Los actuales datos COVID arrojan luz a la situación epidemiológica de Cantabria respecto a los de hace un mes. Y es que la comunidad ha conseguido doblegar la cuarta ola en estos últimos 30 días mejorando notablemente los principales indicadores que marcan la evolución de la pandemia. La incidencia acumulada y la presión hospitalaria han descendido de manera drástica, lo que ha permitido que Sanidad haya ido relajando paulatinamente las restricciones.
En este sentido, Cantabria ha pasado de una tasa de contagio a 14 días de 255 casos por cada 100.000 habitantes del pasado 2 de mayo a los 85 casos de este miércoles, y de los 117 hospitalizados que había entonces a los 29 ingresados que hay actualmente. Por su parte, en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), la reducción de pacientes también es reseñable, ya que la ocupación rozaba el 30% con más de una veintena de ingresados y ahora está por debajo del 6% con tan solo seis personas en estado crítico.
Y es que lo largo del mes se ha llegado a los 30 enfermos en UCI, pero alcanzada esa cifra, el descenso ha sido progresivo y continuo. Además, las muertes contabilizadas no son, en la mayoría de los casos, causa de esa liberación de las UCI, puesto que en los últimos 30 días se han registrado ocho decesos.
Todo ello gracias al avance de la campaña de vacunación, cuyos efectos se han notado principalmente en las residencias, centros que han sufrido las peores consecuencias de la pandemia y cuyos usuarios, vulnerables al virus, están al 100% inmunizados. Así, actualmente las residencias cántabras están libres de COVID tras haber superado el brote que se desató hace un mes entre personal y residentes inmunizados.
La actual situación se ha producido en el marco del fin del estado de alarma que tuvo lugar el pasado 9 de mayo y del semáforo COVID por municipios implantado posteriormente por la Consejería de Sanidad para contener la expansión del virus según el nivel de riesgo de cada localidad, sin la citada herramienta que permitía el toque de queda, cierres perimetrales y limitación de reuniones sociales.
Tras dos semanas con esta nueva medida vigente, la última actualización que ha entrado en vigor este jueves, sube a Santander al nivel 2 de alerta sanitaria, en el que se encuentran también Los Corrales de Buelna, Santa Cruz de Bezana, Astillero, Laredo y Colindres. En el nivel más alto se sitúan Corvera de Toranzo, Noja y Santoña, y en nivel 3 Santa María de Cayón, Entrambasaguas y Reocín.
El resto de localidades en nivel 1 mejoran, como arrojan los últimos datos, con la consolidación de la incidencia a la baja. La propia comunidad ha bajado a ese nivel mínimo de riesgo al consolidar durante varios días unos buenos datos generales, según ha detallado esta semana la Consejería.
elDiario.es/Cantabria
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