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La Guardia Civil está “desbordada” y pide aumentar la plantilla o cambiar el despliegue territorial

Debido a los recortes en plantilla, a que no se cubren las vacantes de la gente que marcha a la calle, por jubilaciones y por causas variadas, la Guardia Civil “se encuentra desbordada y no puede atender debidamente las tareas que tiene encomendadas, con un claro perjudicado que son los ciudadanos”, según Alberto Alegría, secretario general de la delegación de Cantabria de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC).

Ante estas carencias, la AUGC propone dos vías de actuación: la primera sería aumentar la oferta de las vacantes para ampliar las plantillas y la segunda consistiría en cambiar el despliegue territorial de la Guardia Civil “que hace tiempo que está obsoleto y que es altamente ineficaz”.

Según la denuncia de esta organización, otra de las consecuencias de este déficit en la plantilla es “el aumento del riesgo personal que sufren los agentes” de la Guardia Civil. La semana pasada, en la madrugada del miércoles al jueves, hubo varios altercados en Suances, donde cada verano se registra una alta afluencia de gente, y uno de estos altercados tuvo como consecuencia que uno de los guardias que intervinieron “acabase rodando por el suelo con una persona que intentó agredir a un policía local”. Ese guardia civil a día de hoy tiene el codo “destrozado” y con posibilidades de no recuperar la movilidad.

“Esta situación se da a lo largo del año, pero es aún más acusada en los meses de julio y agosto porque la plantilla también tiene derecho a vacaciones”, ha recalcado Alegría durante una rueda de prensa celebrada en la sede del sindicato Comisiones Obreras.

Tal y como ha explicado, muchas noches en verano hay una sola patrulla para cubrir “un área geográfica enorme”, y eso tiene una consecuencia directa: la efectividad se reduce de una manera muy considerable y lo primero que se resiente es el tiempo de reacción.

La misma situación que en seguridad ciudadana se produce en tráfico, donde en numerosas ocasiones hay una patrulla de motoristas para cubrir la demarcación de media Cantabria. “Y con suerte hay dos patrullas de atestados para toda la comunidad”, ha recalcado.

A la escasez de personal y las vacantes que no se cubren, se une una práctica “común y extendida” por la Guardia Civil que son las comisiones de servicio que a juicio de la AUGC se convierten en “totalmente irregulares porque acaban prolongándose muchos años”. Además, según Alberto Alegría, en todas estas comisiones se escoge personal perteneciente a seguridad ciudadana: “Se le saca de la calle y se le lleva a una oficina donde hace trabajo burocrático que normalmente corresponde al personal de mando intermedio”.

La asociación asegura haber denunciado esta práctica repetidamente, tanto a la Inspección de Personal y Servicios de Seguridad, como al anterior coronel jefe de la zona “sin obtener resultado”.

Desde la AUGC afirman no tener un acceso claro a los datos de plantillas, pero sí contar con información de las distintas unidades. “Creemos que haciendo un cálculo bastante conservador y realista, podríamos cifrar que en cuanto a agentes, Cantabria necesitaría no menos de 80 o 100 efectivos”, ha asegurado Alegría, con el objetivo de alcanzar los 1.200 agentes.

Para tráfico, esta cifra rondaría los 20 efectivos, unos 270 agentes en total, que deberían venir a Cantabria “para que la plantilla estuviese en condiciones de prestar el servicio que se merece el ciudadano”.

Para la AUGC, este déficit de plantilla responde totalmente a decisiones políticas y la última palabra “viene de Madrid, de la Dirección General y de quien la gestiona, no queremos dar la sensación de que los mandos de Cantabria tienen una responsabilidad en esto”.

“Para otras cosas sí hay dinero”

El secretario de este colectivo, que agrupa a unos 500 agentes cántabros, ha rechazado la “manida excusa” de la crisis para incrementar las plantillas o acometer cambios en el Cuerpo, ya que “sí hay dinero, pero para otras cosas como desfiles o visitas a Lourdes”, ha citado.

Además, ha dicho que en Cantabria se acometió un “gasto innecesario”, que podría rondar los 200.000 euros, para construir unas gradas desde las que el público siga desfiles militares, que tienen lugar una vez al año o cuando un jefe toma posesión del cargo.

“Para eso sí hay dinero, pero para traer efectivos de otras comunidades o pagar dietas no”, ha censurado Alegría, que también ha contrastado que en eventos como el Día de las Instituciones, celebrado el pasado 28 de julio, había “un montón de patrullas”. “Cuando hay políticos por medio, nunca faltan”, ha concluido.