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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Un pasacalles franquista desfila por el centro de Santander en plena Semana Grande

El pasado domingo, en plena celebración de la Semana Grande, el centro de Santander fue testigo de un acto de exaltación franquista consistente en el desfile de una banda de cornetas y tambores precedida por un abanderado que portaba la bandera preconstitucional. Con ellos marchaba un reducido grupo de personas con la bandera de Falange, camisas azules y una corona de flores. Entre los miembros de la banda de música desfilaba un menor.

El pasacalles fue organizado por la Asociación Almirante Bonifaz, quien puso en conocimiento de la Delegación del Gobierno el acto. Según informa la Delegación de Gobierno, en dicha solicitud no se hacía constancia de la exhibición de símbolos franquistas, sino “una solicitud de pasacalles y ofrenda floral a los caídos, que discurriría hasta la Plaza de la Catedral”, de lo cual se dio traslado al Ayuntamiento de Santander para que dispusiera del operativo habitual. No hubo solicitud de manifestación, que requeriría de autorización, sino que se informaba de un pasacalles.

El Ayuntamiento de Santander declinó ayer cualquier tipo de responsabilidad en la autorización del acto y se limitó a indicar que activó el dispositivo de seguridad una vez que recibió comunicación de la Delegación del Gobierno.

Sin embargo, el pasacalles revestía de una iconografía franquista inconfundible, algo que “excedió lo notificado”, por lo cual el delegado, Eduardo Echevarría, ha requerido un informe de lo ocurrido a la Policía Nacional y demandado a la Abogacía del Estado un informe jurídico para la delimitación de responsabilidades. No se descarta que los organizadores del acto reciban una sanción.

La comitiva arrancó a las 12.50 horas de las inmediaciones de la iglesia de San Francisco, muy cerca del Ayuntamiento de Santander. Allí se congregaron los miembros de la banda de música y una treintena de personas, algunas de las cuales portaban banderas preconstitucionales y de Falange. Según testigos presenciales, un agente de movilidad abrió paso a la comitiva cuando se puso en marcha, toda vez que la calle por la que transitaban era de dirección contraria, hasta su conclusión en las inmediaciones de la Catedral.

La comitiva se adentró en la principal calle de Santander, Calvo Sotelo, frente al Ayuntamiento de la ciudad y se dirigió, ocupando el carril-bus de la calzada, hacia la catedral. Abría el desfile un abanderado con camisa azul y bandera preconstitucional, le seguía la banda de cornetas y tambores y cerraba un grupo de gente, con banderas, alguna camisa azul y una mujer que portaba una corona de flores. No se produjeron incidentes pero la manifestación franquista dejó boquiabierto a más de un viandante.

El desfile ha tenido eco en redes sociales. Un testigo presencial describió lo ocurrido en su blog. Allí ha relatado el estupor causado por la manifestación y la normalidad con que discurrió: “Me acerco a hacer fotos y veo cómo uno de los abanderados franquistas se acerca a un agente de movilidad y habla con él, lo que me pareció era la confirmación del trayecto. Recibido el visto bueno, el abanderado vuelve al grupo y se pone al frente de la banda de música, que empieza a tocar. Me acerco donde el agente de movilidad y le digo que es un escándalo. Me responde que no es cosa suya lo que yo piense, y espera a que el grupo se ponga en marcha para ir abriendo camino.”

Izquierda Unida de Cantabria ha sido hasta ahora la única organización política que se ha pronunciado sobre lo ocurrido. Recuerda que la exaltación del franquismo en las calles estaría prohibida si la Ley de Memoria histórica y democrática de Cantabria estuviera aprobada “y no en un cajón como la dejó el Gobierno PRC-PSOE en la anterior legislatura”.