UGT Cantabria denuncia la situación “errática” de Correos y advierte que, de seguir así, esto podría llevarles “a la quiebra”. Así lo asegura la secretaria del Sector Postal de FeSP-UGT en Cantabria, Montse Noriega, tras afirmar que, “aunque los tiempos hayan cambiado, eso no tiene por qué implicar este desmantelamiento”.
De esta forma, y tras anunciar el sindicato la huelga general para los próximos 1, 2 y 3 de junio que en la comunidad afectará a unos 500 empleados, los ugetistas han criticado la “pérdida de calidad” de esta empresa pública que, según cuentan, solo en Cantabria ha destruido 135 puestos de trabajo y ha reducido el horario de atención al público en 14 oficinas rurales.
“Parece que lo están dejando morir”, relata Noriega aunque sin referirse a la empresa en sí, sino a su piedra angular: el servicio postal universal. “Sabemos que las cartas van a ir a menos, pero es un servicio que hay que dar por ley con calidad, siendo Correos el operador designado por el Estado para la prestación de este servicio”, insiste.
Para el sindicato, la nueva estrategia llevada a cabo en Correos se basa, principalmente, en centrar el servicio en la paquetería y en la logística, algo para lo que ya se ha creado una línea aérea que conecte España y Latinoamérica (Correos Cargo). Además, denuncian la intención de “dividir la empresa en negocios independientes con personalidad jurídica propia dejando el servicio postal universal como algo subsidiario” con el 30% menos de empleados: “Así se podrían privatizar los negocios rentables de la compañía como Correos Exprés o las oficinas, y los no rentables se fragmentarán y terminarán desapareciendo”, critican desde UGT.
También denuncian la eventualidad que afecta a la plantilla, que ha llegado a situarse “en más del 30%” con trabajadores que, como explica Noriega, llevan “muchos años” trabajando para Correos: “Se ha utilizado el empleo eventual de forma sistemática, no solo para campañas puntuales como la de Navidad, sino también para cubrir el empleo estructural. Y hay compañeros que llevan 15 años siendo eventuales, al igual que hay unidades de reparto en las que queda poco personal fijo. Esperemos que la reforma laboral lo vaya poniendo en su sitio”.
De igual forma, destacan que, pese a que haya bajado el volumen de trabajo, se ha mejorado con la incorporación de nuevo personal tras la oferta pública de empleo, pero algunos de ellos se tienen que conformar con jornadas parciales: “Nunca se había visto esto de las jornadas parciales, y ahora parece que es lo que se está imponiendo”.
Sobre esa bajada de trabajo, la líder sindical declara “no entender” cómo ha podido cambiar tanto la situación en un año: “Hemos pasado de tener muchísimo trabajo en paquetería y cartas a finales de 2020, a tener poquísimo. Y esto tiene que ser porque están fallando los de arriba. Siempre ha habido comerciales que se encargaban de hablar con empresas y organismos, buscando el negocio, pero ahora esa función se la encomiendan a los directores de oficina, con una importante presión”, argumenta.
Plan Estratégico y la huelga
La que califican como “mayor crisis” hasta el momento ocurrió en el invierno 2021 cuando la compañía firmó el Acuerdo del Plan Estratégico con el respaldo de CSIF, Sindicato Libre, CGT y CIGA. Un respaldo que entre todos alcanza el 24% de la representación y del que, finalmente, CGT decidió desmarcarse. Por su parte, los sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO, que juntos abarcan el 76% de la representación, no avalan y, de hecho, están abiertamente en contra de ese plan: “Querían utilizar nuestra presencia para decir que lo avalábamos y eso no va a ocurrir. Nuestro sindicato está en todas las mesas de empleo, igualdad, prevención de riesgos... Pero no en la del plan de desguace de la empresa”, revela la portavoz de la Unión General de Trabajadores.
En Cantabria, por ejemplo, este nuevo modelo “suponía la pérdida de más de 20 puestos de trabajo y afectaba a varias unidades de reparto” en Santander y Laredo, aunque finalmente se haría extensible al resto de la comunidad. Este “caos organizativo” ha terminado repercutiendo, según defiende Noriega, en el mayor “agujero económico de la historia de Correos”, y que ha llevado al sindicato a acudir a la Audiencia Nacional por los “continuados incumplimientos sobre el acuerdo firmado en 2018, así como a la Inspección de Trabajo por problemas con atrasos, fondos adicionales o consolidaciones”.
Ahora, y tras hacer un balance “desolador” de la gestión de los actuales responsables, UGT se prepara para la movilización general de junio “ante el desmantelamiento económico y laboral del servicio público”, y donde se tratará de revertir este “hundimiento gradual”.