinar el paso de las estaciones y el movimiento de los astros nos habla de las creencias de las mujeres y hombres que vivieron en la isla hace ya más de 4.000 años. El lugar es impresionante. Y todo lo que se ha montado a su alrededor. Junto a Stonehenge puedes ver rastros de cabañas neolíticas y otros monumentos megalíticos que hacen de estos prados de Salisbury un verdadero portal hacia el pasado. El Centro de Visitantes situado en la carretera es de lo mejor que hemos visto en este tipo de instalaciones culturales.
Fotos bajo Licencia CC: Henry Burrows; Andy Powell; Adrian Scottow; Mark; x70tjw; John Ireland; Daniel; Mark; Clément Larrivé