Dice el refranero que 'la cara es el espejo del alma', y María José Sáenz de Buruaga es el fiel reflejo de ello. Entre sus dos últimas apariciones en público han pasado dos semanas en las que el gesto de su rostro se ha tornado tan diferente como el día y la noche. Ha pasado de verse desahuciada por la dirección nacional del PP a recuperar el trono de hierro gracias a la mediática espantada de la medallista olímpica Ruth Beitia, quien en un visto y no visto ha renunciado a encabezar la candidatura del partido en Cantabria tras las dudas generadas en torno a su experiencia y capacidad para asumir tal reto.
Con una sonrisa cómplice imposible de ocultar, la presidenta del PP cántabro y ahora también candidata ha anunciado este miércoles de forma oficial ante el Comité Ejecutivo regional del partido que acepta el “encargo” que le ha hecho Pablo Casado, el mismo que dos semanas antes le había ninguneado y despreciado designando como cabeza de lista a Beitia y con el que ahora está “especialmente agradecida”. “Génova tomó una decisión y yo dije lo que tenía que decir y donde lo tenía que decir”, ha sostenido ante esa aparente contradicción.
A las 21.00 horas, Buruaga ha abandonado momentáneamente la reunión -a la que no han asistido los tres senadores afines a Ignacio Diego- para comparecer ante los periodistas. Sus primeras palabras han sido precisamente para mostrar el “profundo respeto” a la decisión tomada por su ex compañera de formación, una decisión “libre”, “personal” y “basada en cuestiones personales”, en alusión a la salud de los primogénitos de la deportista que habría condicionado su renuncia, la razón oficial pero que ni siquiera creen dentro de las propias filas populares. “Que la vida le proporcione tantos éxitos como los que ha logrado a nivel deportivo”, le ha deseado a la atleta más laureada de la historia de España.
Ante este giro de los acontecimientos, Buruaga no ha tenido más que confirmar que seguir como presidenta después de haber anunciado que dimitía ha sido una “decisión acertada”, ya que su liderazgo interno sale reforzado aunque solo sea por el fiasco cosechado por el sector crítico del partido. “El objetivo era mantener unido el partido y mantener vivo el proyecto, y lo hemos conseguido”, ha dicho orgullosa.
Sobre cómo puede influir en el electorado cántabro el revuelo generado en los últimos días, ha reconocido que hubiera sido “mucho mejor” que nada de esto hubiera sucedido, aunque al mismo tiempo ha defendido que el PP sale “reforzado” y con las miras puestas en ganar el 26-M. “Y lo más importante, vamos a gobernar”, ha remachado en varias ocasiones.
Otra de las cuestiones que han quedado en el aire tras el desplante de Génova es su proyección pública. A este respecto ha dicho que “en ningún caso” se siente segundo plato para, posteriormente, apostillar: “En muchos menús, el segundo plato es el principal”.
Sobre la confección de las lisas electorales, la presidenta del PP ha señalado que la “prioridad” ahora es cerrar las candidaturas municipales y preparar un programa que sirva para recuperar la confianza de los cántabros. “Casado no me ha pedido nada; que haga una lista para ganar, la que yo quiera. No hay condiciones”, ha afirmado al ser cuestionada por una hipotética integración.
Buruaga no se ha querido extender sobre este tema porque, según sostiene, “los sectores, los bandos..., la crisis ha quedado atrás y toca ocuparse de Cantabria”. No obstante, ha asegurado que “desde el primer día prediqué por la integración” y “el partido tiene las puertas abiertas para el que venga a sumar”. “El único criterio es presentar a los mejores”, ha zanjado.