La portada de mañana
Acceder
La declaración de Aldama: “el nexo” del caso Ábalos apunta más arriba aún sin pruebas
De despacho a habitaciones por 1.100 euros: los ‘coliving’ se escapan de la regulación
Opinión - ¿Misiles para qué? Por José Enrique de Ayala

Estudiantes de Uneatlántico acusan al rectorado de tratarlos como “marionetas” con la gestión del final de curso

Los estudiantes de la Universidad Europea del Atlántico (Uneatlántico) se han movilizado para mostrar su “disconformidad” con los nuevos plazos de finalización del curso establecidos por la dirección como consecuencia de la pandemia de la COVID-19. Y es que los integrantes de este colectivo acusan al rectorado de tratarlos como “marionetas” tras haber decidido unilateralmente ampliar el periodo lectivo durante el mes de junio y celebrar los exámenes de manera presencial en julio.

Sergio Martorell, delegado estudiantil de esta Universidad, explica que 12 días más tarde de que se decretara el estado de alarma recibieron un comunicado en el que se les informaba de las medidas que iba a adoptar Uneatlántico. La dirección del centro proponía cursar una sola asignatura cada 15 días lectivos de forma online e impartir de manera presencial las que quedasen durante los meses de mayo y junio, lo que implicaría trasladar los exámenes a la tercera semana de julio. 

“No veíamos lógico que el curso se alargara más de un mes, nos parecía un sinsentido examinarnos de una asignatura dos o tres meses después de haberla terminado de cursar”, sostiene Martorell en conversación con eldiario.es. Asimismo, hace hincapié en que muchos estudiantes “necesitamos los meses de verano para financiarnos parte de nuestros estudios, y de esta forma, lo que normalmente son más de dos meses de trabajo, se reduce a únicamente uno”.

Al mismo tiempo, este representante de los estudiantes pone el foco en que muchos de ellos residen fuera de Cantabria, muchos extranjeros llegados desde países latinoamericanos, lo que les supondría un grave perjuicio por tener que retornar a las clases presenciales durante el periodo establecido. “Ante la batería de quejas del alumnado, los delegados de cada grado se pusieron manos a la obra e hicieron llegar una recopilación de todas ellas al rectorado de la Universidad, proponiendo unas medidas alternativas, las cuales fueron escuchadas, pero en ningún momento atendidas”, denuncia este estudiante. 

Martorell expone que el 6 de abril recibieron el que hasta la fecha ha sido el último comunicado, en el cual, según señala, “los únicos cambios que hacen respecto al anterior son decirnos que ya no tienen claro la vuelta a las clases presenciales y que durante una semana se van a solapar dos asignaturas”. “Es decir, que si una asignatura se cursa desde el 1 de abril hasta el 30, el día 23 se empezaría una nueva”, ejemplifica. “Además, ya daban una fecha para finalizar los exámenes presenciales, el 20 de julio”, detalla.

Ante este escenario, la Delegación de Alumnos realizó una encuesta de satisfacción entre el estudiantado. “Un Google Forms, en el que solo se permitía un voto por correo electrónico y solo cuentas de dominio @uneatlantico.es, para evitar así un spam de respuestas o personas ajenas a nuestra situación”, explica Martorell. No obstante, el representante de estudiantes denuncia que “el correo de delegación fue restringido por la universidad”, impidiendo así poder difundirla.

A pesar de ello, lo hicieron a través de WhatsApp, y consiguieron 996 respuestas, casi el 50% de la universidad, de las cuales aproximadamente el 90% (870) fueron contrarias a las medidas tomadas por el rectorado. Sin embargo, tal y como pone de manifiesto este estudiante, esta autoridad académica “ignoró la encuesta y la desacreditó”.

“Además de que su respuesta llegó una semana más tarde, nos informaban de que no iba a ser tenida en cuenta, ya que no habíamos realizado la encuesta con su permiso ni de forma oficial”, explica este estudiante en un hilo en su perfil de Twitter, donde apunta que esa “forma oficial” era mediante el correo que “nos había restringido anteriormente sin previo aviso”. 

Así todo, los estudiantes, basándose en dicha encuesta, siguen reclamando que se busque “una forma de evaluación alternativa, tales como trabajos, proyectos o tareas que demuestren nuestros conocimientos y aptitudes sobre las materias”. “Esta opción facilitaría el adelantamiento del curso académico, porque así nos evaluaríamos de una asignatura justo al terminar de cursarla, y no habría que esperar más de dos meses para la realización del examen”, subraya Martorell, quien finaliza haciendo énfasis en que hasta este momento estaban “satisfechos con el funcionamiento de la universidad, recibiendo una gran docencia por parte de unos excelentes profesores y profesoras, los cuales desde un primer momento han trabajado día y noche para poder adaptar sus clases a esta situación tan excepcional”. 

“Esta queja va dirigida únicamente a la dirección de la universidad en cuanto a la gestión del tiempo y el trato a los estudiantes por parte de la administración”, sentencia.

“Oferta educativa sólida”

Este medio se ha puesto en contacto con el rectorado de la universidad para recabar su versión sobre este asunto, desde donde señalan que “se ha analizado toda la información disponible para ofrecer en cada momento una respuesta lo más precisa posible a nuestra comunidad universitaria”.

“El rector ha informado en varias ocasiones, personal y telefónicamente, a los delegados de facultad de los pasos y las decisiones que se iban a tomar. Estas decisiones han tenido siempre como objetivo ofrecer certidumbre y mantener la calidad docente en todos los estudios”, defienden desde la dirección de la universidad, señalando que son “conscientes de las implicaciones tan significativas que esta situación está causando en los alumnos, pero también quiere subrayar el impacto en la organización de la docencia y la investigación”. 

En este sentido, el rectorado subraya que “el calendario propuesto se adapta a la manera en la que desde la universidad podemos seguir manteniendo una oferta educativa sólida”, apuntando que “puede haber situaciones particulares que puedan verse afectadas”. Así pues, la universidad sostiene que “se ha realizado la adaptación asignatura por asignatura al modo no presencial” y que “el sistema desarrollado -dividiendo la formación en 5 periodos- permite ofrecer una respuesta académica homogénea y equitativa a todos los estudiantes, independientemente de su grado”.

Finalmente, la dirección de este centro de estudios superiores defiende que “en los últimos periodos docentes están colocadas las asignaturas más prácticas” para llevarlas a cabo de manera presencial si se pudiera durante el mes de junio, y que a finales de ese mes habrá “un periodo de tutorías y refuerzos presenciales para todas las asignaturas previamente activadas en modo no presencial” que servirá para preparar los exámenes de julio.