El descubrimiento de una cueva de los emboscados, que sigue intacta con sus objetos personales en pleno corazón del Desfiladero de La Hermida cerca de 80 años después del paso del último de sus moradores, permite acceder por primera vez en décadas al refugio que utilizaron en diferentes momentos personajes tan relevantes para la historia de Cantabria como Santiago Rey, Segundo Bores o Mauro Roiz, que habitaron este refugio cuando se echaron al monte durante la dictadura franquista, como se puede comprobar en las notas y escritos que aún se conservan en su particular biblioteca.