El grupo de rock cántabro Los Deltonos lleva 32 años en el mundo de la música y la unión sólida de sus integrantes ha logrado que ya tenga un sonido propio que bebe de distintas influencias. Hendrik Röver pone la voz a esta banda que nació en Muriedas y ahora saca 'Fuego', el último disco de una lista de 14 trabajos en el mercado.
¿Qué ofrece este nuevo disco?
A nivel de sonido, se intenta que el disco nuevo no sea nunca como el anterior. Un disco siempre es una foto de un momento de un grupo y diríamos que 'Fuego' es cómo somos Los Deltonos ahora mismo y el anterior cómo éramos. Siempre hay distintos matices y colores.
Llevan siendo los mismos integrantes desde el año 2000. ¿Facilita su manera de trabajar?
Cuando nos juntamos los cuatro y tocamos una canción suena instantáneamente a Los Deltonos. Es una cosa automática y ahí es donde se notan los años que llevamos juntos. Pero, una de las cosas que hacen que, después de tanto tiempo, estemos tan vitales y con tan buena salud es que todos tenemos proyectos paralelos, entonces cuando nos vemos los cuatro es la ilusión casi de la primera vez. No nos pasamos el día solo con un proyecto y cuando nos juntamos es todo frescura y buen rollo.
¿Dependen de la inspiración o su trabajo es más sistemático después de tantos años?
Con los años, cada vez me cuesta menos hacer canciones. Lo de sacar un disco depende más de mirar el calendario. Cuando veo que toca sacar uno, yo voy a mi cajón de 'trocitos' y hago canciones a partir de ellos. Suelo montar 14 o 16 con las que hacemos preproducción y acabamos grabando doce o trece.
¿Sus canciones reflejan la realidad del momento o prefieren abstenerse?
Al final, uno vive en el mundo que vive. Acabas leyendo los periódicos, escuchando noticias, sufres la política como cualquier otro ciudadano y, cuando hay cosas que te irritan o que te gustan, acabas poniéndolo en una letra.
¿Es posible que un nuevo grupo mantenga el éxito por 20 años en el panorama actual?
Ahí está el trabajo duro, no ser un éxito vaporoso que se diluye. El trabajo es fidelizar a la gente y trabajarte, poco a poco, una base real de gente que le guste lo que haces. Nosotros hemos tenido la suerte y hemos trabajado mucho para tener esa base amplia y sólida.
¿Qué peso tiene, ahora que no se venden tantos discos, la música en directo?
Al final, nunca puedes dejar de sembrar y, después, intentar recoger. A cada par de oídos nuevos que se te ponen delante hay que dejarles un buen sabor de boca para que, cada vez que pases por esa ciudad, les apetezca volver a oírte.
El rock toma influencias de otros géneros y otros lugares. ¿Qué opinión les merece la apropiación cultural?
Vivimos en un momento ahora mismo en el que la gente se molesta por cualquier cosa. Luego está el tema de la corrección política y, hagas lo que hagas, se le va a sacar punta. Yo creo que no hay que hacer mucho caso. Nadie ha inventado música de cero, todo el mundo ha escuchado algo. Que eso se note más o menos en lo que haces es cosa tuya y cómo tú hayas sabido digerir lo que has escuchado. Ahí está la diferencia entre imitar descaradamente o fabricar algo tuyo a partir de lo que escuchas.
¿Cómo es el futuro de Los Deltonos?
Esto es el círculo de nunca acabar. La gira en realidad no acaba nunca, le vas cambiando de nombre cuando sacas disco. En esto consiste nuestro oficio: sacar disco, tocarlo, darlo a conocer e intentar que el mayor número de personas disfrute con esas canciones.