La presencia de Podemos en el escena política y mediática de Cantabria a día de hoy es prácticamente nula. Dos meses después de las elecciones autonómicas y municipales, que dejaron a la formación morada bajo mínimos a nivel de representación institucional -con tan solo dos concejales, uno en Santa Cruz de Bezana y otro en Castro Urdiales- y con una importante sangría de votos respecto a los comicios de 2015, el partido ha perdido todo el protagonismo que tuvo la pasada legislatura y ha dinamitado la movilización social que le otorgó casi 30.000 votos hace cuatro años, que se tradujeron en tres diputados y un grupo parlamentario propio.
Y es que lejos quedan los tiempos en los que Podemos irrumpió con fuerza en el panorama nacional, de la mano de las reivindicaciones del movimiento 15M, y que tuvo su réplica en Cantabria con su entrada en el Parlamento autonómico por la puerta grande, siendo pieza clave con su abstención para la investidura de Miguel Ángel Revilla y con su 'sí' a los primeros presupuestos del bipartito PRC-PSOE, así como por una intensa labor de oposición fiscalizadora del Gobierno en diversas materias como vivienda, turismo, sanidad o industria.
Sin embargo, las continuas disputas internas que fueron surgiendo a lo largo de la legislatura en el seno de la formación morada fueron empañando su labor política y diluyendo el respaldo social del que gozaba al principio. En este sentido, los sucesivos enfrentamientos entre los diputados del grupo parlamentario, así como entre integrantes de la dirección del partido -con denuncias de acoso laboral de por medio- coparon titulares de prensa semana tras semana en detrimento de su actividad institucional y junto a colectivos sociales.
Así pues, la ruptura del grupo parlamentario y la paralización de las primarias con la imposición desde Madrid de una gestora al frente del partido en la Comunidad y de una candidata a la Presidencia sin pasar por un proceso interno y con un perfil político desconocido terminó por ratificar los malos presagios electorales que venían sobrevolando al partido morado desde varios meses antes de la cita del 26M.
Podemos se quedó fuera de la Cámara autonómica y la candidatura de Mónica Rodero cosechó 10.000 votos, un 3,12%, muy lejos de la barrera del 5% que es imprescindible para entrar en el Parlamento y se situó como sexta fuerza política, por detrás de PSOE, PP, PRC, Ciudadanos y Vox. Desde ese momento, el partido morado se esfumó de la agenda pública de Cantabria, dejando de emitir comunicados de prensa y de posicionarse públicamente sobre los temas de actualidad de la comunidad.
Tanto es así que su cuenta de Twitter se mantiene activa por los retuits sobre temas de ámbito nacional y por la difusión de una campaña de captación de fondos entre sus simpatizantes que el partido impulsó tras las elecciones cuando, tras perder la representación parlamentaria, también perdió los recursos que percibía por formar parte de la misma. De hecho, la Cámara le sigue reclamando el sobrante de las subvenciones recibidas desde que se disolvió el grupo, para cuya devolución tiene hasta el mes de septiembre, tal y como ha podido confirmar este medio por fuentes parlamentarias.
“Reestructurar el partido”
Los actuales responsables de la formación morada en Cantabria, que siguen siendo los miembros del autodenominado 'equipo técnico' impuesto por la dirección nacional, aseguran que están trabajando “en la reorganización del partido estructurando grupos de trabajo por áreas, que serán abiertos a todas las personas que quieran participar”.
En este sentido, Merche González, responsable de Participación y Círculos, explica a eldiario.es que se están dedicando a “reactivar” algunos círculos, para lo que recibieron recientemente la visita de su homóloga a nivel nacional, Ana Marcello, así como del dirigente Rafael Mayoral. “Fue muchísima gente y me sorprendió bastante esa reacción después de todo lo que había pasado y los resultados electorales que podían hacer que estuviese un poco desmotivada”, sostiene González.
En lo que respecta a Santander, Lydia Alegría, secretaria general de Podemos en la capital, afirma que en una asamblea, en la que se elaboró un informe, sacaron sus propias conclusiones de los “errores” cometidos. “La papeleta de la confluencia igual fue un poco confusa y, además, no conseguimos crear esa ilusión que se necesitaba para el cambio en Santander”, reconoce. “Igual estuvimos más enfrascados en la labor organizativa entre las diferentes fuerzas políticas en lugar de transmitir a la ciudadanía nuestras propuestas con más ahínco”, explica la dirigente morada.
Sobre el nuevo impulso a los círculos, en el caso de Santander, Alegría ha llegado a poner su cargo a disposición de los militantes para que decidan sobre su continuidad al frente del partido, así como del modelo organizativo del mismo. “Debatiremos las diferentes propuestas que nos lleguen sobre la estructura”, señala la secretaria general, cuyo cargo tiene vigencia hasta noviembre. Asimismo, a nivel autonómico, opina que “hay una gran oportunidad de que Podemos crezca sanamente porque después de las elecciones se ha ido sumando gente a participar y los más conflictivos ya se han ido”.
Por su parte, el único concejal de Podemos Cantabria con responsabilidad de gobierno, Luis del Piñal, incide en esa reestructuración de la formación para hacerla “más óptima”. “Después de haber estado años acostumbrados a premiar la actividad institucional, ahora es el momento de hacer trabajo, también en las instituciones en las que estamos, pero sobre todo en la calle, porque da la impresión de que eso lo hemos dejado de lado y algunas personas así lo han percibido”.
Ese es el análisis del edil de Obras, Medio Ambiente, Desarrollo Local y Empleo, Movilidad y Transporte y Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Santa Cruz de Bezana, para el que el partido “ahora es mucho más maduro”. “Las personas que lo integran ya tienen una experiencia y no van a cometer los errores del pasado”, sentencia Del Piñal.
“Marca desgastada y desprestigiada”
Sin embargo, uno de los tres diputados morados en la pasada legislatura que abandonó el partido decepcionado por la deriva del mismo no cree que vaya a ser posible reconducir la situación. “No parece sencillo”, asegura Alberto Bolado en conversación con eldiario.es, porque “la marca en Cantabria está totalmente desgastada y desprestigiada”. Además, pone el foco en que quienes “han sido la causa del problema siguen dirigiendo el partido de manera impuesta desde Madrid sin una masa social detrás”.
“No hay más que ver el último acto al que vino Rafa Mayoral: antes llenaban los sitios y ahora habría 25 personas”, ejemplifica, al tiempo que incide en el “palo económico” que supuso el resultado electoral y que obligó al partido a lanzar esa campaña de captación económica por primera vez desde que se fundó en 2015. “Cuando algunos vimos que después de las elecciones vinieron pidiendo dinero nos entró la risa floja”, sostiene.
Desde la gestora de Podemos aseguran que la intención es realizar unas primarias para nombrar un secretario o secretaria general en Cantabria, pero “se tienen que convocar a nivel estatal y el 'equipo técnico' está nombrado hasta febrero”.