La primavera en Cantabria tendrá temperaturas normales, pudiendo ser un poco cálidas, y un nivel de precipitaciones también normal, según prevé la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), que ha hecho balance también del invierno en la comunidad, que ha sido húmedo y térmicamente normal, determinado por las lluvias caídas en enero y el calor de diciembre.
Así lo ha dado a conocer este viernes en rueda de prensa el delegado de la AEMET en Cantabria, José Luis Arteche, junto con el responsable de Climatología, Juan José Rodríguez, quienes han recordado que la primavera comenzará en España el próximo lunes, 20 de marzo, a las 22.24 horas.
La AEMET espera que se produzcan lluvias no muy importantes durante estos últimos días de invierno acompañadas de viento sur, pero que el tiempo se mantenga estable durante la próxima semana. A partir del jueves habrá un nuevo episodio de lluvias, y el domingo podría haber zonas de Cantabria con nieve, aunque, como ha advertido Arteche, estas predicciones avanzadas podrían varíar.
Sobre el invierno, la comunidad ha tenido temperaturas con valores normales, siendo diciembre muy cálido con una temperatura media de 9,2 grados, el cuarto más caluroso de su serie; un enero frío (5,7 grados) y un febrero normal (6 grados).
El periodo invernal ha sido húmedo en cuanto a precipitaciones, registrando un 6% más de litros por metro cuadrado, con una media de 421 que se produjeron en su mayor parte en un mes de enero que fue muy húmedo (el cuarto con mas lluvias de la serie), al contrario que diciembre y febrero, que fueron muy secos.
Además, invierno ha tenido una insolación abundante, al ser febrero el segundo más soleado de su serie histórica. Así, se han registrado 326 horas de sol, un 122% más que lo normal, de las cuales 152 se produjeron en el segundo mes de 2023.
La temperatura más baja entre los mesesde diciembre a febrero se registró el 1 de enero en Nestares, con -10,1 grados, seguida de los -9,2 grados en Cubillo de Ebro, o los -8,5 de Alto Campoo y Polientes, todas el mismo día de Año Nuevo.
El año hidrológico -precipitación acumulada desde octubre de 2022- ha sido seco y registra un déficit del 16%, y el año agrícola (del 1 de septiembre al 31 de agosto) ha terminado con un balance positivo del 21%.
Respecto al viento, ha habido escasa circulación del oeste, aunque en su conjunto el invierno ha sido un poco más ventoso de lo normal con el paso de algunas borrascas, en concreto, un 5% más respecto a los valores medios. Además, enero fue el mes más tormentoso con 178 descargas eléctricas registradas en 5 días, por las 12 contabilizadas en diciembre durante 8 días, y solamente una en febrero.
A nivel nacional, el invierno fue cálido, con un diciembre extremadamente caluroso y a la vez muy húmedo en cuanto a lluvias, lo que supuso, en el cómputo general, un invierno húmedo que equilibró ese último mes del año lluvioso con un febrero muy seco.
Respecto a la primavera, será similar a la de la región: normal o algo más cálida en el conjunto de España y lluviosa en la vertiente Atlántica pero más seca de lo normal en la vertiente mediterránea y Baleares, después de un invierno cálido en el que se ha afianzado la sequía meteorológica que afecta a la mayor parte de las cuencas.