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Miguel Ángel Revilla regresa a Comillas como el Clay de Bret Easton Ellis a Los Ángeles. Colinas, playas, atardeceres dorados, Sunset Boulevard, arroz con bogavante, fiestas en Mulholland Drive, Colegios del Mundo y Tears for Fears. “Desaparezca aquí”, leía Clay en una valla publicitaria; “desaparezca de aquí”, susurra William White al oído del presidente. Revilla es un fan histórico de la localidad, aunque su visita más recordada se remonta al año 2011. Entonces, el presidente de las izquierdas, las derechas y el Viña Albina, junto a un consejo de sabios formado por Francisco Javier López Marcano, Francisco Pernía, María Teresa Noceda, Ignacio Gavira y Ahsan Ali Syed, organizó un personalísimo y particular Davos alrededor del Proyecto de la Fundación Comillas de la enseñanza.

“Es fantástico; estoy impresionado”, decía Ali a los medios de comunicación. “Sabía que le iba a gustar, porque es un hombre con sensibilidad”, matizaba el eterno líder regionalista, para quien el futuro se ha hecho carne. Con el Tonino cerrado, ZP preguntándole al espejo de Carmen Chacón “¿quién es más atractivo, Carme? ¿Pedro o yo?” y Marcano explicando los idus de marzo a sus privilegiados alumnos, el presidente ha decidido que Gregory Kaplan se merece una institución tan influyente como sus investigaciones. El Ebro nace en Fontibre y el castellano en Valderredible, aunque se reproducirá en Comillas para, Ascan mediante, morir en el Parlamento de Cantabria.

Asegura Revilla que ha trazado un plan tan estratégico para retomar su sueño que no se hará público hasta dentro de tres o cuatro meses, quizás por el fundado temor de que pueda ser plagiado por Brown, Princeton o la Universidad Europea del Atlántico. Debería Miguel Ángel seguir el ejemplo de su examigo Íñigo de la Serna, quien en una semana ha logrado que Ciudadanos (ojalá Inés Arrimadas y Gema Palazuelos en un bipartito) se abstenga en una moción que ellos mismos habían apoyado en el pleno municipal, ha cambiado la imagen de la ciudad y ha imaginado en su privilegiada mente el Metro TUS, proyecto que circulará entre Valdecilla y El Sardinero para aliviar ese eje santanderino que cuenta con un tráfico similar al de YouPorn. Íñigo es un estadista; un estadista de la Marvel. Punto.

Comillas y Metro TUS. La política cántabra es tan recurrente como Juanjo Sota, Miquel Soler del socialismo cántabro, aunque no tan divertida como una feria en lo que antaño fue el Parque de Alceda, hoy cementerio de tirolinas y aventuras de a peseta. Hasta allí se desplazó Ignacio Diego para disfrutar de algunas de las mejores ganaderías de la comunidad autónoma. Sus jeans y la camisa blanca remangada hasta los antebrazos, algo así como las gafas oscuras y el flequillo de Anna Wintour, le hacían parecer, contra pronóstico, un político en activo. En Alceda hemos vuelto a atisbar su sonrisa, protegida por militantes y simpatizantes, ante la atenta mirada de José Manuel Martínez Penagos, alcalde de Corvera de Toranzo quien, quizás por la cercanía de Halloween, decidió disfrazarse de ganadero.

“Desaparezca aquí”. Se dice poco.

Miguel Ángel Revilla regresa a Comillas como el Clay de Bret Easton Ellis a Los Ángeles. Colinas, playas, atardeceres dorados, Sunset Boulevard, arroz con bogavante, fiestas en Mulholland Drive, Colegios del Mundo y Tears for Fears. “Desaparezca aquí”, leía Clay en una valla publicitaria; “desaparezca de aquí”, susurra William White al oído del presidente. Revilla es un fan histórico de la localidad, aunque su visita más recordada se remonta al año 2011. Entonces, el presidente de las izquierdas, las derechas y el Viña Albina, junto a un consejo de sabios formado por Francisco Javier López Marcano, Francisco Pernía, María Teresa Noceda, Ignacio Gavira y Ahsan Ali Syed, organizó un personalísimo y particular Davos alrededor del Proyecto de la Fundación Comillas de la enseñanza.

“Es fantástico; estoy impresionado”, decía Ali a los medios de comunicación. “Sabía que le iba a gustar, porque es un hombre con sensibilidad”, matizaba el eterno líder regionalista, para quien el futuro se ha hecho carne. Con el Tonino cerrado, ZP preguntándole al espejo de Carmen Chacón “¿quién es más atractivo, Carme? ¿Pedro o yo?” y Marcano explicando los idus de marzo a sus privilegiados alumnos, el presidente ha decidido que Gregory Kaplan se merece una institución tan influyente como sus investigaciones. El Ebro nace en Fontibre y el castellano en Valderredible, aunque se reproducirá en Comillas para, Ascan mediante, morir en el Parlamento de Cantabria.