Al menos 139 de los 211 fallecidos notificados hasta el momento en Cantabria como consecuencia del coronavirus eran ancianos que vivían en residencias de mayores, lo que supone casi un 70% del total de las víctimas de la pandemia. Así lo confirma la Consejería de Sanidad, aunque el dato no concuerda con los del último boletín del Instituto Cántabro de Servicios Sociales, fechado el 18 de junio y que recogía 141 muertes, y en el que este departamento no ha sabido precisar si se incluyen o no los tres fallecimientos con COVID-19 que la Consejería de Sanidad notificó este pasado lunes y que permanecían ocultos en el registro al menos desde el mes de abril.
Según reconoció el departamento que dirige el socialista Miguel Rodríguez (PSOE), tras ser cuestionado por elDiario.es sobre el asunto, estos tres decesos que no se habían contabilizado todavía datan del 4 y el 17 de abril y del 4 de mayo respectivamente y elevan hasta las 211 personas el número total de muertos en la comunidad durante la pandemia de la COVID-19. Todos ellos procedían de residencias de mayores, pero no habían sido notificados al registro de mortalidad y se detectaron al dar de baja su tarjeta sanitaria.
En total, 768 de las 3.088 personas infectadas con COVID-19 en la comunidad a lo largo de los últimos cuatro meses, cerca de un 25%, eran ancianos de edad avanzada que residían en alguna de las más de 60 residencias de mayores que existen en suelo cántabro. En la actualidad hay más de 6.000 personas que viven en este tipo de instalaciones, atendidos por cerca de 4.500 profesionales, y conforman el colectivo más vulnerable y más afectado por la enfermedad tanto en Cantabria como en el resto de España.
Tres casos activos
Actualmente quedan solo tres casos activos en las residencias cántabras, cuando en el peor pico de la pandemia se llegó a superar ampliamente el centenar de pacientes de coronavirus entre residentes, pero el grado de desprotección que han sufrido en este tiempo y los graves efectos para la salud que la COVID-19 provoca en personas con patologías previas o edad avanzada ha exigido establecer un protocolo de vigilancia que incluye la limitación de visitas de familiares, entre otras medidas de prevención.
Los datos proporcionados por el ICASS indican que de las 64 residencias de mayores de Cantabria, 61 de ellas están ya libres de COVID. A lo largo de todo este periodo de tiempo, 20 de ellas han sufrido casos positivos, tanto entre residentes como entre sus plantillas de profesionales, y en al menos 13 de ellas se han producido fallecimientos entre los ancianos como consecuencia del coronavirus.
Entre las más afectadas se encuentran el Asilo San José de Torrelavega, con 30 fallecidos con coronavirus y 156 afectados; la Residencia Sagrada Familia de Carrejo, con 17 muertos y 105 contagiados; la Residencia La Loma de Castro Urdiales, con 17 víctimas mortales y 62 positivos; la Residencia Lusanz Cantabria de Lantueno, con 12 fallecidos y 63 casos; el Asilo San Cándido de Santander, con otros 13 muertos y 51 afectados, y la Residencia Los Robles de Mortera, con 13 víctimas mortales y 45 contagios.
Por otro lado, las residencias de Cantabria han contabilizado 151 nuevos ingresos en las plazas que tienen concertadas con el Gobierno autonómico tras la recuperación de las admisiones autorizada a finales de mayo. A esta cifra, facilitada a Europa Press por fuentes del Ejecutivo regional, hay que sumar aquellas que se corresponden con plazas privadas en estos centros, de las que el Gobierno no tiene datos.