Cantabria pone en marcha un proyecto pionero para detectar el cáncer a través de los perros

“Se busca perro para detectar el cáncer”. El anuncio puede sonar a ciencia ficción o puede pensarse que detrás de él se esconde algún tipo de timo o engaño, pero es absolutamente real. La asociación sin ánimo de lucro BioDogtor y el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla han puesto en marcha un proyecto pionero para diagnosticar el cáncer en humanos a través del olfato de los perros.

El estudio se llevará durante un año y acaba de comenzar con la selección de una docena de cánidos, a los que primero se educará para detectar lo que se conoce como la “huella olfativa del cáncer” para, posteriormente, olfatear más de 300 muestras. Si el resultado es positivo, el objetivo final es integrar esta prueba de diagnóstico en el Sistema Nacional de Salud, tal y como sucede en hospitales de Estados Unidos e Inglaterra.

Así lo explica a eldiario.es el entrenador canino José Luis García, quien forma parte del equipo multidisciplinar que participará en el experimento. García presentó el proyecto en el Instituto de Investigación de Valdecilla (IDIVAL) junto a la veterinaria e investigadora Nuria González y encontraron el respaldo necesario en el jefe del Servicio de Oncología, Fernando Rivera.

“No es una confianza ciega”, subraya este reputado doctor, que apunta que hay “muchos datos” que sugieren que los perros pueden ser útiles en este sentido y que el objetivo es aprovechar su “potencial”. “La idea es hacer un estudio muy riguroso desde el punto de vista científico”, incide.

Según explica Rivera, la hipótesis es que el cáncer produce una serie de sustancias -incluso en estadios muy precoces- que los perros son capaces de detectar en cantidades infinitesimales. De hecho, continúa exponiendo, hay proyectos paralelos que intentan reproducir mecánicamente el olfato de los perros, pero eso, en su opinión, aún está “a años luz” de lograrse.

El proceso

El experimento comenzará con un adiestramiento básico de los perros seleccionados durante aproximadamente un mes para coger feeling con sus guías y después se les enseñará a identificar el olor de las sustancias volátiles que genera el cáncer.

Para ello, de forma inicial se les dará a conocer muestras con cáncer y muestras sin cáncer y se les dirá “esta sí, esta no”. “No es difícil. En un primer momento serán muestras de cáncer en cuarto estadio -el más desarrollado, con metástasis- porque el olor es más intenso, y progresivamente se irá reduciendo la dosis”, comenta García.

Una vez que el perro esté entrenado y condicionado a sentarse cuando reconozca estas sustancias, será el turno de comenzar las pruebas, que se llevarán a cabo con “más de 300 muestras” a doble ciego -ni perro ni adiestrador saben cuáles tienen cáncer-. Se medirá el porcentaje de acierto y “si es elevado, comenzaríamos a estudiar si algún día puede integrarse como una prueba más del diágnóstico precoz”.

Cáncer de pulmón y colón

Las muestras se recogerán a través del aliento de los voluntarios y el estudio se realizará sobre dos tipos concretos de cáncer: pulmón y colón. Desde un punto de vista teórico el cáncer de pulmón pasa el aliento por él, es decir, habría más sustancias volátiles porque el aire pasa a través del tumor, mientras que el de colón es un modelo de cáncer lejano, ya que pasa a la sangre y de la sangre al aliento. “Desde ese punto de vista sometemos al perro a dos contextos diferentes”, explica Rivera.

La segunda razón de haber escogido pulmón y colón es porque son los dos cánceres más frecuentes junto al de próstata. Y en tercer lugar porque los cribados actuales de ambos son “mejorables”.

Alta eficacia

Antes de presentar el proyecto, los dos entrenadores caninos llevaron a cabo un importante trabajo de documentación. Según afirman, hay más de 60 estudios a nivel mundial en el que se presenta una eficacia del perro en la detección del cáncer de “entre un 70 y un 80%”. “Las pruebas diagnósticas que se están utilizando ahora en el cribado del cáncer del colón a través de la sangre en heces tienen una efectividad del 10%, de los cuales la mitad es falso positivo”, compara García.

Este adiestrador cuenta con más de diez años de experiencia en el adiestramiento de perros para las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado en la detección de bombas o drogas y en el rescate de personas. Además de querer trasladar esa experiencia al campo de la sanidad, el proyecto también tienen la finalidad de dignificar la labor e integración del perro en la sociedad actual.

Finalmente, García recuerda que se trata de una iniciativa altruista -“nadie del equipo cobrará por prestar sus conocimientos y trabajo”- y apunta que desde BioDogtor continúan buscando patrocinios para desarrollar el proyecto, ya que por su carácter alternativo, “nos es difícil sacar la suficiente dotación económica por los cauces oficiales de investigación”.