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ENTREVISTA Expresidente de Cantabria

Miguel Ángel Revilla (PRC): “Mi relevo se va a hacer esta legislatura, pero sin ninguna prisa porque no la hay”

Laro García

Santander —
1 de noviembre de 2023 21:53 h

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Miguel Ángel Revilla (Polaciones, 1943) anunció por primera vez su retirada de la política hace más de 15 años, en una famosa carta enviada a todos los ciudadanos durante la campaña electoral de 2007. Desde entonces, ha sido presidente de Cantabria en otras tres legislaturas, pasó cuatro años por la oposición y convirtió a su partido en la fuerza hegemónica en la comunidad autónoma. Hasta la debacle en las urnas del pasado 28M, cuando perdió más de 55.000 votos y fue desalojado del poder. A punto de cumplir 81 años, asegura que ahora sí ha comenzado la cuenta atrás para su definitiva retirada de la vida política, pero no tiene prisa y pilotará el proceso de sucesión.

Todavía evita poner plazos y se niega a establecer un calendario para su relevo al frente del Partido Regionalista de Cantabria (PRC), la formación que fundó hace más de cuatro décadas y que lidera desde entonces. “Mi relevo se va a hacer, pero con tranquilidad. Sin demorarlo eternamente, pero sin ninguna prisa, porque no la hay”, puntualiza. En una extensa charla en la sede histórica del PRC, donde recuerda que se han vivido grandes noches pero también derrotas dolorosas, insiste en que ya ha dado un paso atrás y anuncia que su presencia en el Parlamento a lo largo de la presente legislatura va a ser más bien testimonial, porque todos sus esfuerzos se centrarán en la vida orgánica del partido, donde aún mantiene las riendas. “Tengo claro que esta es mi última legislatura y tengo que dejar un partido fuerte, bien organizado y donde no haya guerras fratricidas”, defiende.

Han pasado más de cinco meses de la noche electoral del 28 de mayo en la que se constató el batacazo en las urnas del PRC que le alejó de la Presidencia de Cantabria. ¿Cómo ha vivido este cambio a nivel personal?

Con una situación de placidez interior y creo que hasta exterior, asumiendo lo que ha ocurrido y preparándome para un relevo en el partido, demostrando en las derrotas que somos un partido sereno y señorial, cumpliendo lo que habíamos anunciado en la campaña electoral: que si dependía de nosotros, íbamos a intentar por todos los medios que Vox y PP no hiciesen un tándem en Cantabria para gobernar porque supondría una involución. Quedaba pendiente la prueba de fuego de los presupuestos para 2024. Yo no estaba seguro de que PP y Vox no pactaran los presupuestos, pero en coherencia también tras permitir la investidura del PP con nuestra abstención, hemos llegado a un acuerdo para aprobar unos presupuestos sin que aparezca Vox con enmiendas escatológicas. Ese acuerdo se ha aprobado en el PRC por unanimidad, porque el PP ha hecho unas cuentas que, más allá de las críticas a las que nos han sometido durante los últimos años, son absolutamente continuistas. No es la primera vez que perdemos unas elecciones y salimos del Gobierno. Es una etapa distinta, pero el partido está muy unido y tenemos una base muy importante, con 35 alcaldes. Nos estamos preparando para encontrar y designar esta legislatura a la persona que me sustituya a mí en la dirección del partido y en la candidatura de las próximas elecciones. No somos un partido coyuntural, como lo han sido Ciudadanos o Podemos. Llevamos desde 1978 en la vida política y somos con el PSOE los únicos partidos que conservamos las siglas desde nuestra fundación.

¿Y cómo es su día a día tras ese 28 de mayo en el que salió derrotado en las urnas y abandonó el Gobierno?

Mi vida ha cambiado muchísimo. Ahora yo me limito a ir los lunes a los plenos del Parlamento de Cantabria, donde soy diputado, y estoy realizando una labor que me apetecía muchísimo hacer como es dar charlas por España. Tengo una cantidad tremenda de lugares que quiero visitar. Voy a dedicar al menos un día a la semana a dar conferencias, porque me llaman de todos los sitios para ir a firmar mis libros... Estoy escribiendo otro libro, además. Y también voy a acudir a muchos programas de televisión a los que me están invitando. Voy a ser prácticamente un fijo en La Sexta y en El Hormiguero, estos días he estado grabando un programa que se emitirá próximamente que se llama Chester... Mi día a día sigue con mucha actividad, no paro.

Mucha gente fuera de Cantabria pregunta qué hace Revilla ahora porque creen que se ha jubilado de la política. ¿Le molesta?

Si esperas un rato, verás cómo empieza a llegar gente aquí, a nuestra sede... Dos días a la semana recibo a gente que viene a hacerse una foto y a charlar conmigo. Les doy un cuarto de hora a cada uno. Hay días que pasan por aquí 40 o 50 personas. Hoy serán más de 20. La gente quiere estar con Revilla y todos los sitios a los que voy se llenan. Me siento muy querido en toda España y ya digo que me encuentro en una situación personal de gran placidez. Sobre todo porque estoy muy orgulloso de lo que he hecho. Habré cometido errores, pero crear un partido como el PRC, conseguir la autonomía, recuperar el nombre de Cantabria, tener una comunidad que va muy bien, que se ha convertido en un referente, ver ese aeropuerto lleno de aviones, el puerto que va fenomenal, el Hospital de Valdecilla... Creo que he hecho una labor de la que me siento muy satisfecho. He liderado un partido que ha gobernado más de 20 años y que volverá a gobernar, porque esto son coyunturas. En la política se sube o se baja, pero el PRC tiene una gran base, con más de 10.000 militantes. Estoy muy contento y me veo muy bien. Da igual que vaya a Barcelona, a Bilbao, a Madrid o Sevilla. No tengo una mala palabra. A veces me pregunto por qué se ha despertado en torno a mí este cariño, porque no tengo apenas oposición ni en Cantabria, porque en la calle se aprecia que cuando se pierde, se haga con dignidad y caballerosidad, no dando coces y patadas.

Cuando se pierde, hay que asumirlo y prepararse para volver al poder actuando siempre con coherencia. Eso para mí es importante

Cuando se pierde, hay que asumirlo y prepararse para volver al poder actuando siempre con coherencia. Eso para mí es importante. Nosotros siempre hemos actuado tal y como dijimos en campaña. Ahora vemos cosas para la investidura de Pedro Sánchez que van a ser difíciles de gestionar para el PSOE. Cuando se dicen las cosas que se han dicho y luego se hace lo contrario, eso tiene un coste. Esta foto [señala en el periódico la imagen de Carles Puigdemont y Santos Cerdán en Bruselas] vale más que mil palabras. Es un papelón. El PRC dijo en campaña electoral que Vox era una línea roja y lo estamos cumpliendo. Siempre ha sido así. En 2015 dijimos que con el PP, no. Esta vez no dijimos eso. En las grandes líneas, como son los pactos, no se puede fallar a los electores.

Pero el PRC perdió ocho diputados y cerca de 55.000 votos en las últimas elecciones. ¿No hace autocrítica?

Sí se ha hecho autocrítica, claro que sí.

¿Y tienen claro ya qué falló para que se diera ese resultado tan malo?

Totalmente. Hay que tener en cuenta que gobernábamos con un partido que recibió un palo tremendo en esas elecciones, como fue el PSOE. Perdieron casi todas las autonomías. Solo salvaron Asturias, Castilla-La Mancha y Navarra. Recibieron un varapalo increíble...

Pero no aquí. En Cantabria, el PSOE mejoró sus resultados en las elecciones autonómicas y creció tanto en votos como en número de diputados. El gran castigado dentro del bipartito entre regionalistas y socialistas fue el PRC.

Bueno, bueno, sí. Pero a nosotros lo que nos hundió fue la historia de ese funcionario corrupto en la Consejería de Obras Públicas, con tres empresarios corruptos, que después de todo lo que ha pasado se sabe que no hay ni una implicación política de nadie. Era un señor que certificaba las obras, un funcionario que tiene que velar por el buen funcionamiento de la Administración y que cuando a nosotros nos dice que se han cumplido todas las especificaciones, la firma del presidente va detrás. Quien tenía que controlar era el corrupto. Y ese caso de corrupción sale a tres meses de las elecciones. Fue un serial televisivo y periodístico diario hablando de corrupción en Cantabria, teniendo absolutamente las manos limpias el Gobierno, sin ninguna implicación de ningún alto cargo... Era un corrupto que puede existir en cualquier organización, pero eso nos hizo un daño enorme. El gran baluarte del PRC es la honradez y la gente a veces no distingue lo que es un funcionario de un político, y se quedan con que ha habido corrupción. Si sale un año antes, la gente tendría claro al ir a votar que no había implicación del Gobierno, pero tres meses antes no da tiempo a reparar eso. ¿Por qué se sacó eso tres meses antes y no después de las elecciones? Alguien dio la orden de que fuera así. Nos hizo un daño terrible, igual que otro asunto como el escándalo de los trenes, que fue otra campaña demoledora. Tampoco teníamos absolutamente nada que ver. Creíamos, y así nos lo habían dicho en el Senado, que esos trenes se estaban construyendo. Y unos meses antes de las elecciones estalla ese fraude de los trenes que no caben en los túneles de Cantabria y ni han empezado a construirse. Esas dos cosas nos dañaron mucho. Y si el PSOE fue castigado a nivel nacional, nosotros éramos socios del PSOE. Aunque no apoyamos la investidura de Pedro Sánchez, nos pasó factura.

Le preguntaba si habían hecho autocrítica, pero en todos esos ejemplos que pone son ajenos al PRC. Da la sensación de que no se atribuyen ninguna responsabilidad en el mal resultado electoral que tuvieron...

Nos llovió todo eso. No fue responsabilidad nuestra. Yo tengo las encuestas de tres meses antes y ahí estábamos un punto por encima del PP. También tengo las encuestas de una semana antes de las elecciones, donde ya veíamos que sacábamos ocho diputados.

¿Con un desgaste electoral tan importante no necesita el partido una refundación o una renovación profunda?

La renovación va a ser total en la medida en que el fundador del partido no va a ser el que va a dirigir el partido en el futuro. Más renovación que esa, imposible. Pero este no es un partido que haya que refundar. Nosotros tenemos apuntados casi 11.000 militantes y tenemos 35 alcaldes. ¿Cómo vamos a refundar un partido con esa representación? Gobernamos en 35 de los 102 ayuntamientos de Cantabria. El PRC tiene una solidez enorme. Tenemos ocho diputados, somos la segunda fuerza de Cantabria y te he explicado por qué ha ocurrido.

A nivel interno no se ha dado ningún paso todavía para esa renovación del PRC. ¿No corre prisa?

¡Porque hay una tranquilidad absoluta en el partido! Nosotros hacemos reuniones de la Ejecutiva todos los viernes y he de decirte que somos 67 personas y hasta ahora se ha aprobado todo por unanimidad. No hay aquí ninguna discrepancia grave en lo que tenemos que hacer. Nos conocemos todos. Aquí no hay prisa. Mi relevo se va a hacer, pero con tranquilidad. Vamos a seguir trabajando en el Parlamento, aprobando presupuestos o medidas que consideramos importantes, haciendo crítica y oposición del Gobierno cuando toca, y en lo que sea razonable, votando a favor, porque no somos un partido sectario.

Su portavoz parlamentario, Pedro Hernando, decía recientemente en una entrevista que "los cambios en el PRC no se pueden alargar eternamente" y defendía que “lo lógico es que a lo largo de 2024 nos encontremos con la hoja de ruta marcada de cuál debe ser el proceso para la sucesión de Miguel Ángel Revilla”. ¿Está de acuerdo? ¿El horizonte temporal es ese o sigue dispuesto a agotar la legislatura?

¡Claro que los cambios no se pueden eternizar! Pero se decidirá en el Comité Ejecutivo en qué momento hay que hacerlo.

¿Y cómo se hará? ¿A través de un Congreso extraordinario?

Naturalmente que hay que hacer un Congreso... Nos toca hacerlo dentro de cuatro años, pero se puede hacer antes. Y lógicamente antes hay que tener el candidato.

Su participación desde la tribuna del Parlamento de Cantabria está inédita esta legislatura. ¿Va a mantener ese papel testimonial?

Sí, sí. Yo me dedico al partido. Estoy ejerciendo de secretario general del PRC y vengo todos los días a la sede del partido. Ese es mi papel ahora. Hay otras personas que están llevando el peso de la labor parlamentaria, pero yo sigo siendo el secretario general y todo lo que se hace allí lo tengo que aprobar yo, en la línea de lo que ha establecido el Comité Ejecutivo. Sigo al mando, pero dando el protagonismo a otras personas y haciendo lo que no he hecho con dedicación exclusiva durante muchos años, que es ejercer como secretario general en esta modesta sede donde hemos tenido éxitos y fracasos.

¿Y mantiene su intención de mantener el escaño de diputado durante toda la legislatura?

Sí, sí, sí. Sin duda.

Tengo claro que esta es mi última legislatura, que yo no me vuelvo a presentar a las elecciones y que lo que tengo que hacer es dejar un partido fuerte, bien organizado y donde no haya guerras fratricidas, como ocurre en otros partidos

¿No cree que es complicado que se consolide un liderazgo alternativo con usted en primera línea?

Que no estoy ya en primera línea se ve y tú mismo lo acabas de decir. Yo no voy a interferir en nada. Tengo claro que esta es mi última legislatura, que yo no me vuelvo a presentar a las elecciones y que lo que tengo que hacer es dejar un partido fuerte, bien organizado y donde no haya guerras fratricidas, como ocurre en otros partidos. Ese es mi papel ahora como secretario general. Creo que tengo autoridad en el partido para que eso pueda ocurrir y así espero que ocurra.

Lo que está claro es que hasta que Miguel Ángel Revilla no diga que se va, nadie va a dar un paso adelante.

No. Cualquiera puede proponer lo que le dé la gana aquí. Cualquiera.

Por esa misma autoridad dentro del partido a la que hacía referencia antes, y pasados cinco meses desde las elecciones autonómicas, parece evidente que eso no va a ocurrir a corto plazo. ¿Cuándo será el momento para que los aspirantes a dirigir el partido en el futuro puedan hablar y presentar su proyecto?

Ya lo he dicho. Mi relevo se va a hacer esta legislatura, pero con tranquilidad. Sin demorarlo eternamente, pero sin ninguna prisa, porque no la hay. El partido está muy bien, se siguen afiliando militantes todos los días. Hemos tenido un batacazo, pero la gente está satisfecha con las decisiones que hemos tomado. Hay que acertar no solo cuando se gana, sino también cuando se pierde. Hemos tenido un comportamiento señorial y así lo ha detectado la gente. El PRC volverá a ganar las elecciones… sin mí.

Tantos años hablando de la sucesión de Miguel Ángel Revilla y da la sensación desde fuera de que, una vez que ha llegado el momento, el PRC no está preparado para dar ese paso. O no hay un plan o no se ha puesto en marcha todavía. ¿Esa demora en afrontar la renovación no compromete el futuro del partido?

Demora ninguna. La renovación se hará a lo largo de los próximos cuatro años, pero no hay ahora ninguna prisa, en absoluto. Seguro. A mí nadie me lo plantea. [Ríe]. Llama y pregunta a la gente del partido, a ver qué te dicen.

¿A nivel interno han comenzado a hablar de nombres? Supongo que tenga su candidato o sus preferencias más o menos claras…

No, no, no.

En la dirección del partido junto a usted están Javier López Marcano, Paula Fernández, Guillermo Blanco… Mójese un poco.

¡Que no!

¿Ni un nombre?

No. No pasa nada, de verdad. Hemos perdido las elecciones, pero estamos haciendo nuestra labor de oposición y de colaboración con el nuevo Gobierno para que Cantabria siga en la senda extraordinaria que llevábamos. Más allá de que la señora Buruaga nos dijera poco menos que esto era un desastre, la realidad es que al día siguiente salen las cifras del paro y está en el 7,4%. Vamos, pleno empleo en Cantabria, la segunda autonomía con mejores datos. La economía de Cantabria va como una moto y el horizonte de los proyectos que están en marcha nos hace ser muy optimistas. Solo hay que ver la cantidad de gente que quiere venirse a vivir o quiere invertir en Cantabria. El presupuesto es la mejor indicación de que el Gobierno sigue el camino que habíamos marcado, porque es absolutamente continuista. El mayor problema que van a tener es el de la captación de fondos, porque ahí yo hice una labor impresionante. Aunque nosotros no votamos al PSOE, hay que reconocer que el PSOE se portó bien con nosotros.

¿Y teme que esa situación pueda cambiar?

Yo he tenido una interlocución directa con el Gobierno de España y una relación magnífica con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Ahora que estoy seguro de que va a haber un Gobierno de Pedro Sánchez apoyado por toda esta gente, porque hasta ahora no lo tenía claro, me parece complicada la situación de Cantabria. Creo que puede pasar factura. Lo denunciaremos si ocurre, pero no va a ser una situación como la que teníamos con el PRC en el Gobierno, donde había unos puentes extraordinarios. Con el PP no se hubiera pagado la deuda del Hospital Valdecilla, ni el AVE estaría en marcha, por ejemplo. Más allá de la legalidad o no de la amnistía, que de eso no me preguntas, y que yo desde luego no hubiera cambiado el discurso tan radical que mantuvo el PSOE y el propio Pedro Sánchez al respecto, me preocupan más otras cosas, porque España no se va a romper, que nadie tema por eso. Más allá de eso me preocupa la segunda parte de los pactos…

Ni se rompe España con la amnistía ni nada de eso, que son cuentos chinos, pero tiene un coste importante en la credibilidad de los políticos

¿Las contrapartidas económicas?

¡Claro! Ahí va a haber un cambio. Va a haber un trasvase de recursos del Estado para pagar el peaje que va a costar cada voto. Cataluña tendrá un trato preferente y País Vasco no se va a quedar atrás. Es posible que tengan incluso el apoyo de Coalición Canaria, y tendrá un coste. Va a influir en algo que será muy relevante para Cantabria, como es la ley de financiación autonómica, que hasta ahora priorizaba el coste de los servicios. Eso para nosotros no es bueno. Por eso estoy preocupado, no tanto por la amnistía, que a mí me parece terrible para quien ha defendido lo contrario hasta ahora. Ni se rompe España con la amnistía ni nada de eso, que son cuentos chinos, pero tiene un coste importante en la credibilidad de los políticos. Es como si yo, que he luchado toda la vida por la autonomía de Cantabria, defendiera de repente la anexión a Castilla y León. Sería imposible para mí. Pedro Sánchez en esto ha sido muy duro: amnistía no. No hay ministro que no lo haya dicho. Ir a Bruselas a ver a Puigdemont tiene que ser muy duro. ¡Imagínate cómo estará la otra parte! El señor Oriol Junqueras se pasó varios años en la cárcel. Ahora Puigdemont llegará como un héroe, increíblemente. Para mí, fue el más traidor de todos, que huyó. Si yo fuera independentista, votaría a Junqueras, que se tragó el marrón. Y el poder judicial queda muy tocado. Para que haya una amnistía, ahora toca decir que eso no procedía hacerlo. ¿Y cómo quedan esos jueces que hicieron una sentencia conforme a las leyes? Ese papel va a ser duro.

El PRC renunció a presentarse a las últimas elecciones generales. A la vista de los resultados, ¿fue un error?

No, no. Trabajamos con encuestas. No hubiéramos sacado más del 7% y es necesario al menos un 14% para tener un diputado. No había ninguna posibilidad. No te vas a gastar 300.000 euros en una campaña para no salir… Veníamos de un palo e íbamos a recibir otro. Se polarizó totalmente la campaña. Y si hubiera una repetición electoral, todavía más.

Es decir, que si la investidura de Pedro Sánchez no saliera adelante y fuéramos a una repetición electoral, ¿el PRC tampoco presentará candidatura?

Mi opinión es que no. Ahora, el partido decidiría. Mira, ahí no habría unanimidad… Haríamos un sondeo para valorar las opciones, pero ahora mismo España está pasando de una atomización parlamentaria a una concentración en los dos grandes partidos. Si hay una repetición electoral, ganaría el PP. Pero el PSOE también subiría, y bajan Vox y Sumar, seguro. La gente rompió con el bipartidismo porque había una corrupción terrible: el PSOE en Andalucía y el PP con miles de casos en toda España. La gente quería castigar a los que estaban robando y aparecieron nuevos partidos, pero eso no ha facilitado la gobernabilidad, sino que ha aumentado las injusticias, las presiones… no ha sido bueno. Es la sensación que tiene la población. Esto va por ciclos y a lo mejor dentro de unos años volvemos a la atomización, pero ahora no.

Lo que la gente ha asumido es que existen dos bloques. En campaña electoral usted mismo repitió muchas veces que "el PP y Vox son lo mismo" e incluso aseguró la misma noche del 28M, cuando el escrutinio estaba muy avanzado, que "el PP y Vox tienen que gobernar juntos y dejar de engañar al personal". ¿Qué ha cambiado para que el PRC se haya convertido desde entonces en socio preferente del PP, facilitando la investidura de Buruaga y aprobando los próximos Presupuestos de Cantabria para 2024?

España no es radical. En dos meses, desde las elecciones autonómicas y municipales hasta las elecciones generales, el PP pasó de ganar claramente a quedarse sin posibilidad de formar un Gobierno. ¿Qué pasó? Yo lo tengo claro y Feijóo también, porque se lo he dicho. Muy fácil: si llegan a aguantar sin pactar con Vox en la Comunidad Valenciana, Extremadura y Aragón, aunque todo el mundo intuía que eso iba a ocurrir, no es lo mismo que el hecho consumado. Les pudo el ansia por el poder. Las encuestas no se equivocaron. Dos semanas antes, el PP tenía más de 150 escaños y pasaban de 180 sumando con Vox. La gente cogió miedo. Yo mismo, que no soy un extremista. No querían un pacto del PP con Vox. Una cosa es que se intuyera que podía ocurrir, pero es que pasó antes de votar en las elecciones generales. Se visibilizó claramente lo que era la antesala de lo que iba a ocurrir en España. Que volvían a hablar de la eutanasia, de la Ley LGTBI, de la negación de la violencia de género o de la Ley de Memoria Histórica. La gente no es de extrema derecha y huyó del gallego, y él lo sabe...

No parece que haya cambiado mucho su comportamiento, porque ha unido sus votos a Vox en una investidura fallida.

No, pero es consciente. Sabe que tiene que huir por todos los medios de Vox y trasladar una imagen de que es capaz de pactar con otros. Y esto de Cantabria le viene bien, aunque me consta que en el PP de Cantabria hay una mayoría que prefiere el pacto con Vox y no con el PRC.

Reconocerá que es sorprendente que el PP hiciera una campaña diciendo que Revilla y Sánchez son lo mismo y haya sido Revilla y su partido quien haya permitido la investidura de Buruaga y vaya a apoyar sus primeros presupuestos.

Sí, pero la incoherencia es de ellos, no mía. Yo no quiero que gobierne en Cantabria un partido que niega la autonomía, como es Vox. Pero sé que quien está encantado con este pacto es Alberto Núñez Feijóo.

¿Cómo es su relación con la presidenta de Cantabria?

Tengo buena relación. Es cordial. Pero me consta que su partido, a nivel nacional, los que mandan, están encantados con el pacto con el PRC. Igual que están encantados con un pacto con Coalición Canaria para romper ese estigma.

El PRC se define en sus Estatutos como un partido progresista, de centro-izquierda. ¿Entienden sus votantes estos pactos con el PP? ¿Qué gana el PRC con esto?

Te lo pongo por escrito: coherencia. [Lo escribe en mayúsculas en un papel y lo subraya]. Dentro de las limitaciones que da nuestro resultado electoral, progresismo es evitar males mayores.

Y con ese nivel de colaboración tan intensa con el PP, ¿no hubiera sido más lógico que el PRC hubiera buscado un pacto de gobierno y se integrara en el Ejecutivo para tomar decisiones desde dentro?

No. Rotundamente. Cuando se pierde, se pierde.

¿Esa postura es definitiva para toda la legislatura?

Totalmente.

¿No puede haber un cambio de criterio?

No. El que pierde pasa a la oposición.

En relación a los presupuestos de Cantabria, el PP promete una reforma fiscal para bajar los impuestos, aumentar la recaudación y mejorar la calidad de los servicios públicos. Decía usted que si conseguían eso, propondría a María José Sáenz de Buruaga para el Premio Nobel de Economía. ¿Han conseguido la cuadratura del círculo?

Yo eso no me lo creo. Eso es propaganda política. Es una teoría muy liberal, muy extrema, pero no es así. Está demostrado que no funciona. Hubo un crack en Estados Unidos en 1929 que lo demuestra. La única manera de que el rico no sea cada vez más rico y de que el pobre no sea cada vez más pobre es que haya unos impuestos que corrijan esas desigualdades e intervenga el Estado. Queda muy bien decir a los ciudadanos que bajas los impuestos, y nosotros, dentro de lo que habían propuesto, hemos conseguido introducir algunos cambios para corregirlo. No era justo que las clases medias fueran las que menor rebaja tuvieran. Hemos hecho una redistribución. Y sobre el impuesto de patrimonio hemos conseguido que las rentas superiores a tres millones de euros, mientras exista el impuesto estatal a las grandes fortunas, sigan cotizando aquí.

Pero hasta esos tres millones de patrimonio neto sí que se suprime el impuesto. ¿No es injusto?

Es coherente con nuestro programa electoral, porque nosotros también lo llevábamos. Encargamos un estudio que demostraba que se puede compensar por otro lado, para que no haya fugas a otras comunidades…

¿Y eso no es entrar en el dumping fiscal y en la competencia entre territorios?

Ah, bueno, claro. Eso es una vergüenza y yo estoy en contra, pero mientras exista… no puedes hacer otra cosa. La unidad fiscal y económica es imprescindible en un Estado. Aquí, como se ha abierto esa veda, no queda otra. Eso puede hacerlo Madrid, porque es un pulpo gigante que sigue creciendo, más y más. Ahí está todo, es impresionante. Ellos pueden bajar impuestos, pero si queremos mantener la educación, la sanidad, las infraestructuras, hay que recaudar impuestos.

¿Eso se consigue con estos presupuestos de Cantabria?

Sí, porque a final de cuentas, la bajada de impuestos del PP es más bien estética, no es muy importante.

En las grandes votaciones de la legislatura, como la investidura o los presupuestos, el PP se ha apoyado en el PRC. Sin embargo, en el día a día en el Parlamento, decisiones como la derogación de la Ley de Memoria Democrática de Cantabria o las becas para los estudiantes de la enseñanza privada, por ejemplo, PP y Vox votan juntos cada lunes. ¿En lo ideológico es donde confluyen con más facilidad?

La familia es la familia. A veces uno tiene que hacer pactos con otros que no son de la familia, o hay tiranteces con la familia, pero son la misma familia. ¿Qué diferencia hay entre ellos? Si yo les veo las caras y son los mismos que hace unos años estaban en el otro sitio… Yo veo más rivalidades personales que otra cosa. Algunos perdieron las prebendas y cargos que tenían en el PP y ahora están en Vox. Hablo mismamente de Abascal, el primero. Pero hay altos cargos de Vox en Cantabria, como el señor Emilio del Valle, que los he tenido sentados yo en la mesa, a mi lado, cuando gobernábamos con el PP. Yo he sido vicepresidente de un Gobierno en el que era consejero Emilio del Valle, que ahora es presidente y diputado de Vox. También había caldo para crear un partido de extrema derecha que ya existía en toda Europa y que la situación de Cataluña propició su crecimiento en España.

¿Ve consolidado a Vox o cree que puede haber empezado su declive?

Sí, sí, sí. Más abajo que ahora, porque el PP le engulle, pero quedará un reducto. No han cambiado tanto las cosas, salvo en la etapa de Aznar, cuando la derecha y la extrema derecha estaban agrupadas en las mismas siglas.

El PRC está en la oposición. Hemos permitido que gobierne la lista más votada como mal menor, y en coherencia, hemos negociado los presupuestos, pero nada más

Igual que antes descartaba un pacto PRC-PP esta legislatura, ¿ve posible un entendimiento a medio plazo entre el PP y Vox en Cantabria?

Nosotros, siempre que lo que se presente sea coherente, intentaremos que no se produzca, pero yo no lo descarto. En política no se puede descartar nada, pero sí digo que el PRC va a ser coherente. Solo nos unen los presupuestos, pero el PRC está en la oposición. Hemos permitido que gobierne la lista más votada como mal menor, y en coherencia, hemos negociado los presupuestos, pero nada más.

Ya hemos descartado que Miguel Ángel Revilla vuelva a ser candidato en 2027…

¡Por supuesto!

… pero se ha especulado mucho sobre su hipotética candidatura al frente del PRC en las próximas elecciones europeas del año que viene. ¿Lo descarta o es una idea que ha barajado seriamente?

No. Cuando se plantee, el partido decidirá. No paran de escribirnos otros partidos proponiéndome ir de candidato a las europeas con un conglomerado de fuerzas políticas… Hay una cantidad de gente que quiere mover algo en ese sentido, de muchos sitios, incluso Ciudadanos, pero es una cosa ridícula. El PRC no tiene en el horizonte concurrir a las elecciones europeas, aunque faltan meses aún. 

Haciendo un poco de balance de estos más de 40 años en primera línea política, ¿cómo cree que va a recordar la gente a Miguel Ángel Revilla?

Yo estoy seguro, seguro, seguro, que la gente me recordará con mucho respeto, mucho cariño y que me reconocerán que sacrifiqué toda mi vida entera, que iba como un tiro en lo personal, no para ser presidente, que nunca llegué a soñarlo, para defender que esto fuera una autonomía para toda la vida. Esto es irreversible y yo he tenido un papel fundamentalísimo. Y que he sido un tipo honrado y coherente durante toda mi trayectoria. Lo estoy viendo ahora. Hay una tendencia humana a reconocer a las personas cuando ya no están, pero yo he tenido la suerte de recibir ese cariño en vida. Estoy en una etapa de felicidad plena. Tengo un reconocimiento de la gente en cuanto digo lo que pienso y opino de todas las cosas sin ataduras. 

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