Cantabria inicia la vacunación frente al herpes zóster en personas de 65 años

El Servicio Cántabro de Salud (SCS) comenzará este miércoles 15 de marzo a inocular las primeras dosis de la vacuna frente al herpes zóster a todas aquellas personas residentes en Cantabria que cumplan 65 años durante 2023 (nacidos en 1958). Progresivamente, se irá ampliando la cobertura vacunal desde los 65 a los 80 años.

Este despliegue complementa la vacunación a mayores de 18 con factores de riesgo, que se lleva realizando en Cantabria desde 2022, ha informado el Gobierno regional.

En concreto, se consideran grupos de riesgo susceptibles de vacunación los pacientes mayores de 18 años con trasplante de progenitores hematopoyéticos y de órgano sólido, en tratamiento con fármacos anti-Jak, VIH, hemopatías malignas o tumores sólidos en tratamiento con quimioterapia.

Por el momento, la Dirección General de Salud Pública ha adquirido un total de 14.000 dosis, que servirán para comenzar esta nueva pauta de vacunación en el calendario de Cantabria, dirigida a la población con más riesgo de padecer herpes zóster, una enfermedad grave e incapacitante que genera una necesidad asistencial y un gasto sanitario muy importante, acompañado del sufrimiento de pacientes y de su entorno social y familiar.

Así, la introducción este año en el calendario vacunal de adultos de las dosis para prevenir el herpes zóster responde a la necesidad de proteger a la población cántabra por la alta incidencia de esta enfermedad, ya que el 90% de la población ha pasado la varicela en algún momento de su vida y, además, a partir de los 80 años hasta un 50% de las personas padecen una reactivación del virus.

La vacuna frente al herpes zóster (Shingrix) se ha demostrado muy efectiva para prevenir la enfermedad, que incrementa su incidencia a partir de los 50 años y alcanza su tope a los 65.

Los usuarios susceptibles de vacunarse pueden llamar a su centro de salud para citarse, y además se podrá recurrir a la autocita en las Zonas Básicas de Salud de Puertochico y Vargas (Santander), Santoña y Cotolino (Castro Urdiales), Campoo, Tanos y Liébana.

A lo largo de los próximos días se continuará la apertura de la autocita en el resto de Zonas Básicas.

Herpes Zóster

El herpes zóster es una infección localizada producida por la reactivación del virus latente varicela-zóster, el mismo que provoca la varicela y que permanece latente en el cuerpo de las personas. La enfermedad afecta a los nervios periféricos y a la piel, donde puede producir pequeñas ampollas dolorosas en forma de anillo agrupadas a lo largo de la zona de distribución del nervio (dermatoma), por lo que también es conocida como culebrilla o fuego de San Antonio.

Se estima que alrededor del 20% de la población podría llegar a padecer herpes zóster y el riesgo aumenta con la edad, debido a la inmunosenescencia y la inmunosupersión, entre otras causas no muy conocidas aún. Por lo general, se produce en mayores de 50 años y las de 60 o más años son más propensas a sufrir complicaciones graves.

Aunque no es una enfermedad de elevada mortalidad, sí es una patología extremadamente dolorosa e incapacitante, que se puede prolongar en el tiempo y presentar complicaciones; la más común es la neuralgia posherpética, una afección muy dolorosa, debilitante e incluso incapacitante que provoca que el herpes zóster duela durante mucho tiempo porque las fibras de nervios dañados envían mensajes confusos y exagerados de dolor desde la piel hacia el cerebro.

Además, en caso de afectar a las ramas del nervio trigémino en la zona ocular, la infección puede provocar pérdida de visión, problemas neurológicos y sobreinfecciones en la piel afectada, entre otras complicaciones. También se han descrito casos de miocarditis (inflamación del miocardio) o afectación de órganos como el riñón, hígado o páncreas, pérdida de audición, parálisis facial o inflamación cerebral.

Como sucede con otras muchas patologías, en el caso de los pacientes pertenecientes a grupos de riesgo o inmunocomprometidos, el riesgo de complicaciones es mucho mayor.