La memoria del campo de concentración franquista de La Magdalena revive en Santander

La Magdalena y sus instalaciones volvieron esta tarde 80 años atrás en el tiempo para rememorar uno de los pasajes más oscuros, por desconocido y por trágico, de la historia de Santander. Durante media hora, las Caballerizas del Palacio volvieron a convertirse en un campo de concentración, con sus presos, sus formaciones, sus camisolas blancas, pero sin la tragedia que marcó durante tres años la vida de los que entonces fueron sus ocupantes.

Cerca de trescientos voluntarios simbolizaron este recuerdo mediante la recreación de una de las imágenes que ha sobrevivido al telón con que se cubrió la existencia de campos de concentración en la capital cántabra. No solo el que se ubicó en la península de La Magdalena, que era permanente como lo fue el del Seminario de Corbán o el de las Oblatas, en donde eran recluidas las mujeres, sino en los antiguos Campos de Sport o en la Plaza de Toros.

Los voluntarios formaron en filas vestidos con prendas superiores blancas simulando la imagen histórica de los presos formados mientras oían misa con el fondo de la torre del reloj del edificio de Caballerizas. La preparación del evento ha durado media hora y una única fotografía fue el resultado, un registro que queda para la posterioridad y que pretende ser el recordatorio de lo que pasó en un lugar donde no hay siquiera una placa que lo mencione y que actualmente es uno de los lugares más emblemáticos y más turísticos de la ciudad.

Aunque la música y la poesía casen mal con el universo de un campo de concentración, este viernes la reconstrucción ha estado ambientada con la música de Crystalmoors y los versos de Voces Prestadas, que pusieron el marco reivindicativo a un acto que fue concebido como una protesta contra el olvido y los totalitarismos.

Se han leído poemas de los años 30 y 40 de Ángela Figuera Aymerich, Pedro Garfias, Jauma Anglada (preso él en el campo, en donde escribió el poemario 'Es el hambre'), María Enciso y Miguel Labordeta, con las voces de Carmen Alciturri, Carlos Peguero, Marina Molada Miró, Beatriz Gándara y Martín Antolínez, respectivamente. Por unos momentos, La Magdalena ha dejado de ser un escenario académico y lúdico para convertirse en un foro reivindicativo. Del desfile habitual de políticos y turistas, al desfile de presos.

“Nunca se ha hecho en España una recreación, una imagen como esta”, ha subrayado Paco Gómez Nadal, artífice de esta iniciativa, junto con el colectivo de La Vorágine y buen número de voluntarios. También entre bambalinas estaba la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), la 'anfitriona' que que ha colaborado en la organización del evento y ha cedido sus instalaciones en este cierre de los Cursos de Verano, y la Fundación Santander Creativa, vinculada al Ayuntamiento de la capital.

El campo de concentración de La Magdalena estuvo operativo desde 1937 a 1939, es decir, desde la toma de la capital por las tropas franquistas hasta el fin de la guerra. No fue un campo más. Aparte de su carácter permanente tuvo un carácter referencial, ya que fue uno de los primeros y sirvió de modelo a muchos otros.

Como en otros puntos del país, el aluvión de presos que produjo la represión franquista hizo que se echara mano de cualquier recinto de grandes dimensiones. El caso de La Magdalena también es prototípico. Con una capacidad para 600 presos, llegó a tener hasta 1.600 prisioneros al mismo tiempo, los cuales hacían trabajos forzados en la ciudad.

La Surada Poética 2019

La recreación fotográfica del primer campo de concentración franquista es el primer acto de la sexta edición de La Surada Poética, impulsada por La Vorágine y con el patrocinio de la Fundación Santander Creativa. Como preámbulo, la performance colectiva “de la memoria: justicia poética” ha tenido lugar este viernes durante aproximadamente media hora y ha contado con la participación de cerca de 300 personas.

“Nos parece importante que haya un colectivo público que recuerde lo que aquí sucedió”, ha señalado Gómez Nadal, quien ha lamentado en declaraciones a eldiario.es que “no hay una sola referencia a que este fue el primer campo de concentración del franquismo”.

Los promotores de la iniciativa consideran que el momento de esta apelación antitotalitaria es oportuno en un contexto de polarización de la sociedad. “Hemos querido empezar así este evento ante la situación que estamos viendo en el país de polarización política, de regreso de ideas totalitarias que pensábamos que estaban totalmente descartadas y que vuelven otra vez”, ha explicado el coordinador de La Surada Poética. 

Gómez Nadal ha defendido precisamente el papel de la cultura como reactivo ante la xenofobia, el machismo y los discursos antidemocráticos: “El mundo cultural no puede quedarse observando cómo se dicen algunas burradas en este momento”, ha concluido.