Diez días, 300 personas de 100 colectivos españoles por los derechos de los migrantes y refugiados, sin subvenciones de ningún tipo y en autobús y barco. Estas son las condiciones del viaje a Italia que parte mañana desde España. La 'Caravana Abriendo Fronteras' celebra su tercera edición, tras haber visitado Grecia, Ceuta y Melilla en años anteriores.
De igual forma, emprende la travesía con el objetivo de denunciar las consecuencias de las políticas migratorias y del control fronterizo europeo sobre las vidas de las personas migrantes y refugiadas, provocar solidaridad y trabajar con otros activistas europeos para hacer fuerza y denunciar este “nuevo modelo de fascismo europeo en el que se está categorizando quién tiene derechos y quién no”, como ha señalado Aurora Otero, miembro de pasaje seguro.
La 'Caravana Abriendo Fronteras' comienza este viernes una ruta, desde todos los lugares de España, con siete paradas que van desde la frontera franco-italiana hasta el sur de Italia. El viaje tiene dos etapas y comienza en Ventimiglia, un pueblo fronterizo del norte de Italia que atraviesan los migrantes para ir a Centroeuropa.
La segunda etapa comienza en Palermo, en el sur, con la visita a un cementerio de migrantes. Continúa en Mineo, un pueblo siciliano donde está el mayor centro de acogida de refugiados: 4.000 personas se alojan ahí, según ha cifrado Pedro Abascal, miembro de Pasaje Seguro, en rueda de prensa. El viaje también comprende la concentración frente a edificios oficiales: La base de la OTAN en Niscemi -“desde donde salen los drones hacia Oriente Medio y África”, señala Abascal- y la sede de Frontex (Agencia Europea de Fronteras y Costas) en Catania, “organismo que realiza las devoluciones en caliente”, remarca el miembro de Pasaje Seguro.
Durante el camino también hay tiempo para un homenaje a los menores desaparecidos, “alrededor de 20.000”, según Otero, y el viaje finaliza de una manera “esperanzadora” en Riace, un pequeño pueblo italiano que ha recibido desde 1998 a 6.000 migrantes, de los que se han quedado a vivir 1.000 que han reflotado la economía de un pueblo que tenía 250 habitantes y pocas perspectivas de futuro.
Caravana feminista
Otra de las ocho personas de Cantabria que viajan a Italia, Ángeles Cabria, resalta la necesidad de reivindicar los derechos de las mujeres, ya que “el 100% de las que llegan al Mediterráneo han sido violadas”. Los abusos sexuales son costumbre en una situación en que las mujeres, además de ser migrantes, tienen otro hándicap por su género.
Entre los 100 colectivos españoles que conforman esta iniciativa, “muchas de ellas son asociaciones feministas”, señala Abascal, y el 65% del total de personas que viajan son mujeres -en el caso de comunidades como Baleares, no viaja ningún hombre-.
Europa mira hacia otro lado
Pasaje Seguro aprovecha para recordar algunas de las prácticas que Europa lleva a cabo a raíz de la crisis migratoria. Este año viajan a Italia por ser la mayor puerta de entrada a Europa y el lugar en el que están muriendo migrantes de forma sistemática. Otero denuncia la existencia de plataformas de refugiados, o “campos de concentración en los que se violan los derechos humanos”, como resultado de la última reunión europea -que fue el 28 de junio y terminó sin un acuerdo concreto-.
También denuncian el acuerdo de países europeos con Libia, país emisor de la mayoría de migrantes que no tiene gobierno y está sumido en el caos, para frenar el flujo migratorio. Destacan las condiciones en que viven los refugiados, las miles de muertes y las violaciones de derechos humanos que ocurren entre nuestras fronteras día a día.
Al igual que la última parada de la ruta de la Caravana, también señalan las acciones esperanzadoras que están ocurriendo en Europa: Ciudadanos que ayudan a los migrantes en Vertimiglia y están respaldados por el Tribunal Constitucional -pese al intento del gobierno francés de denunciarles-, la adjudicación de derechos a los 'MENA' (menores extranjeros no acompañados) en Melilla y la ONG Stop Mare Mortum, que ha denunciado la violación de las cuotas de refugiados en España y ha conseguido una sentencia del Tribunal Supremo que condena al país. “Cuando los ciudadanos denuncian, se consiguen cosas”, concluye Abascal.