Cruz Roja atendió a más de 300 refugiados en Cantabria en 2016, una cifra que se va incrementando exponencialmente al igual que las solicitudes de protección internacional que gestiona y que hasta hora rondaban la docena cada año pero que sólo en los primeros seis meses de 2017 ya ascienden a 61.
Así lo han indicado el presidente de Cruz Roja en Cantabria, Javier Fernández, y la responsable del área de atención a refugiados de la entidad en la región, Sandra García, durante la presentación de la campaña 'La maleta que más pesa', que a lo largo de dos meses recorrerá las nueve sedes de Cruz Roja en la comunidad y que busca sensibilizar a los cántabros sobre la situación de los refugiados.
Han detallado que, aunque en 2016 se atendió a 300 personas, no todas ellas pasaron por el programa de acogida temporal en el que Cruz Roja dispone de 76 plazas: 57 en el Centro de Refugiados de Torrelavega, 10 en dos pisos cedidos por el Ayuntamiento de Santander, otras 5 en un piso cedido por el Consistorio de Piélagos y otras 4 en otro piso en la capital del Besaya cedido por el Gobierno de Cantabria.
A día de hoy, García ha indicado que todas las plazas están cubiertas y ha avanzado que, ante el aumento del número de refugiados atendidos y de solicitantes de protección internacional, Cruz Roja pretende incrementar esas plazas en una veintena en este año 2017.
Ante ese incremento de refugiados, principalmente llegados de Venezuela, Colombia, Ucrania y Siria, ha destacado que Cruz Roja ha “triplicado” su programa de atención, en el marco del cual se realiza la primera acogida a esas personas y algunas de ellas entran a otro de acogida temporal.
A todos los refugiados que llegan a Cantabria, ha detallado García, se les prestan servicios de intervención social, asistencia legal y atención psicológica, pero principalmente se les ayuda a “iniciar su vida” y, “lo más importante, integrarse en la sociedad”.
'La maleta que más pesa'
Precisamente a la sociedad cántabra se dirige la campaña 'La maleta que más pesa' que, desde esta semana y durante dos meses, Cruz Roja llevará a las sedes de sus comités locales en Cantabria. Empezará por Santander, la siguiente semana recalará en Laredo y posteriormente pasará por Castro Urdiales, Liébana, Ramales de la Victoria, Reinosa, Pas-Pisueña, Santoña y Torrelavega.
El presidente de Cruz Roja en Cantabria ha destacado que esta campaña, en la que han participado seis personas refugiadas en la región y dos de las cuales han asistido a la presentación, muestra unas maletas en cuyo interior hay unas pantallas en las que se visualizarán vídeos en los que esas personas cuenta su experiencia como personas migrantes que huyen de guerras o conflictos.
Y la responsable del área de atención a refugiados de la entidad ha apuntado que la campaña trata de “sensibilizar y concienciar” a los ciudadanos de que los refugiados “son personas” y que la situación que ellos viven “nos puede suceder también a nosotros de la noche a la mañana”.
La situación personal y emocional que padecen esas personas la ha relatado una enfermera del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla y voluntaria de Cruz Roja, Mercedes Hernando, que el pasado año formó parte del primer equipo de emergencia que la entidad envió a Grecia para ayudar en los campos de refugiados.
Ha relatado que el campamento en el que ella colaboraba contaba con 900 personas y, en dos días, pasó a tener 3.000. Y es que, a pesar de que en aquel momento -entre marzo y junio de 2016-- se habían cerrado las fronteras, “no dejaba de llegar gente a las costas” que llegaban “con su vida en una maleta”.