Son ya 31 primaveras las que Manos Unidas en Cantabria viene organizando un mercadillo solidario para recaudar fondos para proyectos de cooperación al desarrollo en países del tercer mundo. En esta ocasión, se han puesto como meta conseguir 84.000 euros para ampliar una clínica sanitaria dedicada a la atención materno-infantil en una pequeña región del Cuerno de África, a la que pretenden dotar, entre otras cosas, de un paritorio y un ecógrafo.
Curiosamente, la construcción de ese pequeño consultorio médico, que da servicio a 15.000 personas de la aldea de Shalala, fue financiado por Manos Unidas en el año 1964. Ahora, el objetivo es ampliarlo y conseguir capital suficiente para subvencionar la contratación de siete sanitarios durante un año. Posteriormente, tienen un acuerdo con el Gobierno de Etiopía para que éste se encargue de los costes de mantenimiento del centro.
Como en los últimos años, el bazar se ha instalado en las galerías del Edificio Quo, junto al Ayuntamiento de Santander, gracias a la cesión gratuita del espacio propiedad del empresario cántabro Armando Álvarez. En las dos salas que ocupa se pueden encontrar productos de comercio justo, como café de Nicaragua, azúcar de caña de Ecuador o infusiones de los Andes, y artesanía de distintos países, como figuras para el Belén de Navidad provenientes de Perú o espejos de la India. Aún falta por llegar la de África.
Para conseguir más artículos, los voluntarios “hacen la calle”, como explica Manuela Cobo, responsable de voluntariado y del bazar de Manos Unidas en la región. Semanas antes de poner en marcha el mercadillo, recorren los comercios de Santander para explicarles el proyecto que desean llevar a cabo y pedirles su colaboración a través de la donación de algunos productos. La mayoría ceden ropa y bisutería, con la que luego crean su “espacio de Tiffany's”, como bromea esta voluntaria señalando un muestrario de collares a dos euros. También hay un espacio de libros de segunda mano, lo único usado que se pone a la venta.
Además, algunos de los colaboradores ponen “la tela, el hilo y el trabajo” para confeccionar cojines, dentales y ropa de bebé, principalmente. “Todo gratis, porque todo lo que se recauda es neto”.
En este sentido, Cobo anima a visitar el mercadillo destacando que, además de tener un fin social, los productos se pueden adquirir a “muy bien precio” porque o son donados o hechos por los propios voluntarios. Y en el caso de la artesanía y el género de comercio justo, se adquieren directamente a cooperativas de países en desarrollo, “sin intermediarios”. De hecho, la mayoría de esos productos hechos a mano han sido gracias a la colaboración de Manos Unidas, que ha financiado los talleres para enseñar a personas sin recursos a ganarse de este modo la vida. “Así ayudamos doblemente”, destaca.
Hasta el próximo 7 de mayo, cerca de 30 personas se turnarán para mantener abierto el bazar en horario de mañana y tarde de lunes a viernes, y matutino los sábados. Después se instalarán en los locales parroquiales de Los Corrales de Buelna, en Novales durante las fiestas, y en San Vicente de la Barquera en los meses de julio y agosto.
Además de recaudar fondos a través de este mercadillo itinerante, Manos Unidas ha organizado un Festival Musical Benéfico en el Teatro Municipal Concha Espina, cedido gratuitamente por el Consistorio torrelaveguense. Por un precio de cinco euros, destinados íntegramente al proyecto, el próximo viernes, 17 de abril, se podrá ver la actuación de los Hermanos Cossío, la Escuela de Danza Mercedes Seco, la música de Los Zapata y a las corales La Cagiga y Tomás Luis de Victoria.
Mujeres en India
Los proyectos financiados por Manos Unidas, que en 2014 ascendieron a 600, se aglutinan en cinco campos de trabajo: sanitarios, educativos, agrupecuarios, de ayuda a la mujer -el sector más desfavorecido- y sociales. Su labor se desarrolla en regiones de Sudamérica, África y el sudeste asiático, y su objetivo es proporcionar recursos para ayudar a personas de estos continentes a salir del subdesarrollo.
Para seleccionar los proyectos, trabajan en colaboración con una red de misioneros que están sobre el terreno y que conocen las necesidades más acuciantes de la población. Además, antes de dar el visto bueno, una delegación viaja hasta el lugar para cerciorarse de la oportunidad del mismo.
El año pasado Manos Unidas en Cantabria logró recaudar 31.000 euros. Con ese dinero, financiaron la formación de 200 mujeres indias analfabetas. Hace poco conocieron que 40 de esas mujeres se presentaron a las elecciones municipales, tal y como relata con una amplia sonrisa la voluntaria encargada del bazar.
“Esto es lo que nos motiva y nos da alegría para seguir colaborando”, explica Cobo, que lleva varias décadas trabajando desinteresadamente. Hace unos años estuvo quince días en Bolivia en los que pudo conocer de primera mano 45 proyectos subvencionados por la institución. “Nos llevamos nuestra propia comida para no ser gravosos allí”, añade mientras recuerda ya con otro gesto en el rostro las necesidades de la población en estos países.