“Podemos nació para gobernar: tenemos capacidad y debemos aspirar a ello”

Rosana Alonso (Santander, 1970) tiene continuamente una palabra en la boca: estabilidad. La diputada nacional, que aspira al liderazgo de Podemos Cantabria en las primarias que arrancan este miércoles, repite una y otra vez como un mantra este concepto que considera “clave” para su partido. Ha estado al margen de los conflictos internos que han sacudido a la formación morada durante los últimos años, en un discreto segundo plano, volcada en su labor institucional en el Congreso, y cree que ahora ha llegado el momento de tomar las riendas y romper con unas dinámicas que solo han desgastado a los que se han visto en medio del fuego cruzado.

Esta maestra de Educación Infantil y grado en Educación Primaria, que defiende las siglas de Podemos desde su fundación en la comunidad autónoma, se muestra confiada en el apoyo que puede cosechar de los militantes y se marca retos elevados: “Podemos nació para gobernar: tenemos capacidad y debemos aspirar a ello”, recalca durante la entrevista. A su juicio, no pueden desviarse del objetivo fundamental, que no es otro que “construir una Cantabria digna que resuelva los problemas de nuestra gente”.

¿Se podrá celebrar en esta ocasión un proceso interno en Podemos sin conflictos ni tensiones entre compañeros?

Espero que sí. Esa es la idea desde el comienzo de la campaña. Nada más anunciar mi candidatura fue lo primero que hice: convocar al resto de aspirantes para sentarnos a hablar de lo que teníamos en común y en qué medida podíamos llegar a un acuerdo, dejando de lado las diferencias a través del diálogo y la moderación. Es fundamental alcanzar una estabilidad, porque hemos sufrido conflictos en el pasado que han transmitido una imagen negativa de Podemos Cantabria. Esa es una de las razones por las que me presento, porque considero que estamos en un momento en el que es nuestro deber ponerle fin a esa inestabilidad. Han fallado cosas y no podemos repetir errores. Necesitamos una alternativa, una forma diferente de organizarnos y de afrontar la situación. Eso es lo que propone nuestra candidatura.

Hubo conversaciones hasta el último momento para alcanzar una candidatura de consenso que evitara el choque interno. ¿Por qué no fue posible ese acuerdo?

Efectivamente, hubo negociaciones y estuvimos hablando hasta el último minuto. No conozco las motivaciones de la otra candidatura para no llegar a un acuerdo, pero yo tenía claro, honestamente, con sinceridad, que para que hubiera una alternativa tenía que haber un equipo diferente y tenía que liderar la candidatura una mujer, porque creo que es necesario tanto en Cantabria como en Podemos. Han sido dos hombres de manera consecutiva los que han liderado el partido y hemos visto que ha sido fallido.

Por otra parte, consideraba que Verónica Ordóñez ha formado parte de esos dos intentos fallidos, por lo que no es la persona adecuada para liderar una candidatura potente, firme, fuerte y estable. En eso no estaban de acuerdo, a pesar de todas las facilidades y de todas las posibilidades de cooperación y confluencia que presentamos. Incluso llegamos a un acuerdo de última hora que acabaron desechando por razones que desconozco.

Más allá de las razones que ha expuesto, ¿qué cree que puede aportar como secretaria general?

Puedo aportar, sobre todo, capacidad de mediación. Yo soy maestra y estoy acostumbrada a gestionar grupos de personas. Creo que puedo ser capaz de coordinar un equipo, de cooperar con el resto de compañeros y compañeras. Tengo muy buena relación con todas las personas que han pasado por Podemos. Creo que nuestra candidatura es capaz de recoger y aglutinar a esas personas que por descontento, por los conflictos internos que hemos vivido, por las situaciones que hemos tenido que afrontar, se han distanciado de Podemos. Me veo capaz de recuperarlos y sumar sus fuerzas en un año crucial tanto para Podemos como para Cantabria.

¿Cuál sería su primera decisión si el día 11 de abril consigue la victoria en las primarias?

Después de reunirme con el Consejo Ciudadano y establecer las áreas de trabajo que deben formarse, lo primero que quiero hacer es convocar una asamblea ciudadana amplia, que incluya a todas las candidaturas que nos hemos presentado, que incluya a todas esas personas que por distintas razones han abandonado Podemos en los últimos tiempos, que incluya a todos esos que día a día contribuyen con su esfuerzo y trabajo a que el partido siga creciendo, y que acoja a todas esas personas a las que les apetezca acercarse a Podemos en esta nueva etapa para aportar su conocimiento y experiencia. Vamos a hacer una asamblea amplia, que nos prepare para avanzar por el largo camino que tenemos por delante.

¿Se puede dirigir un partido en Cantabria desde Madrid?

Yo en realidad estoy en Cantabria, no estoy en Madrid. Ya he dicho más veces que yo no estoy trabajando en Madrid, sino que llevo al Congreso de los Diputados las necesidades de los cántabros. Mi tiempo en Madrid, habitualmente, son tres días a la semana. Por tanto, sí que creo posible estar al frente de Podemos Cantabria a pesar de mi responsabilidad como diputada. Esto es un trabajo en equipo y es perfectamente posible e incluso necesario. En este último año y medio, he estado al margen de las decisiones sobre Cantabria que se han tomado en Podemos porque no formaba parte del Consejo Ciudadano, ni tampoco me han invitado a participar. Es importante para que mi trabajo sea más efectivo. Por otra parte, esta situación tampoco sería una novedad, porque hay varias comunidades en las que los secretarios generales son diputados en Madrid.

Hablaba de su buena relación con las distintas personas que han pasado por Podemos a lo largo de estos años. El diputado José Ramón Blanco, que fue el primer secretario general de Podemos en Cantabria, forma parte de su candidatura, y Julio Revuelta, que también estuvo al frente del partido, firma su documento político. ¿Qué pueden aportar a su equipo?

Son dos personas con los que tengo una relación estupenda y con los que tengo la suerte contar y colaborar, cada uno en la medida de sus posibilidades. Es un honor y un placer para mí. En el caso de José Ramón, está en la lista y es importante que como diputado forme parte del Consejo Ciudadano. Y en el caso de Julio, me hace especial ilusión porque creo que es una persona de una valía extraordinaria, que ha aportado muchísimo en Podemos desde el comienzo. El hecho de que haya estado dispuesto a formar parte y colaborar en la redacción del documento político, tan importante para nosotros, y que pueda participar dentro del equipo económico, es un lujo.

Ambos tuvieron formas de dirigir el partido muy distintas. José Ramón Blanco era cargo público al tiempo que ejercía como secretario general, mientras que Julio Revuelta siempre defendió que su papel era más orgánico y quería estar en segunda fila, en el día a día del partido. ¿Cuál es la fórmula que propugna Rosana Alonso?

Yo defiendo la fórmula en la que cada uno se sienta más cómodo y tenga mayor fluidez para gestionar la dirección del partido. Para mí es necesario ese contacto y esa coordinación con cada uno de los cargos públicos del partido. Es imprescindible la escucha activa. Creo mi situación es idónea porque acumulo una experiencia y una trayectoria dentro de Podemos y me parece interesante la labor institucional para poder trasladar todas esas decisiones y todas esas políticas. De hecho, en el documento organizativo que presentamos está incluida una medida para que los representantes públicos del partido estemos presentes en los consejos ciudadanos. Yo he vivido lo que significa estar al margen y sé lo importante que resulta formar parte de los procesos de toma de decisiones políticas en la comunidad.

Encabezó la candidatura de Podemos en las dos últimas elecciones generales, en una de las ocasiones en confluencia con Izquierda Unida y Equo. ¿Le gustaría seguir ocupando ese rol en próximas convocatorias electorales?

Esa faceta todavía no me la planteo, la verdad. El ritmo que tiene nuestro partido es bastante rápido. Hay un orden de prioridades y para mí ahora lo fundamental es estabilizar la dirección de Podemos Cantabria y centrarnos en lo más cercano, que son las elecciones de 2019. Me gustaría que Podemos sirva como herramienta para generar un proceso participativo y de marea en el que podamos ser el mayor número de agentes, partidos y movimientos involucrados todos en construir una Cantabria plural, transversal, progresista, cantabrista y feminista. En ese sentido, no me he planteado mi posición, porque estoy centrada en el impulso que debemos dar a Podemos.

Todos los aspirantes en estas primarias, en mayor o menor medida, han mostrado su disposición a impulsar una marea que sobrepase las siglas de Podemos. ¿Cómo se pueden salvar los recelos que siempre surgen en estos procesos?

Se puede hacer con flexibilidad, con escucha, con generosidad, creyendo de verdad en ello y demostrando que Podemos puede ser esa herramienta útil para la sociedad. Hay espacios importantes, como los ayuntamientos, donde no hemos estado como organización, y creemos que ahí tenemos que trabajar mucho, sentarnos, debatir, poner sobre la mesa las necesidades particulares de cada uno para alcanzar nuestro objetivo: sacar de las instituciones a esas personas que nos están dañando tanto, al PP y a los otros partidos que están dando la espalda a la mayoría social. Solo así podremos alcanzar una Cantabria más democrática y podremos hacer a los ciudadanos partícipes de los cambios.

Esta primera legislatura desde el nacimiento de Podemos, el papel que han tenido que jugar en Cantabria ha sido el de oposición. ¿El objetivo para 2019 tiene que ser el de poder influir pero ya desde responsabilidades de Gobierno?

Sí, sí, sí. Podemos ha nacido para gobernar. Es cierto que nacimos de una etapa impugnatoria, de protesta, un periodo de indignación generalizado que era necesario. Ahora parece que se ha asumido ese maltrato que estamos recibiendo de los distintos gobiernos, pero es un momento óptimo para cambiar las cosas. Tenemos capacidad y debemos aspirar a gobernar. Hay que poner fin a ese caos de corrupción, de precariedad, de desigualdad, de maltrato social que estamos viviendo. Vamos a ir ampliando nuestro espacio en las instituciones y vamos a demostrar, como está pasando en ayuntamientos como los de Barcelona o Madrid, que se pueden hacer las cosas de forma diferente.

En Cantabria creo que podemos formar parte de un futuro Gobierno. Ha quedado claro que el actual bipartito promete políticas sociales y progresistas, pero no es capaz de desarrollarlas. Están dando la espalda a la gente y se están sometiendo a ese Gobierno de España del que tanto se quejan. En vez de poner en marcha iniciativas para revertir las injusticias del Ejecutivo de Mariano Rajoy, lo que se está haciendo es dejarse llevar y poner parches. Claro que podemos llegar al Gobierno y claro que vamos a poder influir en políticas pensando en los cántabros.

¿Qué prioridades tiene Cantabria a su juicio?

Uno de los temas fundamentales es el empleo. El paro baja, pero creando trabajo temporal, precario y sometido a cuestiones tan volubles como el turismo. No hay solidez. Se plantea un plan estratégico que no es adecuado, que no es integral. Necesitamos alternativas económicas de otra índole que permitan mejorar la vida de los ciudadanos. Debemos introducir una renta social básica efectiva o luchar contra la brecha salarial, por ejemplo.

Si no es elegida secretaria general, ¿cuál será su papel a partir de ese momento?

Mi papel en cierto modo va a ser el mismo tanto si salgo elegida como si no. Tenemos que estar todos a una para poder afrontar el reto más inmediato que tenemos, que es 2019. Nuestro objetivo no puede desviarse, y nuestro objetivo es construir una Cantabria digna que resuelva los problemas de nuestra gente. Para mí ese es el objetivo esté donde esté.