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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Los municipios cántabros en los que gobierna Ciudadanos desde mayo no frenan su descalabro en las generales

El descalabro que ha experimentado Ciudadanos en estas elecciones generales, que le ha relegado a la sexta fuerza parlamentaria tras perder 47 diputados y que ha abocado a su candidato y presidente del partido, Albert Rivera, a dimitir y a renunciar a su escaño, también ha tenido su reflejo en Cantabria.

Y es que el partido naranja se ha dejado desde la convocatoria de abril casi 39.000 votos, pasando del 15,14% al 4,76% de apoyos, una caída que se ha traducido en la pérdida del escaño que obtuvo Rubén Gómez en primavera. “Los resultados son una hostia como un piano”, señaló el propio candidato en la noche electoral.

Pero es que ni siquiera los municipios en los que Ciudadanos tiene competencias de gobierno tras los comicios de mayo han servido de salvavidas en esta repetición electoral para mitigar el hundimiento naranja en las urnas. Santander, El Astillero y Castro Urdiales son los principales ayuntamientos en los que Cs gobierna, en solitario o en coalición, y sus resultados han sido notablemente peores que en las municipales de hace seis meses. Concretamente, han sido una debacle.

En Santander, donde gobierna con dos ediles junto al PP con el apoyo externo de Vox, la formación naranja se ha dejado 2.679 votos desde mayo, cuando consiguió 7.853 frente a los 5.178 de este domingo. Entonces, casi alcanzó el 9% mientras que ahora ha obtenido poco más del 5% del total de apoyos. En Castro Urdiales, por su parte, municipio en el que gobierna con dos ediles junto al PSOE, Ciudadanos ha experimentado una caída de 480 votos, pasando de un 7,7% en mayo al 4,4% en abril.

No obstante, el mayor desplome se ha producido en El Astillero, donde el partido naranja dirige el Consistorio en solitario con Javier Fernández Soberón como alcalde, el único regidor de esta formación en la comunidad. Y es que en esta localidad, Cs ha perdido 1.828 apoyos respecto a mayo, cuando los más de 2.500 votos le convirtieron en primera fuerza. Y ahora, después de tan solo seis meses, sus escasos 700 apoyos le han hecho caer a la sexta posición.