La confección de las listas agudiza la crisis interna en el PP cántabro
Han pasado ya dos años desde que se celebró el convulso Congreso regional del Partido Popular de Cantabria y las aguas dentro de la organización siguen bajando muy revueltas, y ya no precisamente por la agitación de quienes se agruparon en torno a la figura del expresidente Ignacio Diego, muchos de los cuales han abandonado la formación para enrolarse en otras aventuras o simplemente se han retirado de la política, sino que en este tiempo la crispación ha emergido entre los que se postularon del lado de María José Sáenz de Buruaga.
Dos de los dirigentes que en la actualidad tienen más peso dentro del partido, el diputado nacional y cabeza de cartel en las elecciones generales, Diego Movellán, y la alcaldesa de Santander y candidata a la reelección, Gema Igual, han mantenido en las últimas semanas tensos enfrentamientos por la confección de las listas.
El exalcalde de Camargo guarda una excelente relación con Pablo Casado desde que ambos coincidieron en Nuevas Generaciones y cuenta con la total confianza de la dirección nacional, algo que no puede decir María José Sáenz de Buruaga, a la que ningunearon con la proclamación fallida de la atleta Ruth Beitia como candidata a la Presidencia de Cantabria.
Los 'buruaguistas' creen que aquella maniobra contó con el inestimable apoyo de Movellán, que a su vez estaba destinado a presidir la gestora que se haría cargo de la formación tras la probable dimisión de la presidenta relegada. Pero la inconsistencia de Beitia como candidata provocó un giro inesperado de los acontecimientos y colocó de nuevo a Buruaga como cabeza de cartel. En cualquier caso, la relación entre ambos no ha sido la misma desde entonces.
De hecho, mientras que Miguel Ángel Revilla y Pablo Zuloaga son la sombra de sus candidatos de PRC y PSOE al Congreso y Senado -o más bien al revés- y aprovechan cada acto para calentar la precampaña de las elecciones autonómicas que vendrán un mes después, Buruaga está teniendo una participación más bien irrelevante en la campaña de las generales y son muy pocos los actos en los que se la ha podido ver junto a Movellán o con un papel destacado.
Según ha podido saber este diario, ambos han mantenido una tensa disputa por la confección de la lista autonómica, en la que el candidato al Congreso y persona de confianza de Casado ha querido colocar sin mucho éxito a varios de sus fieles. El presidente de Nuevas Generaciones, Álvaro Aguirre, ha sido uno de los pocos que ha logrado hacerse un hueco entre los diez primeros puestos -el octavo-.
Uno de los más perjudicados ha sido Juan José Alonso Venero, que en 2011 consiguió arrebatar al PRC la Alcaldía de Escalante, cargo que revalidó en 2015, que había renunciado a optar nuevamente a la reelección con la promesa incumplida de ir en un puesto destacado en la lista autonómica. Tampoco ha tenido mucha suerte la presidenta del PP de Torrelavega, María Luisa Peón, que ha sido desplazada por la candidata elegida por la dirección regional para la capital del Besaya: Marta Fernández Teijeiro, amiga personal del expresidente de CEOE-Cepyme y número 2 al Parlamento, Lorenzo Vidal de la Peña.
A diferencia de otros partidos, Buruaga todavía no ha presentado a las personas que la acompañarán en la carrera al Parlamento de Cantabria y su equipo se ha limitado a comunicar la lista a través de una nota de prensa enviada a primera hora de la mañana el día siguiente a que se cerrara el plazo para el registro en la Junta Electoral.
Desde 1995
Otro de los pesos pesados del PP con los que Buruaga ha tenido que lidiar estos días ha sido con Gema Igual, aunque en este caso por ser ella quien ha intentado imponer a personas de su cuerda en la lista de la capital cántabra, entre ellos al número dos al Congreso, Félix de las Cuevas.
La partida la ha ganado Igual y la relación entre ambas se ha deteriorado mucho en los últimos meses. De hecho, en la primera convocatoria enviada por la candidatura de Gema Igual a los medios de comunicación para la presentación oficial de la lista no estaba prevista la intervención de Buruaga, que finalmente sí presidió el acto.
Y es que las expectativas de una bajada importante en escaños y la falta de sintonía con la alcaldesa de Santander han llevado a Buruaga a romper con una estrategia electoral que el PP mantenía desde hace más de dos décadas, que es llevar a alcaldes reconocidos en la lista autonómica para reforzar al número uno al Parlamento, al igual que hace por ejemplo el PRC de Miguel Ángel Revilla -en el PSOE, en cambio, está prohibida la duplicidad de cargos públicos-.
Tal y como adelantó el pasado mes de febrero eldiario.es, la regidora de la capital cántabra se ha desmarcado de la candidatura autonómica, un hecho que se venía repitiendo como costumbre desde que se instauró en 1995 con José Joaquín Martínez Sieso y Gonzalo Piñeiro.
Un grupo heterogéneo
“La victoria de Buruaga en un proceso congresual que fue cuanto menos dudoso no se produjo por un liderazgo claro, sino más bien por un interés común para acabar con quien entonces era el presidente. Había dos bandos, los que estaban con Diego y los que estaban contra Diego, que era un grupo heterogéneo. Eso ha provocado que las tensiones internas hayan surgido con facilidad y que en la actualidad haya tres facciones bien diferenciadas”, explica un dirigente popular a este medio sobre la situación actual interna de la formación conservadora en Cantabria.
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