Seis cántabras dan testimonio de su sacrificio y su ejemplo en 'Mujeres en el Deporte': “Al final hemos acabado llenando pabellones”
El Palacio de Festivales acogió una jornada en la que Ruth Beitia, Laura Nicholls, Iris Cagigas, Sara Fernández, Marian Herrería y Sonia Martínez relataron sus trayectorias deportivas y vitales
Seis deportistas, seis mujeres, seis maneras de vivir o haber vivido el deporte, desde las que han conocido la popularidad mediática hasta las que siguen peleando, en sentido literal en algunos casos, por dar sentido a su pasión y competir y ganar. Pero todas ellas con un nexo en común: son excelentes en sus respectivas disciplinas. Y también trabajando por dar visibilidad a la presencia de la mujer, pasando de lo residual a una presencia cada vez más igualitaria: “Al final hemos acabado llenando pabellones”, aseguró Laura Nicholls, retirada de la cancha de baloncesto.
Laura Nicholls, baloncestista y medallista olímpica, y la atleta Ruth Beitia, oro en las Olimpíadas de Río y bronce en las de Londres, son dos leyendas en el deporte femenino de este país. Pero su ejemplo es también el de la jugadora de bolos Iris Cagigas, el de la copiloto de rallyes Sara Fernández, el de la púgil Marian Herrería, 'La Vikinga', y el de la jugadora de bádminton Sonia Martínez, todas apuntando a lo alto de podio, representantes de varias generaciones que se dieron cita este martes en la sala María Blanchard del Palacio de Festivales para exponer sus vivencias en las jornadas 'Mujeres en el Deporte', organizadas por elDiario.es Cantabria.
El acto estuvo moderado por la periodista Ainhoa Díez y fue inaugurado por el vicepresidente y consejero de Universidades, Igualdad, Cultura y Deporte de Cantabria, Pablo Zuloaga. Asimismo, entre los asistentes se encontraban la alcaldesa de Camargo, Esther Bolado, y los directores de Deportes e Igualdad, Mario Iglesias y Consuelo Gutiérrez, respectivamente.
Las deportistas reunidas por elDiario.es repasaron los principales hitos de su carrera y relataron sus experiencias en primera persona, reflejando ante el público asistente sus historias de superación, sus logros o su compromiso social vinculado al deporte, además de debatir sobre diferentes aspectos relacionados con el papel de la mujer en el mundo del deporte profesional y los avances que se han producido en los últimos años en este terreno.
“Cuando empecé con 14 años era una bala perdida, a los 18 un poco prepotente al ser profesional, y al ganar medallas me convertí en una egocentrista gilipollas, pero ahora el deporte me ha dejado la humildad y la humanidad. El deportista gana medallas si respeta al rival y no se cree mejor que nadie, si ve a todo el mundo igual y eso no lo hubiese conseguido si no hubiera sido deportista”, confesó ante el público y entre risas Laura Nicholls.
Ruth Beitia, la deportista con mejor palmarés de la historia de España, ha empezado a disfrutar de su vida privada, sin dar por ello como baldío todo el sacrificio que conllevó estar en la élite en un deporte que, desde su punto de vista, no peca por marginar excesivamente a la mujer: “El atletismo ha sido el deporte más igualitario e inclusivo que pueda haber y no he sentido ninguna discriminación por ser mujer. Hay que hacer un justo homenaje a las pioneras del siglo pasado que allanaron el camino para que una persona como yo se sintiera como deportista, fuera mujer u hombre”, señaló la saltadora de altura.
Echando la vista atrás, Beitia no se arrepiente de nada: “No cambiaría una coma de mi vida. Todas las decepciones han sido pequeñas derrotas que me han hecho mejorar y continuar adelante. De todo el camino te quedas con esos aprendizajes. Yo soy lo que soy gracias al deporte. No hubiese cambiado nada y volvería a ser deportista”.
En cuanto a la retirada, considera que “hay que prepararla. Y la preparé dos veces. Hubo un momento en que no encontré respuestas a mis preguntas, pero luego... todo es maravilloso. Todos los sacrificios se recuperan y canalizas muy bien quién ha estado y quién no”.
Nicholls: “Fue muy duro”
Retrospectivamente, no lo tiene tan claro Laura Nicholls. “Si volviera a nacer no sé si volvería a hacerlo. Fue muy duro”, aseguró. “Después de salir de casa, dejaba a Laura y salía Nicholls. He renunciado a todo porque cuando quieres llegar a lo más alto tienes que romper todo lo demás, es un esfuerzo continuo, tienes que renunciar a todo y solo puedes llevar tus zapatillas en la mochila”.
Lo que no impide una satisfacción personal íntima, máxime cuando quien se empeña en ser deportista lo hace en contra de la opinión familiar y pese a los sinsabores que le puedan reportar las derrotas. Este fue el caso de la boxeadora Marian Herrería, 'La Vikinga', quien finalmente se ha visto aceptada como púgil por su círculo íntimo. Ella, quien pasó de bailar en una academia a debutar como boxeadora cuatro meses después de empezar a entrenar, piensa en la retirada, sabedora de que cuando ocurra será feliz.
“He dejado familia, he dejado amigos. Levantarme, ir al gimnasio, volver a casa. Podía ahora haber ganado el primer Campeonato de España pero me partieron el corazón. Me sentí ganadora, campeona de España, pero el árbitro no me levantó la mano, fue un shock y cuando bajé del ring me pregunté si compensaba o no. Hay un trabajo psicológico y me tengo que reponer”, admitió.
“Hubiese sido multimillonaria”
Ganar, perder y retirarse. Quien también sabe de eso es Sonia Díaz, copiloto de automovilismo. Para ella, la retirada es un momento preocupante. “He sacrificado mucho pero para mí el automovilismo es como una terapia. Yo necesito las carreras, no veo mi vida fuera. No sé cómo lo llevaré cuando deje de competir y tengo miedo porque sé que me afectará. He sacrificado muchas cosas. No he tenido una adolescencia normal y me da miedo el momento en que me pregunte qué hago ahora con mi vida”.
Lo que no se ha sentido es discriminada. Tal vez porque en el automovilismo “competimos en igualdad, es mixto. Es un deporte más mental, de valentía, de habilidad. Llevo 18 años en competición y antes se veían pocas mujeres y veo ahora que en el karting, que es la base, hay cada vez más chicas”, explicó la copiloto. Tal vez el mayor hándicap para que una mujer compita está en el ámbito familiar: “También tienen que apoyar las familias porque muchas niñas se ven condicionadas por su familia, que tienen miedo de que les pueda pasar algo”.
Quien bien sabe lo que es competir en un mundo eminentemente masculino es Iris Cagigas, jugadora de bolos. Ella también conoce el sacrificio diario de “dedicar muchas horas” a su pasión y cómo “no puede hacer otras cosas, explicar a los amigos que tienes otras metas. Si no lo comprenden, te ves sola”.
Una vez consolidada ya en su mundo, Cagigas sabe que, después de la retirada, seguirá vinculada de un modo u otro al mundo de los bolos; de hecho, se ve jugando con “cincuenta y pico años” y “seguiré vinculada a una peña o enseñando a las niñas cuando me retire”.
El deporte de Sonia Martínez es el bádminton, y su pasión también, hasta el punto de que con 14 años tuvo que trasladarse a vivir a Madrid para poder dar el máximo en su formación deportiva. Ello, en una adolescente, dejó una marca, que ella asume sin más.
“Empecé una vida nueva en Madrid con 14 años. Es difícil, entrenar y no poder quedar nunca. De ello no me arrepiento”. Y del mismo modo que dice eso, también afirma que cuando se retire “será porque no disfrute del bádminton”. “Nunca he tenido mucha vida social, pero en la gente del deporte he encontrado una segunda familia”, valoró.
Y el dinero, siempre el dinero por lo general, aunque el martes estuvo ausente de la conversación de las mujeres deportistas. Ausente, excepto cuando con ironía salía a relucir para poner de relieve la brecha salarial que persiste entre el deporte masculino y el femenino. “Hubiese sido multimillonaria si fuera un chico”, comentó entre risas Laura Nicholls.
Apoyo institucional
“La historia que dais forma rompe la brecha que había en la sociedad y que gracias a mujeres como vosotras están empezando a cambiar. Es cierto que en los años de una generación como la mía hemos vivido una sociedad que decía lo que era de chicos y lo que era de chicas. En la sociedad actual que tenemos, los niños y niñas, nuestros hijos, nos corrigen”. Así se pronunció el vicepresidente y consejero de Deportes, Pablo Zuloaga, durante la inauguración oficial de la jornada.
“Si hablamos de igualdad podemos fijarnos en cualquier materia y también en el deporte, un espacio en donde las grandes de la historia en femenino no podían desarrollar actividades junto a los hombres. Su grandes triunfos son celebrados, pero todavía no son defendidos como debieran en algunos medios de comunicación”, admitió el vicepresidente durante su discurso.
'Mujeres en el Deporte'
El acto ha estado organizado por elDiario.es Cantabria, que el pasado mes de noviembre lanzó la sección 'Mujeres en el Deporte'. Este espacio busca dar visibilidad al papel de la mujer en el deporte, a través de entrevistas y reportajes que se publican con una periodicidad semanal y con el objetivo de contribuir a lograr la igualdad en este ámbito.
Tanto la sección 'Mujeres en el Deporte' como el evento en la Sala María Blanchard del Palacio de Festivales han contado con el apoyo de la Vicepresidencia del Gobierno de Cantabria a través de la Dirección General de Deporte y de la Sociedad Regional de Cultura y Deporte (SRCD).
Seis mujeres, seis deportes
Laura Nicholls (Santander, 1989), una jugadora que ha formado parte como capitana de la mejor generación de baloncesto femenino en la Selección Española, con la que jugó durante más de una década, participando en dos Juegos Olímpicos y alcanzando el segundo puesto en el podio durante la competición de Río de Janeiro en 2016, además de proclamarse campeona de Europa en tres ocasiones y cosechar varias medallas en el Campeonato del Mundo, entre otros muchos títulos a nivel individual y de equipo.
Ruth Beitia (Santander, 1979). Se trata de la mejor atleta española de todos los tiempos, con un palmarés que la ha convertido en toda una leyenda dentro del deporte en el país. La saltadora de altura consiguió a lo largo de su carrera la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016 y la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Londres en 2012. También ha sido campeona de Europa en cuatro ocasiones -tres veces al aire libre y una en pista cubierta- y obtuvo cuatro medallas en el Campeonato Mundial de Atletismo, además de proclamarse campeona de España en una docena de ocasiones.
Iris Cagigas (Cubas, 1997) lleva toda la vida ligada a los bolos, el deporte autóctono de Cantabria, abriéndose paso en una categoría femenina competitiva en la que la falta de participantes se compensa con su gran calidad. Con una gran trayectoria tanto de forma individual como en equipo, actualmente juega en la Peña de Torrelavega, y atesora en su palmarés con cuatro títulos de Liga, seis Copas de Cantabria y más de medio centenar de concursos ganados hasta la fecha.
Sara Fernández (Santander, 1986) hizo historia en el mundo del automovilismo en el año 2021, cuando se convirtió en la primera mujer en alzarse con el Campeonato de Europa de Copilotos y actualmente afronta la tarea de capitanear la Selección Española de Automovilismo. En estos años, compartiendo vehículo y retos deportivos con el piloto Efrén Llarena, ha recibido galardones como el Trofeo María de Villota a la Superación y sigue destacando día a día en una disciplina competitiva donde se ha hecho un hueco indiscutible.
Marian Herrería (Santander, 1993), conocida deportivamente como 'La Vikinga', se ha convertido en la primera boxeadora profesional de Cantabria en tan solo cinco años y, entre sus méritos, también se incluye haber sido campeona de Cantabria los últimos cuatro años o las tres medallas de bronce en los Campeonatos de España de 2018, 2020 y 2021.
Sonia Martínez (Santander, 2003) es una jugadora que lleva desde los 14 años apostando por el bádminton a nivel profesional y ahora ocupa el sexto puesto en el ranking absoluto de España en la categoría individual femenina, después de desplazarse a Madrid para continuar su progresión, tras dar su primeros pasos en esta disciplina en la Escuela Deportiva Municipal de Torrelavega y en el equipo de Bádminton Olimpia, donde se formó.