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Los frikis al poder

A ver si empezáis a enteraros: los 200 coleguis que fueron ayer a la Plaza Porticada para conmemorar los cinco años de aquello que llamamos con nombre de vitamina (15M) representan la cultura y el discurso dominante. También son hegemónicos los 500 que salieron a las calles para pedir un trato humano para las personas que huyen del las guerras del sur y del oriente que calentamos desde el norte; o las 32 personas que se gozaron el homenaje a Eduardo Galeano hace unos días. ¡Son la masa convencional, la media estadística, el deber ser! Y lo son porque lo alternativo, lo realmente alternativo estaba este fin de semana en el Palacio de Exposiciones de la ciudad. Ya sabéis cosas muy bestias, muy marginales, realmente antisistema, preocupantes, retadoras, más extremas que el punk ese que ahora cumple 40 años: James Bond, Tom y Jerry, la academia Jedi de StarWars, zombies llenos de kétchup, Juego de Tronos… vamos todo ese cóctel de lo alternativo que puedes encontrar en El Corte Inglés y en cualquier feria callejera que se precie de estar al día en tendencias.

'Santander Alternativa'. Así: sin complejos, sin dudas. Así se denominó un evento mainstream (que para quien sea de ciencias significa: aquello que mola a la mayoría) que opacó cualquier otra noticia del fin de semana hasta que nos rescató del tedio una gesta sin par, un momento excitante hasta el extremo, uno de esos momentos únicos que recordaremos durante décadas: el Racing ganó y quedó primero en la liga (quiero decir, en su grupo de Segunda B). Según la lógica de Santander Alternativo, el fútbol debe ser un deporte marginal, tanto que no ha quedado margen para hablar de otra cosa desde que la artificial competencia entre Barça y Madrid ocupó nuestros telediarios.

Bueno pues eso, que Santander es muy Alternativa porque hizo un evento para los frikis. Es decir, que el lenguaje está totalmente alterado (o cooptado). Ni es alternativo lo que es producto de consumo masivo ni parecen muy frikis (dícese de aquellas personas cuyos comportamientos, gustos y aspecto son inusuales) las 10.000 personas que pasaron por taquilla (que lo alternativo hay que pagarlo).

El mundo está loco y el lenguaje es amasado a su antojo por publicistas y vendedores de humo para pervertirlo hasta el tuétano. Así que los frikis (que en realidad son los posmodernos que se obsesionan con algo hasta convertirlo en religión) deberían tomar el poder y poner orden en este sin dios social. Que nos pongan a todos a participar en juegos de rol en los que practiquemos, por ejemplo, a ser ciudadanos de verdad, o que nos conecten a todos por realidad virtual para ahorrarnos salir a la calle y pasear entre la indolencia general. Que los frikis dirijan al Racing y que se celebren los ascensos (aún no conseguidos) a bordo de una nave espacial. Y, si es por pedir, pediría que en el próximo encuentro de zombis en Santander (ese que también nos gusta tanto) traigan alguno de verdad y se lleve a alguna de las piezas (de museo) que pueblan nuestra política local y nuestro tedio global. Sería un detalle.

Visto lo visto, los fikis contarían con el apoyo decidido del sector empresarial (lo hemos visto con Santander Alternativo) y no serían víctimas ni espionaje policial ni de las portadas de La Razón o los improperios de Libertad Digital (por cierto, si el Mundo Today ya no os satisface sexualmente no dudéis en leer la última perla apocalíptica de Jiménez Losantos: “La serpiente sale del huevo”). Los frikis molarían en el vetusto ayuntamiento de Santander, en el frío Parlamento regional, en el aburridísimo devenir del Paseo Pereda.

Es probable que me equivoque pero para allá vamos. Ya que los partidos políticos no se ponen de acuerdo, que nuestra economía está necesitada de emprendedores, que Felisuco ha decidido ponerse a “chupar” (sic) como loco para que salgamos de esta época onanista que nos aburre y que hay que cerrar el reto soberanista, creo que en breve terminaremos hablando dothraki, vistiendo pantalón ajustado de jedi y aclamando a Munitis como presidente del Gobierno autonómico. Si eso no es friki y alternativo, vosotros me diréis.

Pero, como digo, lo normal es que me equivoque, así que tras este delirio solo me queda regalaros unos versos del poeta que me ha salvado el fin de semana (Rafael Larrea): “Cuido el humo, los manglares, / las luciérnagas, / y trato de entender por qué los seres / mueren, / deseo intuir los cambios, / pero, felizmente, me equivoco muchas veces, / y dudo, /dudo, / eso me ha salvado de los maremotos, / de las traiciones”.

PD. Alguno de mis críticos frikis –que los tengo- me acusará de elitismo intelectual por terminar con un poema. Es lo que nos pasa a los dinosaurios como yo, incapaces de ser tan alternativos como para terminar siendo de las masas (consumistas). Lo siento.

A ver si empezáis a enteraros: los 200 coleguis que fueron ayer a la Plaza Porticada para conmemorar los cinco años de aquello que llamamos con nombre de vitamina (15M) representan la cultura y el discurso dominante. También son hegemónicos los 500 que salieron a las calles para pedir un trato humano para las personas que huyen del las guerras del sur y del oriente que calentamos desde el norte; o las 32 personas que se gozaron el homenaje a Eduardo Galeano hace unos días. ¡Son la masa convencional, la media estadística, el deber ser! Y lo son porque lo alternativo, lo realmente alternativo estaba este fin de semana en el Palacio de Exposiciones de la ciudad. Ya sabéis cosas muy bestias, muy marginales, realmente antisistema, preocupantes, retadoras, más extremas que el punk ese que ahora cumple 40 años: James Bond, Tom y Jerry, la academia Jedi de StarWars, zombies llenos de kétchup, Juego de Tronos… vamos todo ese cóctel de lo alternativo que puedes encontrar en El Corte Inglés y en cualquier feria callejera que se precie de estar al día en tendencias.

'Santander Alternativa'. Así: sin complejos, sin dudas. Así se denominó un evento mainstream (que para quien sea de ciencias significa: aquello que mola a la mayoría) que opacó cualquier otra noticia del fin de semana hasta que nos rescató del tedio una gesta sin par, un momento excitante hasta el extremo, uno de esos momentos únicos que recordaremos durante décadas: el Racing ganó y quedó primero en la liga (quiero decir, en su grupo de Segunda B). Según la lógica de Santander Alternativo, el fútbol debe ser un deporte marginal, tanto que no ha quedado margen para hablar de otra cosa desde que la artificial competencia entre Barça y Madrid ocupó nuestros telediarios.