Cuatro meses después de la formación del equipo de gobierno de Santander, el carril-bus y la escollera de La Magdalena siguen en su sitio. La supresión de ambos fueron objeto de negociación y pacto político para la formación del gobierno en minoría en la ciudad entre el Partido Popular y Ciudadanos y, aunque ambas partes mantienen que el pacto se cumplirá, no hay fecha de cumplimiento de los acuerdos.
El pacto ha bajado de las nubes de la política a la tierra de los problemas técnicos. El carril-bus, que es junto a los intercambiadores, restos del proyecto fallido de MetroTus; y la escollera, que es resto a su vez del proyecto de preservar la arena de La Magdalena con un doble dique, están a la espera de que la alternativa a su supresión no genere más problemas de los que ya existen: atascos y pérdida del arenal.
El carril-bus desaparecerá cuando se encuentre una solución que contente a todos para no empeorar el tráfico y el aparcamiento en los aledaños del Paseo de Pereda. Taxistas, ciudadanos, técnicos... van a intervenir en un proceso de participación pública que va a llevar el partido impulsor de la supresión, Ciudadanos.
Según la formación del portavoz, Javier Ceruti, “se va a tener en cuenta las opiniones de todos”, por lo que el carril-bus seguirá gozando de buena salud hasta que se dé con la cuadratura del círculo que contente a todos, algo en lo que por lo visto no se reparó cuando se firmó el acuerdo político.
“Negar los atascos es negar una evidencia que puede constatar cualquier persona que circule por esa zona. Los carriles se suprimirán y esperamos encontrar la mejor solución para todos, no solo para los conductores de autobús”, ha manifestado un portavoz de Ciudadanos en referencia a la petición de suprimir el carril y de paso 60 plazas de aparcamiento aledañas para reconvertirlas en aparcamiento de motos, plazas de coche que se reubicarían, si es posible, en las calles cercanas.
“Si solo se tuviera en cuenta las opiniones de los conductores del TUS eliminaríamos el tráfico de coches. De lo que se trata es de encontrar una solución equilibrada para todos. Por ejemplo los taxistas, que se benefician del carril-bus también, pero que no verían con malos ojos su eliminación, ya que realmente lo que les hace falta es recuperar su parada en la zona”, ha explicado la misma fuente.
En todo caso, el carril-bus se da por finiquitado, aunque sin horizonte temporal para hacerlo teniendo en cuenta el concepto elástico del tiempo que suele manejar la administración y lo difícil que es controlar temporalmente los procesos de participación pública. “Son muchos los ciudadanos que cada día se ponen en contacto con nosotros para pedirnos que se elimine ya. Por todo ello, se tomará la mejor decisión posible, pero siempre bajo la premisa de que ese tramo de carril-bus va a desaparecer para que desaparezcan con ello todos los atascos”, se explica.
Con las escolleras pasa otro tanto, salvo que el problema está en Madrid, no tanto en la opinión pública. En una visita del secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, ha insistido en que la decisión será “técnica” y que no habrá más rellenos pagados por el Estado en La Magdalena-Los Peligros si se retira el dique. El Ayuntamiento ha vuelto a protestar airadamente, por más que le ponga colorada la oreja cuando se le recuerda que los procesos de intervención en materia de defensa del litoral “no pueden resultar fallidos a la vuelta de unos meses”, como está ocurriendo con unos diques que fueron propuestos por quien ahora quiere su retirada.
El Ministerio ha dicho hasta la saciedad que es “imposible, inviable, por razones ambientales y económicas”, mantener un régimen de aportación de arena, una razón 'técnica' que no comparte el Consistorio, para quien el entorno garantiza arena suficiente para rellenar y relativiza la trascendencia de los 50.000 euros anuales que costaría hacerlo, máxime cuando se están haciendo inversiones millonarias de este tipo en otros puntos del litoral español. “El problema de la bahía no es que falte arena, sino todo lo contrario”, ha dicho este viernes el portavoz de Ciudadanos, Javier Ceruti.
Se avecina un cambio de relato para hacer ver que los pactos se cumplen. No tanto con la escollera de La Magdalena, en que la decisión no depende de Santander, como con el carril-bus. Este puede seguir perviviendo en parte, a expensas de que las medidas colaterales aconsejen o disuadan de su eliminación en el Paseo de Pereda. Los impulsores de la medida cada hablan más en términos de fluidez de tráfico que de retirada de carriles, poniéndose la venda antes de evidenciar la herida del supuesto incumplimiento de una promesa electoral.