Cantabria Opinión y blogs

Sobre este blog

La portada de mañana
Acceder
Gobierno y PP reducen a un acuerdo mínimo en vivienda la Conferencia de Presidentes
Incertidumbre en los Altos del Golán mientras las tropas israelíes se adentran en Siria
Opinión - ¡Con los jueces hemos topado! Por Esther Palomera

La monda lironda

Aquí lo mismo te encuentras a un cura bendiciendo un juzgado, donde está la causa de la mujer de un concejal acusada de chantajear a un alcalde, que a otro edil en una fugaz y cachonda huelga de hambre. Sin olvidar el virus de la plataformitis que ataca a otro -y no menos importante- representante del pueblo.

Son historias un tanto peregrinas que te sacan del sopor habitual. Te hacen levantar la cabeza -quizá- excesivamente agachada por tanta lluvia.

Estas cosas no pasan en cualquier sitio. Igual es porque llueve mucho y somos pocos. Son historias como de andar por casa y suceden aquí donde vivimos un puñado de vecinos, entre Asturias y País Vasco, acostumbrados a que nos ignoren los del tiempo, entre otros.

¿Quién dice que esta región es aburrida? ¿Cómo nos atrevemos a cacarear que aquí no pasa nada divertido? Bueno, más que divertido, entretenido.

Cantabria, donde se brinda con leche y se decapitan ciervos, puede resultar muy amena y llegar a ser la monda si pensamos que siempre acaba saliendo el sol.

Y eso sin tener en cuenta lo que pasa en el Racing, que es tan insoportable e incomprensible como un serial ovnis. En lo económico, en lo deportivo y en todo. Hace mucho tiempo que el negocio pudrió los sentimientos por un equipo de fútbol, para quien los tenga o los haya tenido.

Eso sí, hay que valorar mucho los conocimientos de medicina de los compañeros de deportes, que ni sé cuántos tipos de esguince saben describir.

La lucha por la asistencia sanitaria en Cruces para los castreños llevó a un concejal a ponerse en huelga de hambre.

Las apuestas no estaban nada a favor de la resistencia del edil que decidió dejar de alimentarse, y hay quien dice que aguantó lo que le duró la Fanta. La ternura que inspiraba, metidito en un saco de dormir rodeado de refrescos en ese encierro de tres días, supongo que es proporcional a la cercanía de las elecciones.

En los juzgados de Santoña, bendecidos por un sacerdote, igual se imparte justicia divina. Todavía hay quien no se ha enterado: la confesión es algo privado.

Allí está la causa de la señora de un concejal, acusada de pedir dinero al alcalde a cambio de no revelar alguna información que le perjudicaba. Lo que viene a ser un chantaje, vamos. Ya veremos si le aplican el Código Penal o la Biblia.

Al alcalde de la smartciudad el viento le dobla el palo de la superbandera y, ahora que se acaba la gripe, le ataca el virus de la plataformitis. Ése, y la viejuna o la polilla o el abandono de los edificios públicos. ¿Cómo se atreven las casas a deteriorarse en la era de las infografías? ¡Que alguien haga algo, por favor! Que un concejal escriba una carta a alguien.

Si todavía hay alguien leyendo esto y se pregunta por qué el alcalde y los concejales no llevan nombre debe saber que esta es una columna solidaria. Sí, solidaria con mi gremio. Es el estilo de la Asociación de la Prensa que hace un comunicado en defensa de una periodista sin mencionar a sus protagonistas. Sucedió hace semanas. Tambien tardó la nota. Alguien ha matado a alguien, me dicen que ése es el estilo.

Aquí lo mismo te encuentras a un cura bendiciendo un juzgado, donde está la causa de la mujer de un concejal acusada de chantajear a un alcalde, que a otro edil en una fugaz y cachonda huelga de hambre. Sin olvidar el virus de la plataformitis que ataca a otro -y no menos importante- representante del pueblo.

Son historias un tanto peregrinas que te sacan del sopor habitual. Te hacen levantar la cabeza -quizá- excesivamente agachada por tanta lluvia.