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Muertos para recordar, muertos para olvidar: Santander lleva tres años dando largas para una placa por la masacre de un bombardeo franquista

El Ayuntamiento de Santander lleva al menos tres años sin dar una respuesta clara a la petición de la familia de una de las víctimas mortales del bombardeo por la aviación nazi del Barrio Obrero del Rey para instalar una placa o monolito en recuerdo de los fallecidos. La Consejería de Cultura y la Dirección General de Patrimonio, en este período, tampoco han atendido sus demandas.

Por contra, Santander mantiene simbología vinculada con el franquismo como una calle dedicada al buque-prisión 'Alfonso Pérez', sobre el que se ejerció una represalia mortífera por el bombardeo, y recuerda a dos aviadores alemanes en el refugio antiaéreo de la Guerra Civil que tiene sus puertas abiertas al público en el centro de la capital.

El bombardeo por la aviación alemana de varios barrios de Santander el 27 de diciembre de 1936 se cobró no menos de 65 víctimas mortales, sobre todo en el Barrio Obrero del Rey. La aparición de la aviación franquista hizo que muchos de los vecinos y paseantes (ese día era domingo) se refugiaran donde pudieran. Uno de los lugares elegidos por la oleada de 18 aviones de la Legión Cóndor fue la fábrica de curtidos Mendicouague, lugar en el que se produjo la mayor matanza del día.

Se da el caso de que la calle que atravesaron los ciudadanos lleva el nombre de General Dávila, en homenaje al general franquista.

Horas después de la masacre, ciudadanos y milicianos incontrolados se dirigieron al barco prisión 'Alfonso Pérez, anclado en la bahía, y mataron a 157 detenidos, arrojando granadas y ametrallando a los que estaban en las bodegas y ejecutando al resto. En recuerdo de esta masacre, Santander tiene una calle dedicada que lleva por nombre el del buque. Asimismo, en un refugio antiaéreo republicano, se exponen recuerdos de dos aviadores alemanes, Hans Kemper y Friedrich Schwanengel, “muertos heroicamente combatiendo con los nacionales de España”.

Santander lleva al menos 16 años postergando la erradicación del callejero de la ciudad los símbolos franquistas, incumpliendo lo dispuesto por la legislación. La Ley de Memoria Histórica de Cantabria será derogada por el nuevo Gobierno cántabro del Partido Popular con el apoyo de Vox.

La petición

Quien ha hecho la petición es el yerno de una santanderina, Elena Fernández Otí (97 años), cuya hermana, María Ángeles Fernández Oti, de nueve años, murió a resultas del bombardeo de 1936. La petición consiste en la instalación de una placa o monolito, sufragando el solicitante el gasto si hiciera falta, bien en el Parque de Mendicouague, en el Cementerio de Ciriego, en donde están enterrados represaliados por el franquismo, o cerca del refugio antiaéreo.

La hermana de la mujer fallecida en 1936 lleva acudiendo todos los años, “hasta que la edad se lo ha permitido, al cementerio de Ciriego, a poner flores en las tumbas de sus familiares y todos los años se lamentaba de no tener una tumba donde honrar la memoria de su hermana, fallecida por metralla”.

El solicitante dice contar con el apoyo de la Asociación Héroes de la República y la Libertad, aunque ha dado cuenta de la supuesta negativa de la alcaldesa, presidenta de la sociedad Cementerio Jardín, a que se instale un recuerdo de la matanza.

“Temo que la razón de sus anteriores negativas a poner esa placa de recuerdo pueda deberse a un malentendido -ha indicado en el tercer escrito remitido a la alcaldesa Gema Igual (PP)-. Poner una placa de recuerdo a las víctimas no tiene nada que ver con ”la memoria rencorosa“, ni con la ”memoria hemipléjica“ que, a veces utilizan ciertos autores mas o menos significadamente comprometidos con la derecha política actual. No tiene nada que ver con todo esto sino con la construcción de una memoria común, una memoria de la que podamos participar usted y yo. Las víctimas, insisto, no comprometen, no tienen, como el héroe, bando; simplemente son víctimas, gente del pueblo, resultado del azar”.

El peticionario ha dado cuenta de más gestiones baldías y sugiere un emplazamiento como el refugio antiaéreo. “Otro lugar que podría ser adecuado es cerca del refugio antiaéreo; como usted sabe, en el refugio se encuentran las placas con los nombres de dos de los aviadores alemanes... No deja de ser una paradoja que se recuerde a los victimarios pero no las víctimas. También me dirigí a la Consejería de Cultura y a la Direcci6n General de Memoria Histórica (cuando existía) [ha sido incorporada a la Dirección General de Cultura con el nuevo Gobierno autonómico del PP], pero tampoco obtuve respuesta... Si el refugio no es de su competencia, un lugar próximo al refugio podría ser una excelente ubicación”.

No deja de ser una paradoja que se recuerde a los victimarios pero no las víctimas

Las misivas que ha registrado desde 2021 no han obtenido respuesta personal, pero sí una petición del 7 de septiembre hecha en igual sentido a la alcaldesa por la Asociación Héroes de la República y la Libertad. En su misiva, el Servicio de Cultura ha comunicado que toma nota de la petición, y ha anunciado que está estudiando un plan para instalar placas conmemorativas o monolitos en la ciudad. Si dentro de dicho plan tiene cabida lo pedido, se comunicará: “El Gobierno está realizando una recopilación de diversos temas pendientes, entre otros, la colocación de placas o monolitos en distintos puntos de la ciudad. En caso de que pase a estudio su propuesta, se le comunicara”.

95 muertos por bombardeos

Antonio Ontañón, presidente de la Asociación Héroes de la República y la Libertad, también ha remitido un escrito a la Alcaldía de Santander “solicitando la posibilidad de colocar una placa o monolito en memoria de las víctimas de los bombardeos de Santander durante los años 1936 y 1937 por la aviación alemana e italiana, aliados del ejército franquista, sembrando el pánico y multitud de víctimas de las cuales tenemos registradas 95”.

La asociación memorialista propone para la ubicación del hito el Parque de Mendicouague, aunque está abierta a alternativas. “Contamos con el apoyo de vecinos próximos a esos barrios y asociaciones culturales, memorialistas, sindicales, académicas y otras de esta comunidad y de otras comunidades del Estado”.

Para Ontañón, lo “apropiado y democrático” sería que la propuesta se debatiera en un pleno de la Corporación municipal “por ser de interés público y especialmente de las víctimas y familiares”.