Luis Díez, secretario general de la Federación de Industria, Construcción y Agro (UGT-FICA) en Cantabria, define como “preocupante” la situación de la industria en la comunidad autónoma. Cree que hay que abordar de manera “justa y equilibrada” el proceso de transición ecológica: “Hay que hacerlo ya, porque si no pasa el tren y siempre nos ocurre lo mismo, que los paganos son los trabajadores”, asegura, confiando en el que nuevo Gobierno autonómico, que estará encabezado esta próxima legislatura por el PP, apoye el plan nacional de futuro: “Antes de las elecciones nos lo garantizaron, y esperamos que continúen con esa idea”.
¿Cómo definiría la actual situación de la industria en Cantabria?
Haciendo un análisis frío, es preocupante porque llevamos toda la vida reclamando que la industria es el motor de la economía de Cantabria y de cualquier otro territorio. Y eso no se tiene en cuenta y no se apuesta por un auténtico plan industrial de futuro sin vaivenes políticos.
¿Qué es lo más preocupante a corto plazo?
A corto plazo, adaptarnos a todas las directrices europeas en medio ambiente, abogar por mantener la industria que tenemos en condiciones decentes e intentar traer nuevas inversiones.
¿Cómo se debería abordar el proceso de transición ecológica y descarbonización?
Debería ser un proceso justo y en el que se tenga en cuenta todos los parámetros, medioambientales, industriales y, sobre todo, laborales. No podemos dejar en la estacada a trabajadores. Estamos en un proceso que va a ser largo, pero hay que preparar a los trabajadores para ello, tanto a los que ya están en el mercado laboral como los del futuro. No podemos aplicar nuevas medidas o nuevos sistemas productivos sin tener en cuenta el valor humano.
Entonces, ¿si ese plan de futuro no se lleva a cabo con esas garantías se podría poner en riesgo puestos de trabajo?
Evidentemente, como los tenemos hoy en día, sí. Por eso hay que hacer una transición justa, equilibrada y de acuerdo al futuro de los trabajadores, adaptando los puestos. Eso no se puede hacer de la noche a la mañana. Hay que hacerlo ya, porque si no pasa el tren y siempre nos ocurre lo mismo, que los paganos son los trabajadores.
¿Considera que hasta ahora no se está haciendo o al menos no como debería llevarse a cabo?
Creo que todavía no se ha hecho como hay que hacerlo. Estamos en una época en la que llegan fondos europeos para avanzar en las industrias, modernizarlas y adaptarlas a los nuevos tiempos, pero no se tiene realmente en cuenta el calado humano que eso puede desempeñar.
Decía antes que es necesario que los “vaivenes políticos” no condicionen el plan industrial. ¿Qué expectativas tiene del nuevo Gobierno que se formará tras el 28M encabezado por el PP?
Antes de estas elecciones, a nivel nacional había un proyecto industrial de futuro. Al sindicato nos garantizaban que lo iban a apoyar y esperamos que continúen con esa idea. Es por el bien común, no el de un partido político. Es una situación que nos puede afectar a todos. Esperemos que no cambien de opinión y que se sienten en el diálogo social, que es donde se pueden conseguir cosas. Y que la industria se considere una iniciativa de futuro para avanzar y para que si viene otra crisis, los países que realmente cuentan con una industria fuerte no nos pasen por encima.
Mencionaba antes que la industria es el motor de la comunidad, ¿cree que le ha desplazado el turismo como motor económico?
Sí. Cantabria no va a ser nunca Benidorm. Y para poder mover la economía tiene que haber una industria fuerte con unos puestos de trabajo realmente decentes. Así se podrán mover el resto de sectores. Esto es un círculo, si el principal sector falla, las consecuencias son para todos los demás.