Faltan solo unos días para que se cumplan 30 años de una de las mayores movilizaciones populares que tuvieron lugar en Cantabria. El contexto histórico, en plena reconversión industrial, y el caldo de cultivo existente en una comarca como Campoo, azotada por una crisis que parecía no tener fin, desembocaron en unas protestas masivas y en una represión policial como no se había visto desde la dictadura, que sacaron a la calle a todo un pueblo y que se grabaron a fuego en la memoria de los cántabros.
La Primera del 87 tuvo consecuencias inmediatas. La primera fue irreversible: el fallecimiento de un obrero campurriano, Gonzalo Ruiz, que fue víctima de un conflicto en el que la Guardia Civil tomó militarmente y por la fuerza una ciudad como Reinosa, donde se produjeron decenas de detenciones, agresiones, destrozos, heridos y que cambió para siempre la mentalidad de los campurrianos.
Con ese legado como referente, el colectivo Cantabria No Se Vende (CNSV) se ha propuesto conmemorar el 30 aniversario de aquellos acontecimientos con actos en distintas localidades de la comunidad autónoma para reivindicar la defensa de los puestos de trabajo en Campoo y el conjunto de Cantabria, tanto en aquella primavera de 1987 como en el presente.
Según recuerda esta organización, a comienzos de 1987, Reinosa vivía un enorme clima de tensión social y laboral a causa de las carencias de servicios públicos y del declive constante de sus industrias. Los datos son más que significativos: Se habían perdido 2.000 puestos de trabajo en dos años a causa de la reconversión industrial. A principios de marzo, Cenemesa presentó un expediente de rescisión de 178 contratos, mientras Forjas y Aceros aprobó un expediente “de excedentes” que afectaba a 463 trabajadores.
La sangría de empleos parecía no tener fin. Y en ese contexto se hizo público solo unos días después que el hasta entonces presidente de Forjas, Enrique Antolín, dejaba su puesto para ocupar el cargo de consejero de Obras Públicas en el Gobierno Vasco. Cuando llegó a la fábrica de Reinosa a recoger sus pertenencias, fue retenido por los trabajadores para forzar una negociación.
Esa fue la espita que desencadenó el conflicto posterior. Tras su liberación por la Guardia Civil y el posterior desarme y expulsión de los miembros de la Benemérita por parte de los obreros, el Gobierno de Felipe González, con José Barrionuevo como ministro del Interior y con Luis Roldán como máximo responsable del instituto armado, tomó represalias: “Respondió a las demandas sociales con cada vez mayores contingentes de guardias civiles, tanquetas y helicópteros”, recuerdan desde CNSV.
Los días se sucedieron con enfrentamientos continuos, que culminaron el Jueves Santo con cargas de la Guardia Civil sobre la población y un saldo de más de 60 detenciones, casi 100 heridos y, días después, un muerto, Gonzalo Ruiz, a quien ahora se recuerda en un homenaje en el que participará la familia.
“Aquella experiencia muestra que la concienciación, organización y lucha son el único camino para defender los puestos de trabajo y el futuro de Cantabria, a la vez que evidencia hasta dónde pueden llegar los poderosos para imponer sus intereses económicos a todo un pueblo”, resalta el colectivo en un comunicado en el que recuerda los hechos.
Homenaje y lucha obrera
En concreto, las jornadas '1987-2017: Campoo por su futuro. La lucha continúa' comenzarán en Silió este sábado, 11 de febrero, y continuarán en Torrelavega el día 22 de febrero y en Santander el 2 de marzo, para culminar en Reinosa el 11 de marzo, con el objetivo de conmemorar aquellos sucesos y mantener vivo su recuerdo entre la juventud de toda la comunidad autónoma.
El programa arranca este fin de semana a las 18.30 horas en las antiguas escuelas de Silió con la proyección de un documental sobre la primavera del 87 en Reinosa, que continuará con una mesa redonda sobre experiencias del movimiento obrero en Iguña y el Valle de Buelna. Como cierre se ha organizado un festival que servirá de presentación al Jabalí Rock y que contará con los grupos locales Psicosistema, Greska y Balance de Daños.
El documental volverá a proyectarse el 22 de febrero en la Casa de Cultura de Torrelavega a las 19.30 horas, para dar entrada a una charla sobre 'La lucha obrera en contextos de reconversión industrial', que contará con la participación de los sindicatos asamblearios y de clase de Cantabria (Intersindical Cántabra) y Asturias (Corriente Sindical de Izquierdas, CSI).
De nuevo el 2 de marzo, a las 19.30 horas, en la Librería La Vorágine de Santander, se podrá visionar el documental, seguido de la charla histórica de Desmemoriados', una organización que trabaja la memoria colectiva de Cantabria desde los prolegómenos de la proclamación de la II República hasta el presente.
El 11 de marzo, cuando se cumplen 30 años de la Primavera Campurriana del 87, se vivirá una jornada de conmemoración y reivindicación en Reinosa, que arrancará alrededor de las 13.30 horas con una comida popular de ollas ferroviarias en el Parque Cupido.
Posteriormente se marchará en pasacalles hasta la plaza en recuerdo al obrero fallecido Gonzalo Ruiz, cuya familia participará en el homenaje. A las 17.00 horas, en el Teatro Principal, hablarán campurrianos que vivieron la experiencia de 1987 y también campurrianos que viven el contexto actual, tratando de aprender de aquella experiencia.