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Opinión - ¿Misiles para qué? Por José Enrique de Ayala

“El humor se ha vuelto bastante fácil y chabacano”

El ilustre grupo de música y humor Les Luthiers, con casi 50 años de trayectoria, presenta en el Palacio de Festivales de Santander el espectáculo '¡Chist!', una selección de sus obras más populares. Uno de sus integrantes, Martín O'Connor (Buenos Aires, 1966), que se incorporó al grupo en el año 2012, asegura que parte del éxito de este grupo es que no han caído en el 'facilismo', en la tentación de hacer un chiste fácil para que la gente se ría. Considera que en esta época el humor “se ha vuelto bastante chabacano”.

Además, destaca que la obra que traen a Santander, cuyos protagonistas son dos corruptos, se escribió en 1996, por lo que “cualquier semejanza con la realidad es actual es pura coincidencia”. “La política se adapta a Les Luthiers, en vez de Les Luthiers a la política”, ironiza. 

¿Qué supone para usted haber entrado a formar parte de un grupo con tanta trayectoria y reconocimiento como este?

Eran mis ídolos desde muy pequeños, yo tenía diez años y ya les frecuentaba, escuchaba sus discos y les veía por televisión, como podía en aquella época. Es algo que nunca había imaginado. Formar parte de este mítico grupo es un privilegio como artista, y un orgullo y un sueño cumplido.

¿Le costó adaptarse al grupo, integrarse en su dinámica de trabajo?

No, en absoluto, me fue muy fácil. Ellos lo hicieron muy fácil porque me han integrado de una manera muy cariñosa, con muchísimo afecto y muchísima predisposición a colaborar. Fue como si hubiera estado toda la vida. 

Ha participado desde muy pequeño en numerosos espectáculos de televisión, teatro y musicales. A su juicio, ¿qué cree que hace especial a Les Luthiers?

Les Luthiers no se parece a nada en particular y por eso ya tiene de por sí una característica atractiva. Cuando algo es absolutamente original y no tiene lugar para comparar lo hace muy atractivo. Para mí de toda la vida fue algo que llamaba la atención por ser distinto a todo. Siempre me identifiqué con el humor de Les Luthiers y lo utilicé en espectáculos propios. Utilizaba sus estilos, no copiando, sino jugando con el absurdo y con expresiones cotidianas llevadas al ridículo. Por esta razón, por ser distinto a todo, tiene el éxito que tiene y nadie le ha podido imitar siquiera.

¿Cuál cree que es el secreto para reinventarse y mantenerse a tan alto nivel durante tantos años?

Creo que en principio ser fiel, valga la redundancia, a los principios y a los códigos. Ellos han mantenido durante 50 años una línea de conducta y no han caído en el 'facilismo', la tentación que tiene el humor. No han caído en la tentación de hacer un chiste fácil para que la gente se ría. Esa línea de conducta ha llamado mucho la atención en esta época donde el humor se ha vuelto bastante fácil y chabacano, por así decirlo. Se apelan a malas palabras, al sexo y al doble sentido. Nosotros el doble sentido lo manejamos con mucho cuidado. Pienso que en parte ese fue el secreto que hizo 50 años de éxito. Además, la disciplina de trabajo, el respeto por lo que hacen y el compañerismo; mantuvieron al grupo unido y junto con los Rolling Stones, son los dos grupos que más años se han mantenido trabajando.

Por tanto, ¿su humor tiene límites?

Sí, claro, tiene límites. Como te he dicho, no caer en ningún 'facilismo' y, además, no utilizar personajes reales, no aludir a situaciones actuales sino trabajar en la misma línea que se hace desde hace 50 años; hacerlo con personajes imaginarios, aquellos que pueden ser reales pero que no lo son. En el caso del espectáculo que presentamos en Santander, el hilo conductor son dos corruptos que tratan de modificar el himno nacional a conveniencia del presidente de la República, y cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia. Es un número de hace 20 años, nos suelen preguntar si hemos modificado algo por la corrupción actual y decimos que no. La corrupción es algo que lamentablemente crece en el mundo pero este número se escribió en 1996 por lo que la política se adapta a Les Luthiers, en vez de Les Luthiers a la política. 

¿Entiende una sociedad sin humor?

Difícil de concebir, ¿no? Creo que el humor nos saca de cualquier situación complicada. El humor siempre va a estar ahí, en los momentos más difíciles de nuestra vida apelamos a él. Está el famoso chiste de los velatorios, hasta en los momentos más trágicos como la pérdida de un ser querido siempre aparece el humor como salvavidas momentáneo. Por tanto, no concibo un mundo sin humor y sin música.

¿Qué diferencias encuentran en la acogida del público entre España y otros países latinoamericanos en los que actúan? 

Prácticamente ninguna, el cariño es el mismo en todas partes. Aquí nos tratan de maravilla, estamos muy felices y por eso venimos dos veces al año con muchísima expectativa y ansiedad. Además, más allá del público nos gusta el país, sus tierras y sus comidas. El público español tiene una cuestión de respeto que lo hace menos efusivo. Me explico: en Latinoamérica la gente es más efusiva y, a veces, hasta en exceso. Se ríen a carcajadas muy fuertes y aplauden, de forma que se tapan los chistes entre ellos mismos. El español se ríe, se contiene y al final de la función explota en aplausos y en ovaciones pero respeta mucho al que tiene sentado al lado porque no quiere reírse muy fuerte para no molestarle. Se nota que es fanático y muy respetuoso, lo cual es muy agradable.

Me ha hablado antes un poco de la obra '¡Chist!' que traen al Palacio de Festivales este fin de semana. ¿Qué se va a encontrar el público que acuda?

Se va a encontrar con un espectáculo que es una antología donde se ha elegido un repertorio de 10 o 12 obras de los 50 años de trayectoria de Les Luthiers. Tiene la particularidad de que presenta gran variedad de géneros musicales, se aborda el jazz, la ópera, el blues... Muchos géneros y muy atractivos acompañados de muchísimo humor. 

¿Se ponen alguna meta, alguna 'fecha de caducidad'?

No te sabría decir, la fecha de caducidad la tienen que poner los propios fundadores. Sí se está abriendo el abanico para surja una posible continuidad más allá de los fundadores. Sin embargo, esto es algo que no se puede definir porque ellos están vivos y coleando, con muchas ganas de seguir y con mucha energía. A lo mejor en un futuro alguno se quiere jubilar, entra otro, se produce una renovación e igual tenemos Luthiers para otros 30 años. No se sabe, es una pregunta con difícil respuesta, hoy es el presente y seguimos disfrutando plenamente.