Reclaman a Inspección de Trabajo que intervenga para que todos los trabajadores de FEVE estén protegidos contra el amianto

El sindicato CGT está dispuesto a recurrir a los tribunales si Renfe no incluye a todos los trabajadores de los dos talleres de FEVE en Santander en los protocolos de protección contra el amianto, ante la negativa de la empresa de dar cobertura a dos técnicos.

Según han informado Javier Lara, delegado de Prevención, y Sergio Tamayo, delegado sindical, ambos de CGT, como paso previo se recurrirá a la Inspección de Trabajo para que requiera, como ya ha realizado anteriormente, a que el medio centenar de trabajadores que ejecutan labores de mantenimiento, puntuales e integrales, de los trenes de FEVE tengan el seguimiento médico que controle el potencial efecto del amianto en sus organismos, un seguimiento que tendría continuidad más allá de la jubilación.

El Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC), en una reciente sentencia, sentó un precedente importante a la hora de atribuir como enfermedad profesional a aquellos expuestos al amianto en su centro de trabajo. La sentencia fue a resultas de la denuncia de la familia de un técnico de mantenimiento de los talleres de FEVE en Santander fallecido. El fallo no solo sentó un precedente en la relación de causa-efecto, sino que además tiene importantes consecuencias en términos de prestaciones de viudedad y otras contingencias.

Con este precedente, la sección sindical de CGT recuerda que ya ha tenido que pedir la intervención de la Inspección dos veces: la primera para que se analizara la composición de los aislantes cerámicos de determinados componentes de las unidades 3800 (aisladores); y la segunda, una vez comprobado que estaban compuestos de amianto, para demandar medidas de retirada del material y la inclusión de toda la plantilla de los dos talleres en los protocolos de protección. La petición abarca también a las nuevas incorporaciones de trabajadores.

Hay dos tipos de mantenimiento que se hacen a las vetustas unidades de FEVE, que datan de los años 80: una puntual y otra a largo plazo que es integral y que supone del desmontaje íntegro de la unidad y que suele reportar la aparición de componentes cancerígenos, pero no se puede descartar sorpresas en otras actuaciones.

El protocolo establece, al detectarse el amianto, la paralización de los trabajos y su retirada por una empresa especializada, pero los trenes siguen circulando (sirven en la línea de Cabezón de la Sal) y no serán sustituidos hasta que entren en servicio las nuevas unidades que empezarán a fabricarse a final de año.

Javier Lara y Sergio Tamayo aseguran a elDiario.es Cantabria que el amianto que se detecta se encuentra ya en avanzado estado de deterioro, lo que supone un riesgo importante ya que son las fibras desprendidas las que se transmiten por el aire y pueden ser inhaladas. Los trabajadores de mantenimiento usan equipos de faena convencionales, sin ningún tipo de protección añadida.

La lucha para acabar con el amianto en los talleres de FEVE tiene su última etapa en 2021, cuando el delegado de Prevención de CGT pidió el análisis de materiales en proceso de descomposición, lo que dio como resultado la presencia de amianto. Desde entonces, los trabajadores están sometidos a los protocolos de vigilancia, pero no todos. Recursos Humanos, aseguran, se ha enrocado en mantener al margen a dos técnicos por considerar que su trabajo está en las oficinas, cuando realmente están o visitan a menudo la zona de trabajo.

En febrero de 2022, la Inspección de Trabajo tuvo conocimiento de la situación pero no fue hasta una segunda denuncia en noviembre de ese año en que dictaminó que todos los trabajadores estaban expuestos. La empresa, por contra, hizo las excepciones antes mencionadas, lo que va a llevar a una tercera denuncia y, posiblemente, a la judicialización del problema.

“La negativa nos produce una sensación de impotencia e incredulidad. Se trata de una razón económica porque son medidas [de control médico] para toda la vida. Aunque se jubile uno, te tienen que controlar toda la vida. La empresa está preocupada mucho más por los reconocimientos que por el amianto”, expone Sergio Tamayo.

Renfe ha comenzado la retirada de los aisladores y ha empezado a hacerlo en Asturias. En Cantabria está por llegar, según informan los sindicalistas. “Pedimos que se refuercen los protocolos de actuación. Nosotros estamos dispuestos a llegar hasta el final porque queremos seguridad ante el amianto”, concluyen.

La compañía de ferrocarriles, consultada al efecto por elDiario.es Cantabria, no se ha pronunciado.

Informe

Un informe del Instituto Cántabro de Salud da cuenta de que Renfe y FEVE en Cantabria fueron objeto de “múltiples actuaciones desde el año 1987” por parte de este organismo de prevención y control, el cual constató que “durante décadas en muchas aplicaciones en el sector ferroviario” se venía empleando amianto, concretamente en el sistema de frenado de los trenes, como aislante en techos y paredes de vagones (interior), como material anticorrosivo, fibrocemento, y fibras textiles, entre otros usos.

La Delegación Norte de la compañía ya comunicó en el pasado que “por parte de talleres, en cuanto se detecta o se sospecha de la existencia de amianto en alguna pieza, se notifica a Recursos Humanos y prevención de riesgos; a la vez se contrata el servicio a una empresa especializada para proceder con el desamiantado”.

“Renfe no realiza actividades u operaciones incluidas en el ámbito de aplicación del RD 396/2006 por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud aplicables a los trabajos con riesgo de exposición a amianto. No obstante lo anterior, y debido a la antigüedad de algunos de los vehículos ferroviarios, se pueden producir hallazgos ocasionales de piezas con material de amianto”, ha asegurado la compañía.