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Lucas, Lucía y la degradación del acceso a la función docente en Cantabria
Lucas es un joven valenciano. Cursó el Grado de Veterinaria en la universidad privada CEU Cardenal Herrera. La misma edad e inquietud tenía la masoniega Lucía, que tuvo que abandonar Cantabria dirección Zaragoza para poder estudiar presencialmente lo que le gustaba, en una universidad pública que, no sin dificultades, podía permitirse su familia.
Para adelantar y complementar la beca, Lucía estuvo trabajando fines de semana y veranos en la hostelería. Lucas vivía en casa de sus padres, tuvo un contexto con muchas más facilidades. Además, podía permitirse repartir las asignaturas, dejando algunas para septiembre o el curso siguiente, obteniendo así una mejor calificación. Cuando acabaron la carrera, a su vez se apuntaron al máster de profesorado que les capacitaba para ser docentes de Secundaria.
El curso pasado, ambos supieron que la Consejería de Educación de Cantabria abría una lista de ofrecimientos de Biología y Geología. Enviaron la documentación con el expediente académico, cuya media les jerarquizaría. Lucas quedó entre los 50 seleccionados (al contrario que Lucía, con unas décimas menos) y ha podido trabajar en una sustitución a jornada completa, que además le ha valido para obtener puntos de experiencia de cara a la oposición.
Al año siguiente, se convocó una oferta pública de empleo para el profesorado de Secundaria. Lucía hizo una brillante exposición del tema y resolvió correctamente los ejercicios prácticos, lo que le permitió pasar a la segunda fase, donde presentó una buena programación didáctica y demostró una gran capacidad de transmisión del conocimiento en la unidad didáctica que le tocó desarrollar. Sumando sus méritos acreditados, se quedó a las puertas de obtener una plaza en la primera convocatoria a la que concurría. Lucas, por el contrario, pasó muy justo la primera fase y fue declarado “no apto” por el tribunal en la segunda.
Sin embargo, a la hora de conformar listas, Lucas se consolidará en la lista de vacantes de Biología y Geología por el simple hecho de haber tenido una media universitaria que le llevó a realizar una sustitución en el curso, mientras Lucía (pese a haber demostrado mejor capacitación en las oposiciones públicas e incluso tener más méritos porque estudió una lengua extranjera) quedará en la lista de sustituciones, por detrás, esperando ser llamada.
La orden de interinos vigente, fruto de un laborioso trabajo de consenso y equilibrios, establece tres vías de acceso a las listas en la Educación Pública de Cantabria (la privada-concertada sigue otros designios arbitrarios): 1) las oposiciones, bajo los principios de igualdad-mérito-capacidad; 2) convocatorias extraordinarias autonómicas, que bareman también todos los méritos; y 3) ofrecimientos, “en el caso de que, realizada una convocatoria extraordinaria se mantuviera la carencia de aspirantes”.
Sin embargo, las insuficientes plazas de oposición pública que permite la tasa de reposición que fijó Montoro, unida a la falta de planificación y el déficit de personal que arrastra la Consejería, han provocado un uso y abuso irregular de la última vía, que agiliza los trámites administrativos: en los últimos cuatro cursos, se han conformado un total de 110 bolsas por la vía de los ofrecimientos, que no respetan los principios de igualdad-mérito-capacidad, carecen de plazos de reclamación para subsanar posibles irregularidades y siguen un criterio con un fuerte sesgo social.
En estos meses, la Dirección General de Personal Docente de la Consejería que preside con mano de hierro Marina Lombó ha tratado de modificar este fraude de ley... consolidando los ofrecimientos como vía de acceso a las listas en nombre de la “agilidad y eficacia”. Hay que explicar a la sociedad que este cambio puede ser más “ágil” (lo sería más aún por sorteo aleatorio, ya puestos...), pero nada tendría de “eficaz”, si entendemos con ello seleccionar a las y los docentes mejor preparadas/os.
Nos jugamos mucho en esta modificación de la orden del personal interino, si queremos seleccionar al mejor profesorado de la forma más justa. Elegir de manera idónea a los futuros docentes es fundamental para la calidad del sistema educativo cántabro.
Por ello, la mayor parte de la Junta de Personal Docente defendemos que el profesorado acceda a listas mediante pruebas bajo los principios de igualdad-mérito-capacidad, pues el método de ofrecimientos permite que alguien pueda entrar a cubrir vacantes para cursos completos sin que el sistema público les haya evaluado... ¡desde que hicieran la EBAU!
Comprendiendo que la Administración se dote de un método ágil para cubrir sustituciones cuando las listas se agoten, puede ser aceptable que se sigan convocando excepcionalmente ofrecimientos... pero nunca que su posición en las listas se consolide por delante de quienes obtengan las mejores calificaciones en las pruebas públicas de oposición.
Lucas es un joven valenciano. Cursó el Grado de Veterinaria en la universidad privada CEU Cardenal Herrera. La misma edad e inquietud tenía la masoniega Lucía, que tuvo que abandonar Cantabria dirección Zaragoza para poder estudiar presencialmente lo que le gustaba, en una universidad pública que, no sin dificultades, podía permitirse su familia.
Para adelantar y complementar la beca, Lucía estuvo trabajando fines de semana y veranos en la hostelería. Lucas vivía en casa de sus padres, tuvo un contexto con muchas más facilidades. Además, podía permitirse repartir las asignaturas, dejando algunas para septiembre o el curso siguiente, obteniendo así una mejor calificación. Cuando acabaron la carrera, a su vez se apuntaron al máster de profesorado que les capacitaba para ser docentes de Secundaria.