La Marcha de la Dignidad de Cantabria que se celebra el próximo 14 de marzo cederá todo el protagonismo a los trabajadores de la factoría Greyco, que afrontan su octava semana consecutiva en huelga como protesta ante los impagos y las condiciones laborales a las que se enfrentan. Será un acto simbólico y reivindicativo que pretende mostrar la solidaridad con la plantilla de la fábrica y con todos aquellos que se encuentran en situaciones similares como consecuencia de la crisis económica.
Tal y como han explicado esta mañana los organizadores, la manifestación partirá el sábado de la Plaza Mayor de Torrelavega a partir de las 11.00 horas y tiene previsto llegar a Los Corrales de Buelna a las 13.30 horas. Será en ese momento cuando se incorporen los empleados de la fundición, que marcharán hasta la Plaza del Ayuntamiento de San Felices de Buelna, donde tienen previsto concluir a partir de las 14.30 horas con los discursos de los distintos colectivos sociales convocantes.
La manifestación será un anticipo de las Marchas de la Dignidad que confluirán en Madrid el próximo 21 de marzo, tras el éxito de convocatoria que tuvo el año pasado, con cerca de un millón de personas en las calles de la capital reclamando “pan, trabajo, techo, renta básica y dignidad”. En este caso, las organizaciones que convocan la protesta afirman que España se encuentra “ante una situación límite y de emergencia social”, por lo que solicitan una respuesta “colectiva y masiva” de los ciudadanos.
Sergio Tamayo, que ha actuado como portavoz de las plataformas convocantes de la Marcha de la Dignidad de Cantabria, ha asegurado que estas protestas quieren volver a reivindicar cuestiones como la educación pública y expresar la oposición de la sociedad al paro, los desahucios y los recortes, entre otros problemas. Además, Tamayo ha insistido que “tiene que haber un cambio de modelo económico y social, donde las políticas de recortes se eliminen porque no están dando el resultado que se pretendía”.
Greyco: “Igual o peor”
Durante la presentación que ha tenido lugar en la Plaza Porticada de Santander, con presencia de un reducido grupo de trabajadores de Greyco, han explicado que la fundición ha sido durante muchos años una empresa “fructífera y competente” que ha dado trabajo a muchas personas de la comarca. De hecho, insisten en que el “declive” ha venido de la mano de la actual propietaria, Frenos Iruña, que desde 2008 “se ha dedicado a llevarse moldes, maquinaria y descapitalizar la empresa mientras utilizaba las subvenciones del Gobierno de Cantabria en beneficio propio”.
En declaraciones a la prensa, el presidente del comité de empresa, Francisco González, ha señalado que, de 2009 a 2011 Greyco recibió casi 700.000 euros de ayudas del Ejecutivo autonómico y en 2012 el equipo actual que lidera Ignacio Diego “puso a cero” la deuda de la fábrica con la Seguridad Social, lo que supone otros 479.000 euros.
Además, ha explicado que la situación de Greyco sigue “igual o peor” tras conocer la semana pasada que la empresa está en concurso de acreedores voluntario desde el 9 de febrero, una información adelantada por eldiario.es Cantabria. “No sabíamos nada ninguno, ni los trabajadores, ni el Gobierno, nadie”, ha asegurado González, que ha insistido en que en el Organismo de Resolución Extrajudicial de Conflictos Laborales (Orecla) se quedaron “sorprendidos porque tampoco sabían nada”.
De este modo, el líder sindical ha acusado a los responsables navarros de actuar “como desde el principio, engañándonos a todos”, empezando por Sodercan, propietaria de la empresa hasta que llegó Frenos Iruña, proponiendo planes de inversiones que no se han llevado nunca a cabo.
Como ejemplo, se ha referido a los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) por causas económicas que ha cuestionado incluso la Inspección de Trabajo, afirmando que esas pérdidas se deben a la hipoteca de 1,5 millones de euros sobre la nave y los terrenos, cuya existencia desconocían los trabajadores hasta este año. “Esa hipoteca la estamos pagado los trabajadores: nos meten ciento y pico mil euros todos los años de la deuda y por eso todos los años hay pérdidas”, ha sentenciado.
En la primera toma de contacto con los administradores concursales se ofreció la posibilidad a los trabajadores de volver a sus puestos pero éstos “por unanimidad” decidieron en asamblea que o se les paga lo que se les debe y se invierte en la empresa o no volverán “porque es un riesgo de trabajo y no vamos a trabajar por nada”.