Lendakaris Muertos es una de esas bandas de punk rock a la que los fans siguen con devoción por su sinceridad, humor y desparpajo a la hora de abordar cualquier tema. Una de sus canciones titulada 'Sindrome de Download' dice: “Confundes el 'speed' con el tocino. Cultura libre, sí, bájate un libro. Bajo de miras, ni miras lo que bajas. He visto a tu PC robando en las rebajas. ¡Eoé, eoé! Te da igual la Pantoja que los Napalm Death”. Así denuncia el grupo la piratería, aunque a su vez opine que la culpa “también es de quién te lo pone en los morros” y reconozca descargar música de Internet.
Sus letras abordan infinidad de temas, como las drogas, el amor, el conflicto vasco, el maltrato o los desahucios. Pero, precisamente, de eso va Lendakaris Muertos: de ver las cosas desde un punto de vista diferente y siempre en clave de humor. Llevan más de 10 años de recorrido a sus espaldas y cinco discos de estudio, el último de ellos publicado en febrero de este año, titulado 'Cicatriz en la Matrix'. Ahora, están de gira para presentar su nuevo disco y llegan este viernes a Escenario Santander para ofrecer un concierto “típico de Lendakaris” pero “diferente y único”.
Vuestro último concierto fue en Madrid y anteriormente estuvieron en Logroño. ¿Cómo está siendo la gira de presentación de 'Cicatriz en la Matrix'?
En Madrid fue una pasada, se llenó la sala y nos divertimos mucho. A nosotros siempre nos ha ido muy bien -hay grupos que tienen altibajos- pero hasta el momento nunca hemos notado un bajón. Se nota que hace dos años que no tocamos, porque la gente tiene ganas.
¿Está teniendo buena acogida el nuevo disco?
Haciendo un disco siempre te entran dudas y no sabes muy bien si lo estás haciendo bien o no. Pierdes el norte. Pero a la gente le ha gustado, piden las canciones nuevas y se saben las letras. Eso siempre es buena señal. Algunos grupos se quedan en los clásicos de los inicios, pero nosotros los tenemos en todos los discos.
¿Tocáis integro el nuevo disco en los conciertos de la gira?
No, no somos Iron Maiden. Vamos introduciendo canciones -ahora tocamos seis o siete- y la gente te va diciendo cuales son las que les gusta y cuales no. Siempre nos gusta defender los nuevos discos y, como las canciones son cortas, entre todas, da para meter 40 o 45. Si alguna no gusta, como duran minuto y medio, no pasa nada porque se pasan rápido [ríe].
Pueden presumir de tener una fiel legión de seguidores. ¿Cuál es el perfil del oyente de Lendakaris Muertos?
Ha ido cambiando el perfil del público que viene a vernos. Al principio eran tíos, punkis, feos... Luego ya fue cambiando y empezaron a ir chicas. Ahora es mucho más heterogéneo, después de tantos años, hay de todo, también gente con hijos a la que nuestra música le recuerda a la movida de los 80. Está guay, porque hemos empezado a ver que también empieza a venir gente de otros países: primero gente de Sudamérica y, ahora, de Europa del Este.
En los primeros discos, las letras eran mucho más directas. Con el tiempo, empezaron a jugar más con los dables sentidos y las metáforas. Ahora, con 'Crucificados por el anti-sistema' y 'Cicatriz en la Matrix' han publicado sus letras más complejas. ¿Es producto de la experiencia?
Uno ya va cumpliendo años, pero yo creo que también es producto de la casualidad. Antes hacíamos las canciones a medias entre Asier -el antiguo guitarrista que se marchó- y yo. Este lo he tenido que escribir yo todo, lo que me hizo dudar y pensar si habría salido una mierda. Muchas canciones se han quedado sin terminar o no he conseguido lo que quería con ellas y se han quedado fuera, para el próximo disco.
¿Nos puede adelantar alguna?
Habrá una sobre el yihadismo. Al final, el mundo lendakariano trata siempre de lo mismo: el problema vasco, drogas, temas sociales, algo de surrealismo y sexo.
En 'Urrusolo Sistiaga I' avisan de que “esto no va para nada de política” y de que “esto no va de apología del terror”. ¿Se están disculpando Lendakaris Muertos por lo que pueda pasar?
No es una disculpa, solo es una introducción. Hasta que nos preguntaron si pensábamos que podríamos tener problemas con esa canción, ni se nos pasó por la cabeza. No sé si era por ingenuidad... Yo creo que no, porque la canción cuenta las vivencias de una persona que se enamora de un miembro de ETA. No sé si legalmente se podría coger eso, a menos que hagas apología directa. Habría que ir a un juicio a probar y a ver qué pasa, aunque me meterían a mí en la cárcel, claro.
Si le dijeran que hacen política con su música, ¿tendrían razón?
Pues claro. Nuestra música es política pura y dura.
El sonido ha cambiado ligeramente hacia un estilo algo más rockero, ¿a qué se debe?
Por un lado se tenía que notar la entrada de Josemi, que es el primer músico que forma parte de los Lendakaris. Entiende de música y ha aportado un montón a las composiciones. Le dijimos: “mira, tanto si el disco triunfa como si fracasa, la culpa va a ser tuya, sobre todo si fracasa”. Lo que no íbamos a hacer es cambiar la esencia de los Lendakaris.
¿Por qué no han hablado de Podemos en este nuevo disco?
Porque no se nos ha ocurrido nada con la gracia suficiente como para abordar el tema. Cuando se nos ocurra, cuando estén en el poder -¡ojalá!- ya nos meteremos con ellos, después de votarles.
¿Alguno de los miembros del grupo tiene 'Sindrome de Dowload'? ¿Culpan al usuario?
La culpa es un poco de todos. El usuario tiene culpa, pero también de quién te lo pone en los morros, las empresas que son las primeras que se quejan y, luego, son las que fomentan todo eso. Yo ahora tengo menos 'Sindrome de Download', apenas me bajo discos. Me gustan las plataformas digitales para escuchar música, pero si escucho un disco equis veces, me lo compro.
Para los que aún no hayan comprado su disco... ¿Qué contiene el DVD de regalo?
Es un DVD donde vienen directos grabados por nosotros -grabamos todas nuestras actuaciones- y la idea es que según vayamos sacando discos, ir incluyendo esos DVD para que la gente conozca los conciertos de otra manera: los camerinos, las giras, la primera actuación que dimos con Josemi... Es un valor añadido.
Han tocado en el 'Resurrection Fest'. ¿Coincidieron con alguna banda a la que sigan?
Tocaron Jello Biafra y The Casualties, que nos encantan. Pero no coincidimos. Eso sí, los Exodus nos echaron del camerino. No ellos personalmente, sino su esbirra, porque nos habíamos pasado de la hora.
'Arnaldo Schwarzenegger' está más cerca de convertirse en realidad. ¿Qué opinan al respecto?
Cuando salió, el disco ya estaba en la calle. Está hecho sabiendo que Arnaldo Otegi es la última baza de la izquierda abertzale, sobre todo, viendo las últimas elecciones autonómicas en las que Podemos arrasó. Mucha gente que votaba a la izquierda abertzale votó a Podemos. Yo sí que lo veo probable, es lo típico, sales de la cárcel y acabas de Lehendakari.
En el disco 'Vine, vi y me vendí' hay una canción llamada '18 barras a 98' un tanto extraña, ¿nos explica su significado?
La canción dice: “Qué caro está el pan. Qué caro te sale no haber hecho nada. 18 barras a 98”. La canción habla del sumario 18/98 contra la izquierda abertzale y que metía a todo el mundo en el mismo saco. Detuvieron y condenaron a un montón de gente -incluso personas que no tenían nada que ver con la izquierda abertzale- que no había hecho nada. Como le ha pasado a Otegi, está en la cárcel por haber hecho política, porque las leyes lo han permitido.
¿Por qué vuestras letras reflejan una relación tan cercana con las drogas? ¿Por qué tanta fijación con el speed?
Las drogas, como la política, forma parte de las vidas de muchas personas. La gente que no lo entiende nos acusa de hacer apología de las drogas y la gente que las consume nos critica porque las criticamos, depende de cómo lo veas. Yo nunca las he tomado, pero ese mundo lo conozco muy bien. Creo que el speed se ha convertido en una especie de seña de identidad de las clases más humildes, como la cocaína se ha asociado erróneamente a las clases más pudientes. Que la gente haga lo que le entre por las narices.
¿Qué se puede esperar el público del concierto de este viernes en Sanatander?
Un concierto típico de Lendakaris. Interaccionamos mucho con el público y cada concierto es diferente y único. Además, será en una sala que es donde más cómodos nos sentimos. En los festivales ponen cada vez el foso más lejos y en una sala tienes más cercanía con la gente, tocas más tiempo y estás más relajado.