La Sección Sindical de Comisiones Obreras (CCOO) en Renfe ha vuelto este lunes a denunciar que el servicio de ferrocarril en Cantabria languidece día a día y ha criticado que su estado sea cada vez más “deplorable y precario, produciendo un descontento generalizado de la ciudadanía usuaria de un servicio público” que califican como “deficiente y en mal estado”.
Para la Sección Sindical, el ferrocarril en Cantabria, donde trabajan 333 personas, presenta una doble realidad: la ficticia y la real. “La ficticia es aquella que habla de la alta velocidad y de la llegada del AVE a Santander, proyectos faraónicos de quienes gobiernan que, mientras siguen discutiendo si son galgos o podencos, ignoran la auténtica realidad: la de un servicio de ferrocarril precario, especialmente en lo que a la red de ancho métrico se refiere (la extinta FEVE), condenada a una cada vez más evidente dejadez tanto en infraestructuras como en material móvil”.
“No estamos en contra de la llegada de la alta velocidad, pero es intolerable que se pasen por alto las prioridades y necesidades de la ciudadanía. No podemos olvidar que esos trenes que presentan averías constantes y cada vez más frecuentes son los que acercan a los ciudadanos al trabajo, a su centro de estudios, a las instalaciones sanitarias… son los que conectan las áreas periféricas y las zonas rurales con las principales ciudades”, ha apuntado David Cuerdo, delegado de CCOO en Renfe
Las averías son cada vez más frecuentes, no podemos olvidar que esos trenes son los que acercan a la ciudadanía al trabajo, al centro de estudios o al hospital y conectan los municipios periféricos y las zonas rurales con las principales ciudades
Talleres de Cajo, La Marga y calle Castilla
CCOO ha destacado el deficiente estado de las instalaciones situadas en Cajo, con unos vestuarios que se encuentran en un edificio en ruinas, con desprendimientos en parte del techo del taller, con vías y agujas en mal estado, enormes goteras, cuadros eléctricos en mal estado, fosos que se inundan… Similar situación tienen las instalaciones de La Marga y de la Calle Castilla. La sección sindical ha denunciado que, a pesar de que llevan años trasladando la situación a la empresa, con partes de información de riesgos y continuas denuncias a la Inspección de Trabajo con las consiguientes sanciones, “todavía no se tienen unas mínimas condiciones que permitan a los trabajadores desempeñar su labor de forma digna”.
Del mismo modo, han hecho extensible su queja al taller de La Marga, “donde en la parte superior se sitúan las dependencias del Centro de Regulación del Tráfico (ADIF) y del Centro de Gestión Operativo (RENFE). Aquí, los trabajadores están en un constante riesgo de sufrir un accidente pues tienen que acceder a sus puestos de trabajo bajo andamios, con baldosas sueltas, con un sistema de extinción de incendios que elimina el oxígeno y sin escaleras de emergencia”, ha asegurado Cuerdo. No en vano, han recordado que, recientemente se incendió el taller que se encuentra en la parte inferior de estas dependencias y arrasó totalmente los almacenes.
“Casi a diario recibimos quejas de los viajeros y usuarios en Cantabria por averías o retrasos y es porque no se está invirtiendo en mejorar el servicio ferroviario. La empresa no nos proporciona los recursos materiales necesarios, la falta de repuestos afecta directamente al servicio, cuando se avería un tren se utilicen las piezas de otro, tenemos dos unidades paradas hace 10 años para ser canibalizadas, esto es pan para hoy y hambre para mañana”, ha señalado Cuerdo, quien ha lamentado que en cada periodo electoral aflore “el eterno proyecto de la unificación de las estaciones mientras nadie se preocupa por las dependencias e instalaciones obsoletas donde realizamos el mantenimiento de los trenes. Si los talleres tuvieran los recursos tanto materiales como personales necesarios, el servicio sería de calidad. Estamos en una situación de abandono y tenemos la sensación de que no importa ni el trabajador, ni el viajero”.
En este sentido, la Sección Sindical de CCOO en Renfe ha subrayado que ahora su batalla no es por una mejora salarial, sino que lo que está en juego es el futuro de un ferrocarril público y de calidad para el conjunto de la clase trabajadora y de la ciudadanía.