Hace más de un año que el Patronato del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía anunció su interés por adquirir el Archivo Lafuente, una colección conformada por más de 120.000 documentos, entre libros, manifiestos, catálogos y otras publicaciones, además de 3.000 obras que recorren la historia del arte europeo y americano desde las vanguardias a los años ochenta del pasado siglo. El destino de todo este material iba a ser el antiguo edificio del Banco de España en Santander, un proyecto que parece cada día más complicado.
Esta iniciativa fue una apuesta personal del secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, a la que se sumaron el alcalde de Santander, Íñigo de la Serna, y el entonces presidente de Cantabria, Ignacio Diego. Pese a que las tres administraciones implicadas estaban gobernadas por el PP, que contaba en todas ellas con mayoría absoluta, se llega al fin de la legislatura sin cerrar las condiciones del acuerdo y sin un futuro claro para esta instalación.
Tampoco existe un compromiso económico firme, puesto que ni el Gobierno de Cantabria ni el Ayuntamiento de Santander han consignado dotación para este proyecto en los presupuestos de 2016. Este hecho, precisamente, es el que genera más dudas en el Patronato del Museo Reina Sofía, que exige a las administraciones locales un compromiso “a largo plazo” y un “proyecto sólido” para dar luz verde a la instalación de un centro asociado en el antiguo edificio del Banco de España. El prestigio y la imagen de la institución está en juego.
Sin embargo, las negociaciones para comprar el archivo propiedad del coleccionista cántabro José María Lafuente “siguen en marcha”, según ha confirmado el propio José María Lassalle, a pesar del evidente retraso. De hecho, el secretario de Estado de Cultura anunció hace meses que “a finales de septiembre” se firmaría el convenio de adquisición de la colección del industrial José María Lafuente.
Este verano, tras una reunión con el nuevo presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, Lassalle aseguró que ese proyecto “va adelante” y añadió que todas las partes implicadas en esta actuación tienen “la sana intención y el deber cívico” de ejecutarlo por Cantabria. Este jueves, a tres días de las elecciones generales, no ha querido dar plazos pero ha confiado en que en las próximas semanas los trámites “den frutos”.
“Requiere toda una serie de procedimientos que escapan del control político”, ha afirmado el secretario de Estado de Cultura, que ha explicado que los “controles internos e institucionales” que se han de pasar para materializarse la adquisición “todavía se están desarrollando”.
Además, ha explicado que el trabajo entre los técnicos de la Gerencia de Infraestructuras del Ministerio y del Gobierno de Cantabria continúa. “Hace unas semanas estuvieron visitando la sede del Banco de España y evaluando cuál ha de ser la inversión que deberá efectuar el Gobierno regional si queremos que el proyecto salga adelante”, ha asegurado tras asistir a una reunión sectorial de Cultura en Santander.
Dudas sobre la financiación
Dudas sobre la financiaciónEse puede ser el siguiente escollo, si se concreta la venta del Archivo Lafuente, porque tanto el Ministerio como el Ayuntamiento señalan hacia el Ejecutivo autonómico para financiar las obras en el edificio que debe albergar la sede asociado del Reina Sofía en Santander.
Lassalle ha señalado que la primera partida que deberá destinar el Gobierno de Cantabria será la dedicada a afrontar “lo que es inmediato”, que es el plan museológico que abarca el conjunto de obras que será necesario ejecutar en la sede del Banco de España para alojar el Archivo Lafuente.
“El compromiso presupuestario de este Gobierno es el mismo que tuvo el anterior. No hubo partida presupuestaria en 2015 y no habrá partida presupuestaria en 2016. El presupuesto para este proyecto, en estos momentos, es cero. Continúan abiertas todas las negociaciones, pero no hay una decisión definitiva al respecto”, ha confirmado a eldiario.es el consejero de Cultura, Ramón Ruiz.
Desde el Ayuntamiento, por su parte, señalan que “es indudable la importancia que este proyecto tiene para Santander y para Cantabria, porque supondría potenciar enormemente los valores culturales de la ciudad”. En este sentido, admiten que “habrá que esperar a que se cierre el acuerdo para redactar el proyecto museográfico y museológico que será, a su vez, el que determine las actuaciones a realizar y, en consecuencia, la inversión necesaria para ello”.
Además, desde el Consistorio insisten en que el acuerdo institucional recoge que “las inversiones corresponden al Gobierno de Cantabria” y aseguran que el equipo de Gobierno municipal “prestará toda la colaboración en la tramitación administrativa, que incluye una modificación puntual del PGOU respecto al edificio”.
Un edificio protegido
Un edificio protegidoY es que la antigua sede del Banco de España en Santander deberá modificar sus usos para albergar esta nueva instalación cultural, puesto que el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas aprobó la cesión del edificio al Gobierno autonómico para que lo acondicionara como emplazamiento para el Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria.
Tras unas intensas negociaciones con el Gobierno de España, el Consejo de Gobierno de Cantabria acordó aceptar la donación del Banco de España a la comunidad autónoma, con destino a fines culturales y museísticos, un acuerdo que valoró el inmueble en 6,1 millones de euros.
La posibilidad de ubicar allí este proyecto cambió los planes de Ignacio Diego y su Gobierno, que consideró que “la oportunidad de traer el Museo Reina Sofía a Santander y captar el valiosísimo Archivo Lafuente era un tren que no se podía dejar escapar”.
Los documentos del Archivo Lafuente están estructurados en dos bloques: uno dedicado a las vanguardias históricas, con una importante colección de documentación de arte de vanguardia europeo y español; y otro centrado en las prácticas contemporáneas desde los años sesenta, con España y Latinoamérica como ejes. El industrial cántabro mostró su voluntad de que esta colección se expusiera en Cantabria, pero a través de una venta y no de una cesión de sus fondos, algo que parece cada vez más improbable.