Alicia Renedo (Ruente, 1974) es desde el 31 de julio de este año la nueva responsable de la dirección general de Igualdad y Mujer del Gobierno de Cantabria, una responsabilidad que ha asumido con entusiasmo y que le ha absorbido por completo en estos cuatro meses. Durante este tiempo, se ha centrado en “poner en orden” los recursos de la Administración, que, según denuncia, se encontraban “desatendidos”, y ha iniciado nuevos programas de prevención y concienciación, como el diseño de un plan de igualdad que se impartirá en los centros educativos de la comunidad autónoma.
Ya en su anterior etapa como alcaldesa de Ruente (2003-2011) una de sus prioridades fue avanzar en la igualdad dentro del mundo rural. También desde hace cuatro años es la secretaria de Igualdad del PSOE de Cantabria, lo que le ha llevado a trabajar codo con codo con las asociaciones implicadas en la lucha contra la violencia de género, de las que destaca su capacidad de trabajo y colaboración. Es autocrítica con la propia Administración pública, la cual cree que debe mejorar los recursos y la atención que presta a las víctimas, y también con la sociedad, a la que demanda mayor implicación. Por ello, anima a todos los ciudadanos a participar este miércoles, día 25, en la manifestación contra la violencia de género, que partirá a las 19.30 horas de la calle Numancia, en Santander.
Hace unos meses que tomó posesión como directora general de la Mujer. ¿En qué ha trabajado durante este tiempo y cuáles van a ser las líneas líneas estratégicas de actuación de su departamento?
En primer lugar, lo que hemos hecho ha sido una valoración de cómo se encontraban los servicios y recursos que prestamos desde la Administración, analizar su situación y, en función de ello, tomar iniciativas para cambiar algunas cosas que no estaban funcionando bien y poner en marcha otras muchas que se dejaron de hacer en 2011 cuando hubo un cambio de Gobierno y que nosotros consideramos que son de máxima urgencia.
Como primera prioridad nos hemos fijado la correcta atención a las víctimas. Es uno de los objetivos y de las primeras medidas que tomé, mejorar la atención que estamos prestando desde el Centro de Atención Integral, y la situación en la que estaban las casas de acogida y las casas de emergencia. Es en lo que me he centrado durante estos meses, en poner en orden estos recursos que presentaban bastante deficiencias.
¿Cómo ha afectado la crisis económica a la lucha contra la violencia de género?
La coyuntura económica no puede pasar factura a estas políticas, es algo que hay que salvar. Lamentablemente, es cierto que esto no ha pasado durante los últimos cuatro años, ni con el Gobierno central ni con el Gobierno regional, que excusados en la crisis han hecho recortes importantísimos en materia de igualdad y, sobre todo, lo que es mucho más grave, en las políticas de violencia de género que se estaban llevando a cabo en esta región.
Pero insisto, la crisis no puede ni debe ser una excusa para recortar en esta campo. Tenemos que estar por encima de eso, es un problema de Estado y es necesario seguir apostando presupuestariamente por él, porque todos los recortes que hagamos pueden tener como consecuencia poner en peligro a muchas mujeres y a sus hijos.
¿Qué programas se llevan a cabo desde el Gobierno de Cantabria?
Cuando llegamos no había ningún programa en marcha, ahora estamos realizando varios. Esta semana, por ejemplo, con motivo de la semana internacional contra la violencia de género hemos lanzado una campaña de sensibilización que la hemos llamado 'No estás sola. Te vamos a ayudar', y que está coordinada con los ayuntamientos de la comunidad, a los que hemos distribuido material divulgativo de concienciación y a los que hemos pedido que salgan a la calle. Igualmente, estamos realizando una campaña con varios institutos en los que se están impartiendo talleres de prevención en alumnos de Secundaria enfocados a las redes sociales, el ciberacoso o la identificación de violencia, entre otros aspectos.
Pero no solo trabajamos pensando en esta semana, que es la semana internacional y parece que hay que hacer actos y campañas. Tenemos el objetivo de que sea así durante todo el año.
Mencionaba el titular de la campaña 'No estás sola. Te vamos a ayudar'. Pero, según los datos, tan solo una de cada tres mujeres asesinadas habían presentado una denuncia. ¿A qué lo achaca?
La mujer tiene miedo a denunciar porque muchas veces no encuentra los respaldos que debería de tener para sentirse protegida y tirar hacia adelante. Hablo de los recursos que debe ofrecer la Administración, la Justicia... desde todos los ámbitos, incluido la propia sociedad. Si todos ponemos de nuestra parte, estoy convencida de que las denuncias se incrementarían; las mujeres no tendrían miedo a denunciar si saben que detrás tienen un respaldo que les va a proteger y les va a ayudar a llegar hasta el final.
¿Cree que es suficiente con el presupuesto que disponen en la Dirección General?
Nunca es suficiente el dinero que se destina a la lucha contra la violencia de género. Siempre tiene que ser más hasta que acabemos con este problema. Este año, desde la Dirección General de Igualdad y Mujer, hemos presentado los presupuestos al Parlamento para su aprobación en las próximas semanas y la partida en materia de violencia de género se ve incrementada respecto a la de 2015 en un 24,33%. Esa es la idea, seguir aumentado el presupuesto para poner a disposición de las víctimas más recursos, así como implementar más campañas y más prevención, que son uno de los pilares para acabar con esta lacra.
Para este Gobierno, la lucha contra la violencia de género es una prioridad absoluta. Lo hemos puesto dentro de nuestras prioridades y así se evidencia en el presupuesto. También durante esta legislatura volveremos a poner en marcha el Consejo de la Mujer, que fue eliminado por el PP en 2012, y vamos a elaborar, junto a la Consejería de Educación, un plan de igualdad de género en los centros educativos. Es importante educaren igualdad desde edades muy tempranas.
¿Puede haber falta de coordinación o que los protocolos no son todo lo eficientes que deberían y, por eso, las mujeres se ven en algunos casos desamparadas y deciden optar por no denunciar?
La coordinación entre todas las administraciones que luchamos contra la violencia de género es esencial, un eje fundamental. Si no trabajamos en cadena, si lo hacemos individualmente o por separado, poco vamos a conseguir. Uno de los propósitos al llegar a la Dirección, y así lo estoy haciendo, es intentar que haya una mayor coordinación entre todas las partes implicadas, hablo de los Cuerpos de Seguridad del Estado, del ámbito de la justicia, la sanidad, la Delegación del Gobierno, etcétera.
Y en cuanto a los protocolos sí, también estamos trabajando en eso. Recientemente he tenido una reunión con la Dirección de Salud Pública para ello. Todos los protocolos estaban un poco aparcados, es cierto que algunos cojeaban y se estaban quedando obsoletos. Ya hemos establecido un calendario con el equipo técnico de las dos direcciones para mejorar los existentes y avanzar en la misma dirección.
En su opinión, ¿la sociedad está concienciada sobre este problema?
Creo que todavía no. No al 100%. Todavía gran parte de la sociedad lo ve como un problema individual, no como un problema global, de todos, y mientras esto no cambie, mientras no abordemos la violencia de género como un problema que tiene la sociedad en su conjunto, no vamos a acabar con ello.
Se sigue viendo como un problema de familia o particular el que tú oigas a un vecino discutiendo, pegándose en su casa, y eso te lleva a no actuar. Incluso me atrevo a decir que al ver a un hombre o a una mujer agrediéndose en la calle y no llamar al 016 o a la Policía, como si ese problema no fuera nuestro. La sociedad se tiene que implicar para terminar con esto. Es un agente más en esta cadena que mencionaba antes de coordinación.
¿Cuáles son los primeros síntomas o indicios que nos pueden alertar sobre un caso de violencia de género?
Esta campaña de sensibilización que hemos lanzado esta semana ofrece una guía en la que, entre otras cosas, enumera precisamente los primeros signos de maltrato. Hay ciertos comportamientos, comentarios, también omisiones, que pueden ser una alerta a un posible caso como, por ejemplo, que la pareja te esté despreciando con frecuencia tus propios sentimientos. El ridículo, el insulto, el desprecio a las mujeres en general, la humillación, los gritos, las amenazas... Hay muchos síntomas que a veces desconocemos y que parece que son aptitudes que pasan desapercibidas y no se las da importancia. También me gustaría llamar la atención sobre las personas jóvenes con el tema del ciberacoso. El manejo de las redes sociales son un foco a trabajar.
Se han cumplido diez años de la Ley de Violencia de Género y este problema parece lejos de erradicarse. A su juicio, ¿ha sido efectiva esta norma? ¿Qué puntos cree que deberían reforzarse o modificarse?
La Ley fue una herramienta básica para comenzar a dar los primeros pasos para acabar con esta lacra. Se ha avanzado pero todavía queda mucho camino por andar. A mi juicio, es el momento de hacer una revisión. No obstante, hay que tener en cuenta que no en todos los casos se ha hecho una aplicación efectiva de la norma. Para poder hacer una valoración exhaustiva hay que aplicarla en su totalidad, y no ha sido el caso. Aquí en Cantabria tenemos un buen ejemplo. Durante estos cuatro años, la Ley se ha dejado totalmente de lado, se dejaron de convocar las comisiones mixtas, las comisiones interdepartamentales.
¿Con qué recursos cuenta el Gobierno autonómico y cuál es el mecanismo de actuación cuando se produce una agresión?
El Gobierno dispone del Centro de Información y Atención a víctimas de violencia de género en el que se realizan actuaciones que van dirigidas a la orientación y el asesoramiento y, por supuesto, a la asistencia integral. También disponemos de distintas unidades de acogida y viviendas tuteladas.
A la hora de actuar depende de dónde se dé el caso. Puede ser que se produzca en la vivienda familiar y la mujer llame al 016 o al 061 y sea la Policía quien primero llegue. A veces pueden ser situaciones de violencia que se detectan a través de los protocolos sanitarios. Otras muchas veces, y esto me gustaría destacarlo, es a través de las ONGs expertas en esta región y que durante muchos años han prestado servicio y recursos a mujeres. En todos los casos conocen los recursos de los que disponemos y que están plenamente al servicio de las víctimas.