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Ser joven y cántabro: la empleabilidad más baja y el paro más alto de España

Cantabria registra en el segundo trimestre de este año menos de un 10% de menores de 25 años ocupados (9,7%) y una tasa de paro en esta edad del 57,67%, la menor tasa de empleo y la mayor de desempleo en esta edad de todas las autonomías españolas y de los últimos 40 años en la región, desde que en 1977 el Instituto Nacional de Estadística (INE) difunde la Encuesta de Población Activa (EPA), según precisa un informe de la Organización Juvenil de UGT (OJUCA).

El informe, elaborado todos los años por la Organización Juvenil de UGT en Cantabria con motivo de la celebración del Día Internacional de la Juventud el próximo 12 de agosto, subraya que la crisis sanitaria y económica derivada del COVID-19 “ha acelerado la destrucción de empleo juvenil en la región hasta mínimos históricos”, tanto en la edad más joven (de 16 a 24 años) como en el siguiente tramo incluido en las estadísticas de juventud de la UE (hasta los 35 años).

Tras el segundo trimestre de este año, que ya recoge el impacto de la COVID-19 en el mercado laboral y los tres meses de confinamiento y parón de la actividad económica, Cantabria vuelve a ser la autonomía con menos empleo de menores de 25 años tal y como sucedió en 2019, “aunque ahora ya se habla de una tasa de empleo de menos de un 10% y de poco más de 4.490 ocupados, cuando el año pasado nos asustábamos por estar por debajo del 15% con más de 6.500 empleos”, puntualiza la técnica de OJUCA Kiara Brambilla.

Ha alertado de que, en sólo un año, Cantabria ha perdido más de 2.000 jóvenes de entre 16 y 24 años con un empleo (-2.084 ó 31,7%) y ha duplicado el desempleo en esta edad, pasándose de 2.891 a 6.118, lo que propicia los citados mínimos históricos en empleo y máximos en desempleo desde 1977.

Como precisa Brambilla, “todo el mercado laboral y en todas las edades se ha visto afectado por la actual crisis en Cantabria y en toda España, aunque en lo concerniente a los y las jóvenes de nuestra autonomía ha batido todos los récords en lo más negativo con una caída del empleo en el último año que triplica a la media autonómica (31,7 por 9,97%) y un aumento del paro que duplica al de resto de edades (111, 62% por el 45,12% del repunte medio”.

Pérdida de empleo juvenil desde 2018

“De todos modos, no hay que olvidar que, a diferencia de lo que ocurría en España, el empleo de menores de 25 años y el comprendido hasta los 34 años ya venía descendiendo desde años antes en Cantabria, incluso en los años denominados de recuperación económica, ya que desde 2018 no ha dejado de reducirse”, agrega Brambilla.

Como destaca el informe de la Organización Juvenil de UGT, desde 2014 a 2017, la población ocupada de entre 16 y 24 años en Cantabria se incrementó casi en un 45% (+2.732) con los primeros años de recuperación económica (de 6.380 a 8.770), pero a partir de entonces ha sumado tres años consecutivos de reducciones: 1.045 empleos menos en 2018, 1.151 menos en 2019 y 2.084 menos en 2020.

En solo un año, Cantabria ha perdido más de 2.000 jóvenes de entre 16 y 24 años con un empleo

La tasa de empleo (porcentaje de ocupados sobre el total de la población) registrada en esta edad en Cantabria, 9,7%, es la más baja de todo el país, donde ninguna autonomía baja del 10%, y se sitúa a la mitad de la media nacional en la misma edad (18,20%) con algo más de 777.000 empleos de una población de 4.274.000 jóvenes de menos de 25 años en edad de trabajar (a partir de los 16 años).

El número de empleos de menos de 25 años contabilizado por la EPA en el segundo trimestre de este año, 4.490, es el menor de la serie histórica de la región y la primera vez que desciende del mínimo de los 6.000; mientras que el número de personas desempleadas, 6.118, es la mayor cifra desde 2014, cuando había 6.221 pero también un 35% más de ocupados (6.090) y la tasa de paro era siete puntos menor (50,56%) que la actual, puntualiza la Organización Juvenil de UGT en Cantabria.

Del empleo a la inactividad

El informe del sindicato extiende la caída del empleo juvenil de Cantabria al segundo tramo de edad de 25 a 34 años comprendido en la definición de juventud de la UE, ya que sólo en el último año se ha perdido más de un 12% y 4.851 ocupados (de 39.285 a 34.434) en esta franja de edad, aunque no por ello ha aumentado el desempleo (baja en 807 desempleados) “porque, simplemente, han pasado directamente a la inactividad y a desvincularse del mercado laboral”, puntualiza Brambilla.

De hecho, la tasa de empleo actual entre la juventud de entre 25 y 34 años de Cantabria, 62,49%, es la más baja desde que en 2002 la EPA difunde estadísticas en esta franja de edad y, además, teniendo en cuenta que el empleo de estos jóvenes viene reduciéndose desde 2015 de manera ininterrumpida.

En 2008 había más de 75.000 ocupados en esta edad en Cantabria, en 2013 ya había menos de 50.000 y desde 2015 se ha pasado de 46.552 a los mencionados 34.434 de este año, con una pérdida acumulada en estos seis últimos años de más de 13.000 ocupados y un 27%.

De los 4.851 empleos menos registrados en Cantabria en el último año entre los 25 y 34 años, un 80% (3.945) han pasado a ser inactivos o inactivas (no tienen empleo ni están en el paro) hasta alcanzarse una cifra total en esta edad de 14.209, la más alta registrada hasta ahora, que supera por primera vez el 25% de inactividad de todos estos jóvenes cuando nunca se había rebasado el máximo del 20%.

“Es evidente que cualquier estadística oficial que se consulte confirma la extrema debilidad del mercado laboral de Cantabria para sus trabajadores y trabajadoras más jóvenes, que no dejan de representar el futuro de la región”, subraya Kiara Brambilla, que recuerda que “no es de extrañar que el último Observatorio de del Consejo de la Juventud de España destacase a Cantabria como la autonomía española con la menor tasa de emancipación juvenil (de 16 a 30 años) del hogar de sus progenitores o tutores, apenas un 14%”.

Para Brambilla, “si el mercado laboral de Cantabria requiere de medidas urgentes para su reactivación, el de la juventud tiene que tener un tratamiento especial porque está en mínimos históricos y es el peor de toda España; aunque la experiencia de crisis anteriores no invita al optimismo porque en otras ocasiones se ha dejado de lado a la juventud tanto las épocas malas como en las de recuperación económica”.