“¡Atención, rodaje en marcha”, avisan los carteles naranjas en los accesos a la parte central de la plaza de España de Vitoria. Grandes pendones naranjas de MasterChef engalanan la fachada del Ayuntamiento y, en el centro, una hilera de fogones y hasta unas barbacoas portátiles están listas para que los aspirantes intenten superar una prueba de gastronomía vasca. Pero una furgoneta blanca con matrícula PL da la pista de que no hay que esperar a Jordi Cruz, a Pepe Rodríguez o a Samantha Vallejo-Nágera. Lo que se rueda en Vitoria es una prueba de exteriores de la edición polaca del concurso, que luego seguirá haciendo pruebas con sus concursantes en Oñati y en Donostia y que llevará su final a Haro, en La Rioja. Pese a ello, las cámaras y grúas han generado cierta expectación en la ciudad.